Recientemente se difundió ampliamente un video protagonizado por algunos personajes famosos del espectáculo, en donde manifestaban gran preocupación por un supuesto daño ecológico a la selva en la región de Quintana Roo, causado por la construcción del Tren Maya, pero el momento político, así como los argumentos expuestos por los recién autonombrados ambientalistas, ponen en duda sus verdaderas motivaciones.
Y es que la zona ha sido devastada ecológicamente desde hace ya largo tiempo por inversionistas privados, situación que, curiosamente, pasó desapercibida por los neo ambientalistas, sin embargo ahora que, con la construcción del Tren Maya, no se incluye la participación de intereses privados, la preocupación por un supuesto daño ambiental intenta ser exacerbada.
Y es que estos personajes que se presentan tan interesados sobre el medio ambiente, lo hacen desde la comodidad del escritorio o, cuando mucho, desde las zonas turísticas de la Riviera maya, sin en verdad visitar las zonas que afirman son afectadas y, mucho menos, tomar en cuenta la opinión de los pobladores, que son quienes conocen a fondo la tierra.
Es muy común entre los teóricos (en cualquier materia), despreciar el conocimiento empírico del pueblo, pues lo consideran ignorante al no tener grados de escolaridad, y esto es debido al culto fanático a la academia que impulsaron los gobiernos neoliberales, como parte del individualismo y pérdida de valores, elementos tan necesarios para que un sector de la población aceptara las políticas contrarias al interés público.
Pero también es sorprendente el limitado y superficial análisis efectuado por los quejosos que se oponen a la construcción del Tren Maya, pues parecen suponer que el cuidado al medio ambiente forzosamente debe significar una parálisis social e impedir el desarrollo de una región que ha sido históricamente olvidada.
Y otro factor que omitieron en sus consideraciones son las acciones de compensación de impacto ambiental efectuadas por el Gobierno Federal, como son la reforestación de miles de hectáreas y la construcción de diversos parques ecológicos y reservas naturales protegidas, que no así en las intervenciones de inversionistas privados, que ha sido puramente depredatorio.
Y es por eso que, con las medidas compensatorias implementadas, el impacto ambiental real con la construcción del Tren Maya es prácticamente inexistente, mientras que en el caso de las inversiones privadas ya realizadas, que es donde en verdad deberían mostrar mayor indignación, los supuestos ambientalistas guardan un sospechoso silencio.
Y esa autocensura mostrada por los famosos en el citado video, así como otros más, quedó evidenciada al rehusar la invitación que les hizo el Presidente Andrés Manuel López Obrador para que acudieran al Palacio Nacional a discutir sobre el tema y aclara sus dudas, razón por la que esta cita tuvo que ser cancelada.
Por los argumentos presentados aquí, como también por los mismos alegatos de esos personajes, es que surge la duda sobre la verdadera motivación para oponerse al Tren Maya, pero, como dice la sabiduría popular:
Lo que no suena lógico, suena metálico.