Se les dijo en todos los tonos y por todos los medios posibles; aún así, se atrevieron los diputados del PRI, del PAN, del PRD y de Movimiento Ciudadano a votar en contra de la reforma eléctrica que lleva meses discutiéndose, aclarándose, comentándose y al final, votándose en la Cámara de Diputados.
Durante todo este proceso se explicó su contenido y su conveniencia ampliamente en foros abiertos que duraron más de 105 horas, sin que la oposición, ni las empresas eléctricas privadas, pudieran esgrimir algún argumento de suficiente peso como para demeritar sus beneficios para el país.
Después en la cámara los priistas pidieron que se incluyeran 12 puntos como condición para aprobarla. Se les dio gusto, pero con todo y ello recularon, incluso después de haber acordado su aprobación a cambio de estos ajustes. Se atrevieron a meter coyotes extranjeros de las eléctricas privadas al salón de sesiones del pleno y a sentarlos en curules como si fueran legisladores mexicanos.
Los ciudadanos les exigimos por todos los medios que la aprobaran, les dijimos que su voto en contra lo íbamos a considerar como una traición a la patria, porque lo que están buscando es que las tarifas de luz se nos disparen como sucede en Europa, pero no hicieron caso.
Prefirieron consumar un voto de traición contra México a cambio de algunos pesos con los que las eléctricas privadas seguramente los sobornaron. Se definieron a sí mismos decantándose hacia el oscuro rincón que ocupan los traidores en la historia del país, cuya lista es larga y que hoy crece con 222 nombres más de vende patrias.
Para fortuna de los mexicanos, con la declaración de constitucionalidad que hizo la Suprema Corte de Justicia de la Ley Eléctrica hace unos días y con la aprobación inevitable de la Ley de la Industria Minera que literalmente nacionaliza el litio, el único sentido práctico de la votación a la reforma eléctrica en la Cámara de Diputados era evidenciar a los traidores a la patria y su objetivo se cumplió completamente.
A cambio de algunas limosnas y por un capricho incomprensible, detuvieron la aprobación de la reforma que recibió una mayoría de votos para ser aprobada por parte de Morena y sus aliados, pero que no eran suficientes.
Con esos votos en contra lograron dos cosas: La primera fue perjudicar incluso a las compañías eléctricas privadas que tanto defienden, porque en la reforma se incluía el otorgamiento del 46% del mercado para que ellas lo cubrieran y al detener la reforma, las privadas dejan de recibir ese derecho de prioridad sobre la mitad del mercado eléctrico del país, ya que esto no se encuentra en la ley eléctrica que la Corte declaró como constitucional y que será la que se aplique. Su segundo logro fue evidenciarse como traidores, como políticos de pacotilla que prefieren trabajar para los grupos de oligarcas rapaces, en lugar de representar los intereses de quienes votaron por ellos.
No cabe duda que cada decisión que toma la oposición nos facilita continuar con la transformación del país a un muy buen ritmo. Es mucho más fácil reducir la influencia política de unos partidos que se manifiestan abiertamente como traidores a la patria, que hacerlo con los que aún pueden ser confundidos con otra cosa.
Ellos mismos nos están despejando el camino para que las elecciones que vienen a partir de este año y hasta el 2024 nos sirvan para terminar de desaparecerlos, dejando paso libre a una oposición seria, que merezca este calificativo, no el que se ganaron a pulso estos cárteles electoreros.
Como dice el proverbio chino: “Es fácil esquivar la lanza, mas no el puñal oculto”.
