Mientras en Europa suben en forma extraordinaria los precios de la energía eléctrica, el gas, las gasolinas, el diésel, los granos, el pan y las pastas, gracias a la intervención oficiosa e imprudente que la Unión Europea ha tenido a bien llevar a cabo en el conflicto de Ucrania, para seguir a pie juntillas las órdenes de los Estados Unidos, un país que por cierto ni siquiera está en ese continente, los diputados del parlamento europeo se ocupan en emitir un comunicado falaz y tendencioso en contra del Gobierno de México, en un acto que pudiera calificarse hasta de ridículo y torpe.
Aunque se antoja que pudieron haber sido sorprendidos por las estridentes intervenciones de algún diputado español, alquilado por las empresas eléctricas privadas de ese país, como lo son casi todos sus legisladores, condenaron la defensa que el presidente López Obrador hace todos los días en contra de las noticias falsas, cuyo propósito es descarrilar el proyecto de nación que hemos decidido apoyar la mayoría de los mexicanos.
Acusándolo sin sustento, basándose en falacias de dedicarse a agredir periodistas desde el foro de sus conferencias matutinas y en una intervención tropezada de la Lilly Téllez española hasta se exigió que estas conferencias desaparecieran, después de decir que no se deben permitir las “mentiras falsas”, probablemente insinuando que las únicas mentiras que deben permitirse son las mentiras verdaderas.
No nada más están mal informados, sino que son tendenciosos en busca de beneficiar a las empresas saqueadoras europeas que ven en México un territorio de conquista. El presidente mexicano no agrede periodistas; desenmascara farsantes que se hacen pasar como periodistas, desmintiendo la desinformación que publican profusamente para intentar confundir a los ciudadanos.
Esos eurodiputados que no han dicho nada contra la forma inhumana en la que se ha encarcelado y maltratado a Julián Assange en su propio territorio, se atreven a criticar al gobierno mexicano por los homicidios que han sufrido periodistas de verdad en México, que hoy perpetra el crimen organizado. Pero en el pasado, cuando los gobiernos de México eran los principales violadores de los derechos humanos de esos periodistas, guardaron un silencio cómplice, mientras sus patrones de la oligarquía europea recibían concesiones y subsidios de parte de justamente esos gobiernos corruptos.
Hoy el fondo del asunto se encuentra en que México está por aprobar una reforma eléctrica, que terminará definitivamente con los privilegios inmerecidos y las prebendas groseras, que los gobiernos anteriores les otorgaron a los traficantes de influencias españoles y europeos para que nos saquearan a sus anchas.
Estos oligarcas corruptos han tratado de defender sus privilegios por todos los medios; han pagado miles de millones a los medios de propaganda, a opinadores, a periodistas chayoteros, a intelectuales asintomáticos y a legisladores corruptos de la oposición, para intentar repetir mentiras que desorienten a la población en contra de la reforma eléctrica y no han podido lograr nada con ello.
Ahora lo intentan desde el parlamento europeo, utilizando a sus diputados para que presionen al gobierno mexicano. Lo que nunca pensaron es que iban a recibir una respuesta inmediata, contundente y lapidaria de un presidente que no permite faltas de respeto de nadie, y que los puso en su lugar con toda la energía que se requiere para que se ubiquen en su verdadera dimensión pequeñita e insolente. México ya no es tierra de conquista. Grábenselo bien.
Como dijo El filósofo francés Jean Jacques Russeau: “Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”.