LOS ADULADORES DE LAS CORCHOLATAS

A pocos meses de las elecciones del 2024, es evidente para la mayor parte de los mexicanos, que el sucesor, o la sucesora de López Obrador, saldrá de las filas de Morena.
No de la coalición de izquierda, donde figuran otras fuerzas políticas. Saldrá de Morena, según la mayor parte de las mediciones y encuestas serias publicadas hasta el día de hoy.

Es motivo de tranquilidad para el Movimiento de Cambio, que esto suceda así. Queda poco tiempo para que la oposición arme y difunda un proyecto nacional que no ha construido hasta el día de hoy y para que la gente se entusiasme con el mismo, decidiendo respaldar con su voto a esa nueva estrategia neoliberal.
Nada de eso va a suceder. La oposición lanzará al ruedo a cualquiera de sus cartuchos quemados, dispuesto a prestarse a la farsa de un posible triunfo, cuando la derrota conservadora está más que cantada.

Por eso, el movimiento natural que genera la proximidad de un proceso electoral donde se define la presidencia del país, se está dando en el territorio de Morena.
Hay tres “corcholatas” sólidas, con posibilidad de alcanzar el triunfo y cada una de ellas cuenta con sus simpatizantes y sus detractores.

Esto es lo más natural y propio dentro de una contienda limpia y sana. El Movimiento es amplio y los respaldos a las diferentes opciones políticas tienen valor en el presente y a futuro. Hay cuadros que dan fortaleza a la Cuarta Transformación y que son vistos como los herederos naturales del presidente López Obrador.

Lo malo dentro de este proceso sucesorio, son los “simpatizantes” que entienden equivocadamente el momento que vive el país y el cambio de mentalidad de los mexicanos.
Gente que siendo parte del Movimiento, utiliza las mismas herramientas que vemos a diario en manos de los grupos reaccionarios, para hacer de esta competencia sana, una lucha a muerte donde se intenta destruir la imagen, el prestigio y la carrera política de las “corcholatas” que no son de su agrado.
Uno piensa en estos casos, que hay interés personal de algún tipo, pues se ataca con total descaro y partiendo de una mentira, o una suposición carente de base sólida, a un aspirante a la candidatura del partido.

Cuando esto lo hace un periodista, preocupa pensar que quienes se dicen partidarios del cambio de mentalidad dentro de una sociedad madura, sean en la práctica mensajeros del viejo periodismo mentiroso, difamador y falto de profesionalismo, que le vimos a la prensa opositora por décadas.

El día de hoy aparece una opinión en el diario La Jornada, firmada por Juan Becerra Acosta. Periodista de izquierda.

En ella, acusa al Secretario de Gobernación de ser un aspirante “misógino”, por una situación que pudo apreciar en una carretera y que se replica, según nos cuenta, en otras vías de comunicación del país.

Se trata de un espectacular, donde aparece la imagen de Adán Augusto López de frente y donde en segundo plano se puede apreciar la figura de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Nada más.

Esa es la prueba de la “misoginia” que debemos rechazar quienes votemos para definir al candidato a la presidencia, por el partido político Morena.
Becerra Acosta arma una trama de “significados implícitos” sobre ese espectacular, comparándolo con aquellas fotos en blanco y negro, donde aparecían nuestros abuelos y bisabuelo

Donde el “patriarcado” confería a la mujer un papel secundario y “de pie”, en tanto el hombre figuraba en primer plano y “sentado”.
Habla de “violencia de género” por los planos en que fueron presentadas las dos “corcholatas”. Para Becerra Acosta, se trata de un “discurso” que puede conducir a la “violencia política en razón de género”

Todo esto lo “sugiere” una imagen que no acompaña a la nota que publica el periodista y que debiéramos conocer, para saber si efectivamente, el poder de “sugestión” de esa imagen, es tan poderosa.

¿Qué pasa en realidad con estos periodistas que se dicen de izquierda, sin dar constancia real de esa filiación?

Hace unos días, Federico Arreola en su portal noticioso, publicó una nota donde aseguraba que el canciller Marcelo Ebrard, había abusado de una niña y que arrepentido, había borrado el mensaje donde él mismo dejaba constancia del hecho.

Se trataba de la imagen de una niña que hojeaba el libro recién publicado por el canciller. Una niña, que quizá sin saber leer, tenía en sus manos ese libro. Eso fue todo.
El reclamo a Federico Arreola fue grande.

Algo parecido hace hoy Becerra Acosta y la intención es clara.
Adán Augusto está haciendo un buen trabajo en las Conferencias Mañaneras y eso le da reflectores y lo pone en contacto con una importante audiencia a nivel nacional e internacional.

“Hay que bajarlo”.
Hoy sabemos que esas conferencias matutinas son vistas en la plataforma Youtube, de manera masiva.

Arreola y Becerra Acosta se identifican con la causa de Claudia Sheinbaum y eso está bien. Es una importante y muy buena aspirante a la candidatura por Morena.
Tenemos a tres excelente corcholatas compitiendo.

Lo que no se vale, es la guerra de lodo. La basura periodística disfrazada de noticia.

Lo que no se vale es utilizar las mismas herramientas herrumbrosas y despreciables que son tan deplorables en el periodismo opositor.
Lo que no se vale es intentar desacreditar a Marcelo Ebrard, o a Adán Augusto López, pensando que con eso se trabaja en favor de la causa de Claudia Sheinbaum, que por lo demás no necesita de ese tipo de “publicidad”, para sobresalir y ganar, si así la fuerza del Movimiento lo decide.

Hay un mensaje que publica en su cuenta de Twitter, la diputada Andrea Chávez y que resume el pensamiento de la mayor parte de quienes formamos parte de este gran Movimiento de Transformación:

“Hace 2 días que AMLO está reposando por su contagio de COVID-19. Mientras, Adán Augusto atiende al país y combate la desinformación en la mañanera. Claudia enfrenta a los corruptos inmobiliarios y Marcelo acompaña a la doctora Beatriz a fomentar la lectura. Hay 4T para rato”.
Las fracturas que intentan algunos desde el interior, no ayudan y solo los evidencian como incondicionales que se prestan a todo, por intereses que nada tienen que ver con un cambio de rumbo en el país.

No se ataca de manera vil a compañeros de causa.

Y como bien lo ha dicho el presidente, en forma permanente, “Lo que no suena lógico, suena a metálico”.

Malthus Gamba