La violencia, un vicio propio de los conservadores
Hay una frase histórica que adquiere plena validez en nuestros días.
“A los conservadores, no se les derrota totalmente. Siempre están ahí”.
López Obrador ha señalado este hecho y es importante tenerlo en cuenta, ya que los ataques permanentes a la Cuarta Transformación, son constantes, aunque hasta el momento, carentes de efectividad.
Han intentado de todo. Los ataques infundados se suceden unos a otros. Las noticias alarmistas, falsas y tendenciosas, son el arma preferida de los que “siempre mienten”, según nos dice el presidente.
Sin embargo, existe un tema sobre el que su insistencia ha provocado alguna duda en las filas de quienes apoyan a la Cuarta Transformación y tiene que ver con la crisis de violencia generalizada en el país.
Para muchos, la llegada del gobierno del cambio al poder, significada una oportunidad única para terminar con los vicios del neoliberalismo, que significaron deterioro en la vida cotidiana de todos los mexicanos.
Y efectivamente, alcanzado el poder, una de las medidas inmediatas de la Cuarta Transformación, fue el incremento en un dieciséis por ciento al salario mínimo. Algo nunca visto durante el periodo neoliberal.
La corrupción se está atacando con efectividad y es evidente que “barriendo de arriba, hacia abajo”, los resultados son notorios para todos. Baste señalar la disminución en el robo de combustible, que se generaba desde el interior de Pemex.
La atención a los que menos tienen también es un hecho irrefutable. En los pocos meses que lleva en el gobierno la Cuarta Transformación, los programas sociales se han ampliado y el número de beneficiarios ha crecido también.
Hay situaciones que pueden resolverse de inmediato, o en el corto plazo y en esos casos, la Cuarta Transformación ha demostrado efectividad y disposición para brindar las mejores soluciones.
Sin embargo, existen situaciones que por su complejidad, no pueden ser resueltas con la misma celeridad que las señaladas anteriormente.
La más difícil de ellas, tiene que ver con el freno a la violencia y las garantías de seguridad para todos los ciudadanos.
Esto no quiere decir que no se trabaje permanentemente en el problema. A todos los mexicanos les consta que los programas preventivos para reconstituir el tejido social, están en marcha. Se brinda seguridad económica a los más necesitados, a través de programas sociales. Se atiende a los jóvenes, incorporándolos a la vida productiva. Se crean fuentes de empleo en las zonas más necesitadas, como es el caso del programa “Sembrando Vida”.
Adicionalmente, se da vida a la Guardia Nacional, que será la instancia que enfrente a la delincuencia con capacidad y con una instrucción especial en cuanto al respeto de los derechos humanos.
Ya opera en buena parte del país esta nueva corporación de seguridad. Faltan elementos que se irán integrando poco a poco, pero el paso importante ya se dio.
La violencia, sin embargo, no disminuye y la sociedad, en forma natural, se inquieta.
Ese es el clavo al que se han aferrado los grupos conservadores, para atacar a la Cuarta Transformación y para intentar quebrar el apoyo social de que disfruta.
Señalan que no hay avances y que por lo mismo, la estrategia es fallida.
Su propuesta es la misma que vivimos desde que entró a gobernar fraudulentamente, Felipe Calderón: que se combata a los violentos con la violencia.
Y ese criterio quieren imponerlo a la sociedad, con el argumento de que en los meses que lleva gobernando López Obrador, no se ha observado una disminución importante, en cuanto a la violencia.
Ese es el panorama actual que vive la sociedad mexicana.
La mayor parte de los ciudadanos, no cree en las mentiras que difunden los reaccionarios. Entienden que lo que piden (solución inmediata), es imposible.
¿Qué significa la expresión “recomponer el tejido social”?
Significa que el modo de convivencia de los mexicanos, fue pervertido por el neoliberalismo hasta un punto, donde los integrantes de las familias que conforman la sociedad, aceptaron que el juego de la corrupción, la impunidad, la violencia, el consumo y tráfico de drogas, eran algo aceptable. Aceptamos la vida en esas condiciones por mucho tiempo. Fuimos permisivos con quienes vivían a nuestro lado, dedicados a actividades ilícitas. No condenamos ni denunciamos a quienes ejercían la violencia, como mecanismo para imponer sus criterios y deseos, por equivocados y criminales que estos fueran. Incluso, olvidamos la ética y otros valores, a la hora de educar.
La sociedad en su conjunto, se acostumbró a vivir bajo esas condiciones y la violencia creció poco a poco, pero en forma constante.
La misión que tiene la Cuarta Transformación, es erradicar esa visión de vida que está presente en muchos de los mexicanos.
Nacieron, crecieron y viven pensando que la única manera de destacar, es aplastando a los que se interponen en el camino. Es la mentalidad neoliberal de competencia permanente. “Solo el más fuerte, el mejor preparado triunfa”. Esa idea la tienen muy presente quienes participan en la delincuencia organizada.
Sacar al país de esta crisis social, no será fácil. Los conservadores lo saben, pero pretenden hacer creer al pueblo que lo que ellos no pudieron o no quisieron hacer en los sexenios de Calderón y Peña Nieto, lo debe lograr, en unos meses, el gobierno de la Cuarta Transformación.
Hay gente que da crédito a esta idea perversa, que solo tiene como finalidad, crear la oportunidad social para el regreso del neoliberalismo al poder.
A todos nos duelen los feminicidios, la muerte de niños inocentes en acciones violentas del crimen, el reclutamiento y muerte de jóvenes que apenas comenzaban a vivir, de hombres trabajadores asesinados, que eran el sostén de una familia.
Todos ellos son parte del tejido social.
La solución al problema de la violencia es de fondo y no basta maquillar la situación, para mostrar resultados inmediatos.
La raíz del problema se encuentra en cada casa, en cada rincón del país.
Es aparte de un asunto de seguridad pública, un problema de mentalidad que urge corregir.
“La violencia no se combate con más violencia”, ha dicho en muchas ocasiones López Obrador.
Violencia es neoliberalismo y ya hemos experimentado sus consecuencias.
La educación, el trabajo digno, la seguridad social, la atención a los jóvenes, son los cimientos de la nueva sociedad.
Esa que queremos sin violencia y con respeto y garantías a los derechos humanos de todos.
Este proceso de reajuste social, no puede ser, ni será rápido. Pero es el único camino firme que existe.
Lo demás, lo que proponen los conservadores, es erradicar por la fuerza la cáscara, dejando el fruto podrido sin tocar.
Es apariencia. No solución.
La Cuarta Transformación va por buen camino y sabe que nos dirigimos a puerto seguro.
Entendamos y apoyemos.
Malthus Gamba