En los últimos días se publicaron algunas encuestas de preferencia electoral y varios análisis políticos serios, que son muy malas noticias para la oposición al gobierno de la República.
En un esfuerzo desesperado por contrarrestar de alguna forma el desastre, que el avance de la transformación de la vida pública ha provocado, sobre sus expectativas de recuperar el control del erario para su propio beneficio, el PRI y el PAN, los dos partidos principales de oposición, decidieron unirse en una alianza que resulta ser una aberración conceptual y admitir en su pequeño cártel a los residuos tóxicos de un PRD que ya no representa a nadie.
Todos ellos apadrinados por un sujeto de familia adinerada, que ha vivido siempre como parásito del sistema en busca de beneficios económicos ilimitados, Claudio X. González, como capo di tuti capi para el grupo de enanitos en desgracia.
Contrariamente a lo que esperaban con este movimiento estratégico electorero, parece que la opinión pública, incluso la opinión de muchos de sus anteriores simpatizantes, no reaccionó con beneplácito y sus preferencias electorales se desplomaron.
Hoy las encuestas practicadas por empresas que tradicionalmente han sido proclives a cargar los dados de la estadística a favor de la derecha y que son las favoritas de estos partidos para ser contratadas por sus medios de comunicación, les otorgan algo así como la mitad de las preferencias electorales que le dan al partido MORENA.
Esto nos puede hacer pensar dos cosas: o bien las encuestadoras están intentando crear confianza entre la opinión pública, presentando datos cercanos a la realidad, para después, a medida que se acerque la fecha de las elecciones, ir cargando los dados a favor de estos partidos; o en efecto, la realidad de estos menesterosos de la política, es verdaderamente desoladora.
En cualquier caso, los ciudadanos debemos estar conscientes de que estos sujetos vienen, viven y defienden un sistema, que siempre fue soportado por hacer trampas en los procesos electorales y que las autoridades electorales que ellos colocaron en el INE y que todavía están ahí, avalaron todas las porquerías que ellos hicieron.
Lo menos que podemos esperar, es que estando todavía en control de recursos financieros, humanos y materiales en los Estados que aún gobiernan, intenten utilizarlos para alterar los procesos y los resultados electorales en contra de la voluntad ciudadana, porque nada de lo que hayan hecho o dicho en estos 2 años, nos podría hacer creer que en algo han cambiado.
Son definitivamente las mismas sabandijas de siempre y los ciudadanos tenemos que estar claros de ello para no permitirles que nos sorprendan en las elecciones.
La compra de votos a cambio de dádivas, el acarreo de votantes para que sufraguen en más de una casilla, el rellenado de las urnas con votos prefabricados, la alteración de las actas de las casillas y otras prácticas deleznables del pasado, van a estar presentes en estas elecciones, justo delante de nuestras narices y tenemos que estar preparados para recabar evidencias y denunciarlas ante la FEPADE, que hoy es una fiscalía autónoma.
Una de las enormes diferencias que tendrá este proceso, es que todo lo anterior ya es delito grave sin derecho a fianza y no solo los que organizan y pagan el fraude se podrán ir a la cárcel, sino también quienes participen en él como votantes.
Aunque lo anterior puede no intimidar a estos gusanos politiqueros, porque siempre se han sentido demasiado listos, la realidad es que si los ciudadanos nos aplicamos a denunciarlos con evidencias, los vamos a encerrar, para que vayan entendiendo que hoy en México, con la democracia no se juega.
Como dijo el filósofo italiano Césare Beccaria: “La finalidad del castigo, es asegurarse de que el culpable no reincidirá en el delito”.