Marruecos vs. España… la historia más allá del futbol
Textos y Contextos
Por: Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera
Los tiempos del Mundial de futbol son apasionantes para unos, indiferentes para otros, pero, sin duda, se prestan a ser reflexivos, porque están llenos de historias; dentro y fuera de las canchas, existen pretextos para divagar sobre el deporte, los personajes, la historia e incluso del concierto internacional.
Que el choque deportivo sea entre naciones carga de una vibra diferente a los encuentros, como el que se dará este martes 6 de diciembre, cuando España enfrente en octavos de final a Marruecos, dos países cuya historia está vinculada al pasado colonial de África y la dominación europea del siglo pasado.
El 30 de marzo de 1912, Francia y Marruecos firmaron el Tratado de Fez, en cual el sultán Abdelhafid cedió la soberanía de su país a Francia, haciendo de él un protectorado. En este contexto, dadas las alianzas presentes en el Viejo Continente y la dificultad para los franceses de controlar todo el territorio, España recibió también tierras en dicha nación del Magreb, las cuales incluso fueron reconocidas por Alemania.
Como ya desde 1884 España tenía presencia en la zona del Sahara, no representó un gran problema, en ese momento, que extendiera su área de influencia a las regiones pactadas en el Tratado de Fez; sin embargo, todo se complica cuando en 1956, Marruecos obtiene su independencia; esto se debe a tres territorios: Ceuta, Melilla y la República Árabe Saharaui Democrática.
Al ser un país libre, el partido anticolonial Istiqlal articuló su proyecto del Gran Marruecos. “El 5 de julio de ese año la prensa del partido, Al Alam, publicó un mapa que dibujaba una organización política que se extendía desde el Mediterráneo al río Senegal, y desde el Atlántico a Timbuctú. El mapa fue elaborado por Abdelkebir Al-Fassi, hermano del fundador del Istiqlal, Allal Al-Fassi.
Según el comentario de este último sobre el mapa, “por razones de geografía, historia, y derecho internacional, las ‘fronteras naturales’ del Sáhara marroquí deberían terminar donde Mauritaria se encuentra con Senegal”. Este territorio incluiría partes de la Argelia Francesa y del África Occidental Francesa, así como lo que todavía restaba del Protectorado Español en el sur de Marruecos y el Sáhara Español. Cubriría casi dos millones de kilómetros cuadrados”, como lo explica el investigador Francisco Villar.
Sin embargo, España ha jugado su partido, usando de moneda de cambio al territorio que involucra a la República Árabe Saharaui Democrática, pues para 1975, la mayor preocupación de los saharauis ya no era ser colonia española, sino el acoso del ejército de Marruecos, que, ante la muerte de Francisco Franco, vio una oportunidad para apoderarse de su vecino en el desierto del Sahara. A este proceso de acoso marroquí contra los saharauis se le llamó la Marcha Verde.
Desde aquel año, la resistencia saharaui ha sido incesante, pero complicada, pues no cuentan con los recursos militares que sí tienen los marroquíes; peor aún, en marzo del presente 2022, llamó la atención que el gobierno de España, presidido por Pedro Sánchez, decidiera apoyar la iniciativa para que la República Árabe Saharaui Democrática se convirtiera en un territorio autónomo dentro de Marruecos. El posicionamiento español fue controversial debido a que, oficialmente, el país europeo se había mantenido en línea con las resoluciones de la ONU, que pugnaban por un acuerdo entre marroquíes y saharauis.
Este movimiento pudiera parecer lógico si pensamos en los territorios de Melilla y Ceuta, donde España ha tenido presencia desde los siglos XV y XVII, respectivamente, y desde los cuales mantiene control del estrecho de Gibraltar, clave en cuestiones económicas, políticas, militares y demás, pero que los marroquíes reclaman en su proyecto del Gran Marruecos.
En la actualidad, la ley internacional le ha dado la razón a España, que se rehúsa a seguir con la discusión sobre este tema; sin embargo, este tipo de temas enriquecen la experiencia de ver un partido de futbol, como lo hizo aquella “mano de dios” en 1986, cuando Diego Armando Maradona declaró, décadas después del suceso, que no se disculparía jamás con Inglaterra ni con nadie, pues fue una venganza por la guerra de las Malvinas, otra disputa territorial que envuelve la experiencia deportiva.
Para celebrar el pase de Marruecos a octavos de final, Jawad El Yamiq, uno de sus jugadores, mostró con la bandera Palestina; ahora que España y los del Magreb se verán las caras en Qatar, que sirva pues el evento para visibilizar la lucha de los saharauis, la de loa palestinos, las querellas territoriales y la historia que cobija al sistema mundo.