El proceso electoral que está por culminar el 6 de junio, nos ha mantenido con la atención enfocada en los 15 Estados donde la contienda implica el cambio del poder ejecutivo de cada entidad; sin embargo, en el resto de la República se lleva a cabo una actividad menos taquillera para los medios pero de enorme importancia.
Se trata de entidades en las que van a renovarse las presidencias municipales y donde se definirá una gran parte de la composición de la Cámara de Diputados, cuyo control es la obsesión de la oposición al gobierno federal, porque es ahí donde se autoriza el manejo del presupuesto.
Por su concentración poblacional la Ciudad y el Estado de México, son los que se distinguen en este proceso, que no renovará poderes ejecutivos de la entidad, pero donde se encuentran en disputa 141 alcaldías, que son a final de cuentas los gobiernos que atienden en forma más directa las necesidades de los ciudadanos.
Recordemos que en 2017 se perpetró uno de los fraudes electorales más escandalosos de los que se tiene memoria, durante las elecciones del estado de México, donde el gobierno federal de Peña Nieto designó a varios secretarios de estado para que fueran a actuar como matraqueros del PRI en ese proceso electoral, apoyando la entrega de todo tipo de dádivas, sobornos y promesas para que la población votara por ellos y después de todo eso, tuvieron que hacer trampa en el conteo de los votos para ganar.
Por las cifras que hoy vemos sobre preferencia de voto, parece que todo eso solo les sirvió para extender su período de saqueo durante 3 años. A pesar de que hoy el PRI se juntó en coalición con el PAN y con el PRD en la mayoría de los municipios, la preferencia electoral en los más poblados y en algunos hasta emblemáticos para estos corruptos, favorece a los candidatos de Morena.
Así por ejemplo, en Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Ixtapaluca y Toluca parece que el PRI no va a recuperar nada, incluso en colusión con las otras bandas de saqueo. De todas las entidades en las que Morena va a la cabeza, llama la atención el caso de Valle de Bravo, donde sucedió algo impensable a medio proceso electoral.
En ese municipio, la candidata Michell Núñez de Morena, logró de alguna manera que el PAN, el PRD y el Partido Verde, se sumaran a su campaña en contra del PRI, captando una buena parte de las intenciones de voto a favor de su candidatura, con lo que incrementa sustancialmente la ventaja que ya tenía y seguramente va a arrasar en el número de votos durante la jornada del 6 de junio, con lo que el PRI se puede ir despidiendo de ese municipio.
Así es que no solamente Morena se perfila para obtener el control del poder ejecutivo en la mayoría de los Estados donde éste se encuentra en juego, sino que en muchos de aquellos que no están en ese caso lo va a conseguir en los municipios, en los que sin importar la filiación política del gobernador en turno, la 4ª transformación se irá consolidando desde la base de la pirámide política, que es donde más falta hace que esto suceda.
Esto son muy malas noticias para la oposición moralmente derrotada, que sigue sin entender que la voluntad popular no se consigue coludiéndose con el INE, o difundiendo realidades alternativas en los medios chayoteros, o acusando al gobierno de México en la OEA, o entregando tinacos, tarjetas de débito y despensas, sino trabajando con los ciudadanos desde abajo para lograr que todos puedan participar en el desarrollo económico y social del país. Cuando se den cuenta, habrá más municipios de los que puedan contar aplicando los mecanismos de la 4ª transformación y sus oportunidades de recuperar privilegios se habrán esfumado.
Como dijo la columnista estadounidense Ann Landers “Las oportunidades suelen estar disfrazadas de trabajo arduo, por lo que la mayoría de las personas no las reconoce.”