No son “ninis”, son jóvenes construyendo el futuro

No se conoce mucho de su historia, pero en el mundo del narcotráfico era conocido como “Juanito pistolas”, un niño de 13 años, reclutado por el Cártel del Noroeste, solía posar con armas de grueso calibre. El 27 de agosto fue asesinado junto con otros miembros del mismo grupo delictivo en Nuevo Laredo, Tamaulipas.

La historia de “Juanito pistolas” es una constante que se repite a lo largo y ancho del país, son niños y jóvenes olvidados por la sociedad y el gobierno, sin oportunidades para estudiar o tener un trabajo digno; sin espacios de recreación o cultura.

“Juanito pistolas” es la muestra de la grave descomposición del tejido social; y de estos jóvenes hay muchos en el país, son los que sin lugares para la sana recreación se unen a bandas delictivas, consumiendo drogas o estupefacientes; robando o asesinando.

La estrategia de los gobiernos anteriores ha sido exterminar a estas personas, invirtiendo grandes cantidades de dinero para armar a la policías y cuerpos militares, sin atacar al problema desde la raíz, pues han visto esto como un “desperdicio de recursos”.

Así lo señaló el expresidente Felipe Calderón, quien acusó al gobierno de López Obrador de: “estar tirando 150 mil millones de pesos en los ‘ninis’, dinero que pudiera ser invertido en policías y seguridad”. Lo anterior muestra de cuerpo entero el desprecio a la juventud y su total indiferencia al futuro de estos mismo, empezando por la utilización peyorativa de “nini”, que suele utilizarse para aquellos jóvenes que “ni” trabajan, “ni” estudian.

Contrario a este pensamiento, López Obrador ha lanzado dos importantes programas sociales llamado “Jóvenes construyendo el futuro” y “Jóvenes escribiendo el futuro”, indicando que: “nunca más se le dará la espalda a la juventud”. Y es que, precisamente este programa va enfocado a brindar recursos para que los jóvenes puedan terminar sus estudios e ingresar a la vida laboral, dejando de ser “ninis”.

Al mismo tiempo, este programa se va complementado con la inversión a centros educativos de nivel superior, mismos que durante la era neoliberal no fue prioridad; al mismo tiempo que se ha creado una Guardia Nacional, el primer programa es un proyecto que tendrá resultados a mediano y largo plazo, mientras que el segundo va enfocado a que el gobierno vuelva tener el control de la seguridad, disuadiendo a que se continué con la violencia.

Al mismo tiempo el presidente ha hecho un llamado a la sociedad, a padres de familia, pidiendo que desde casa se guíe a los jóvenes para evitar continuar con la violencia que azota al país, la derecha ha cuestionado estas palabras. Sin embargo, el trabajo no debe de radicar solamente en el gobierno, sino que debe de ser un trabajo mutuo entre sociedad y autoridades para evitar continuar con la ola de crímenes que se viven diariamente.

Quizás el apoyar los jóvenes sea visto como un “desperdicio” de recursos, pero si estos programas obtienen los resultados esperados, será la mejor inversión que se habrá podido haber realizado, pues la paz y tranquilidad de los ciudadanos es algo que todos anhelamos.

El atacar con balas un problema que se ha originado por faltas de oportunidades, no ha dado resultados y la prueba está a la vista de todos, la estrategia fallida que inició Felipe Calderón, no sólo no acabo con la violencia, sino que está aumento de forma alarmante, es obvio que dicha constante no terminara de repente, pero es necesario cambiar el rumbo.

No queremos más “Juanitos pistolas”, no más niños que su mayor anhelo sea formar parte de un grupo criminal, se necesita cambiar la idea que la única forma de tener una vida digna es a través de los robos y el narcotráfico. Sino que debe de prevalecer las palabras de José Vasconcelos: “Sólo los libros sacarán de la barbarie a este país”.