Por. Diego Iván López Miguel
Twitter: @DiegoI_Lopez
Ya pasó una semana desde la colisión electoral entre la 4T y el bloque aliancista ‘Va por México’, los opositores no lograron su objetivo principal, pretendían arrebatarle la mayoría en la Cámara de Diputados a Morena y sus aliados. Tampoco obtuvieron ninguna gubernatura; el fracaso de Claudio X. González Guajardo trató de maquillarse con la victoria que obtuvieron en la Ciudad de México, al ganar 9 alcaldías de la capital. Pero el discurso se vino abajo cuando salieron diversos personajes del PAN al aceptar la derrota en las urnas.
Políticos de Acción Nacional como el senador Gustavo Madero y el gobernador de Chihuahua, Javier Corral hicieron un ejercicio de autocrítica tras lo ocurrido el pasado 6 de junio. Los panistas reconocieron los malos resultados y pidieron a la dirigencia nacional del PAN realizar un proyecto alternativo al que se ofrece en Palacio Nacional. Comienza la división entre las diferentes corrientes panistas que, incluso piden el relevo de Marko Cortés.
En el PRI el escenario es peor aún, el partido tricolor perdió los 8 estados que tenía en disputa en las elecciones intermedias, se quedará con 4 estados: Coahuila, Estado de México, Hidalgo y Oaxaca. Las bases priistas han pedido la destitución de Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, quién perdió de forma simbólica el estado de Campeche, que estaba en posesión del priismo desde la fundación del partido en 1929.
Después de la catástrofe priista, el presidente Andrés Manuel López Obrador abrió la puerta de la 4T al PRI para futuras negociaciones, con el objetivo de alcanzar la mayoría calificada en los cambios constitucionales que pretenda el mandatario, en su conferencia matutina dijo: “Si se quisiera tener mayoría calificada, se podría lograr un acuerdo con legisladores del PRI, o de cualquier otro partido, pero no se necesitan muchos para la reforma constitucional”, aseguró AMLO.
El dirigente del PRI, “Alito” Moreno, no descartó un diálogo con el Presidente. En una entrevista Moreno Cárdenas precisó que el hecho de construir una agenda legislativa en coalición “no deja de lado que el PRI tenga agenda propia y se pueda dialogar con el presidente de la República y el Gobierno federal”. El priismo está en la encrucijada entre ceder al llamado de López Obrador o continuar con la alianza formada por Claudio X. González. ¿En qué terminará todo esto?.
Por lo pronto, las declaraciones de López Obrador ya hicieron tambalear a la alianza ‘Va por México, la fragilidad de las tres fuerzas políticas que la integran (PRI, PAN y PRD) quedaron a merced del fuerte presidencialismo que se ejerce en el Ejecutivo Federal. El discurso triunfalista de González Guajardo se ha topado con la realidad, un debilitamiento aliancista después de la derrota electoral del bloque opositor.
El pasado jueves, el Presidente se reunió en el museo Kaluz ubicado en la Ciudad de México con la élite empresarial del país, estuvieron presentes en la reunión los personajes con el mayor capital: el Consejo Mexicano de Negocios (CMN). Entre los empresarios que acudieron al lugar estuvieron: Valentín Díez Morodo, Joaquín Vargas, Alberto Torrado, Antonio Del Valle, Carlos Slim, Emilio Azcárraga, José Antonio Pérez, Agustín Coppel, Blanca Treviño, Daniel Servitje, Pablo Azcárraga de Posadas y Claudio X. González. La cita fue un día después de que López Obrador anunció que promovería a Arturo Herrera como Gobernador de Banco de México (Banxico); y llegaría a sustituirlo como secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
En la reunión el mandatario aseguró a la iniciativa privada que no habrá aumento en los impuestos, esto para incentivar la inversión y apuntalar a la recuperación económica del país. López Obrador derrotó a Claudio X. González en las urnas, pero también al desestabilizar a la alianza ‘Va por México’, y ofreciendo acuerdos a la élite empresarial que ha estado en contra de la 4T desde hace tiempo.