22 Dic 2024

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NXIVM: La putrefacción de la élite
Columnas, Internacional

NXIVM: La putrefacción de la élite

Por: @l_errante_

Hay estructuras oscuras, opacas, herméticas, donde los grupos dominantes se reúnen para desahogar sus ideas, para invocar un arcaico mandato de dominio machista-patriarcal, para buscar aliento entre ellos e ideologizarse y perpetrar aún más su dominio contra los explotados e históricamente oprimidos. Pocas veces sabemos quiénes participan en estos espacios, mucho menos sobre sus prácticas; no obstante, pese a su opacidad y continúa transgresión a la ley, una estructura así está siendo juzgado ahora en EE.UU., tiene por nombre NXIVM (Nexium) y bien representa la decadencia del sistema neoliberal, la explotación carnal, el secuestro corporal, en específico contra las mujeres, pero sobre todo la adoración al capital, todo ello encarnado por su “Vanguardia” o mejor conocido como Keith Raniere su líder, su amo, su faraón.

NXIVM no sólo estaba en EE.UU. sino también tenía diferentes ramificaciones; México fue bastante relevante, y tan fue así que la captura de su líder se dio en una “lujosa villa a las afueras de Puerto Vallarta” ¿Qué estaría haciendo en México al saber que era buscado? ¿Quién lo ayudó a alojarse en México? ¿Sus vínculos en México le permitirían gozar de impunidad? Las raíces de NXIVM-México tejieron sus hilos a través del hijo de un sujeto “innombrable” que vendió a su país a los intereses del capital, que expolió a los mexicanos, que extrajó la sangre de miles de personas para aceitar el proyecto de muerte denominado neoliberalismo, aquel hijo del “innombrable” es Emiliano Salinas Occelli quien fue directivo de un programa de “superación personal” EPS (Executive Success Program).

No obstante, no sólo Emiliano Salinas, hijo del expresidente Salinas (1988-1994) participó en EPS, directa o indirectamente, sino también Cristina Fox, hija del expresidente Vicente Fox (2000-2006), Miguel de la Madrid Cordero, hijo del expresidente Miguel de la Madrid (1982-1988), Alfredo del Mazo Maza, gobernador del Edomex, Rosa Laura Junco, hija de del dueño del periódico Reforma (medio que ha guardado silencio sobre el tema)… Pero ¿qué podría representar esta estructura de poder en México? La respuesta está en el capital, en el “culto al dinero”, en la putrefacción como personas.

EPS-México representa una estructura de poder político y económico de aquellas personas que han tejido su poder a través de la extracción del sudor y la sangre de los mexicanos; su riqueza ha sido edificada a través de hurtos a las personas explotadas y oprimidas, pero también de saqueos al sector público. El éxito es su mandamiento, no pueden perderlo porque no saben que es ser una persona; sólo se conciben como objetos, objetos que hablan entre sí y se relacionan sin alma, están condenados a ser eternamente cosas. El proceso es largo pero es accesible para quien disfruta del masoquismo porque en la puerta del éxito está inscrita la fórmula de su progreso: “$”, dólares, euros, dinero, capital en una palabra. Cada escalón que suben hacia su “éxito” les hace creer que están “más allá” de lo terrenal, más allá de lo mundano y pecaminoso; no obstante, a cada paso que dan “hacía arriba” dejan de ser más humanos. Cada escalón les augura que serán unos simples y vacíos recipientes carnales que están podridos por dentro y por ello buscan “superarse”.
El mandato del dinero los enajena: sólo miran objetos en lugar de sujetos, no les importa que sean de su mismo gremio, el capital mandata que hasta su propia familia sea marcada con las iniciales de su “Dios”. No pueden permitirse ser una víctima porque deben ser victimarios, exigen que los “parásitos”, aquellos que no son adoradores del capital, sean “tributos” al gran sistema capitalista que ellos representan.

Por consiguiente, no hay duda que cada sujeto que ingresó a los escalones más altos de EPS-México buscó dejar de lado su humanidad, edificar una estructura podrida porque cada escalón de su “pirámide” los alejaba más de los esclavos, de los dominados, del pueblo y los acercaba más a su faraón, Keith Raniere. La paradoja, de aquellos que se consideran parte de la clase dominante, es que ellos se han jactado y vanagloriado de ser poseedores del capital, de tener el conocimiento, la verdad, de ser quienes realmente saben lo fórmula mágica del progreso humano; sin embargo, en el momento que decidieron enajenarse al capital se prostituyeron así mismos al capital, se encadenaron a éste, se mostraron desnudos porque realmente no tenían nada porque eran unos pobres ricos. Exhibieron su ignorancia, su nula crítica, su inmundicia, su desdén por las personas y en específico su machismo patriarcal contra las mujeres. La élite de nuestros días representa la putrefacción del sistema económico neoliberal que se busca erradicar. Mientras ellos se encadenan, los mexicanos se quitan los grilletes, buscan relacionarse entre ellos, se miran como personas y no como objetos. El odio de la clase dominante contra los de abajo y, en específico, contra las mujeres es que ellos jamás podrán volver a ser humanos, siempre serán cosas, detestan al pueblo porque entre ellos se reconocen como personas como individuos que son parte de un colectivo carnal y no como mercancías, como objetos que sirven a un sistema de despojo.

¡Hasta la próxima!

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