La crisis del primer mundo: Reino Unido y sus problemas económicos
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La crisis del primer mundo: Reino Unido y sus problemas económicos
Por: Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera
“Hemos recuperado el control de nuestras leyes y nuestro destino”, aseguró Boris Johnson en una conferencia de prensa desde su residencia oficial de Downing Street en diciembre de 2020 cuando la Unión Europea y Reino Unido llegaron a los acuerdos de un Brexit duro, es decir, sin tratado de libre comercio.
En ese tiempo, Johnson tenía un gran aliado en quien ponía muchas esperanzas para mantener a flote al Reino Unido, su nombre era Donald Trump… Tiempo después, ambos cayeron.
Hoy, los elevados precios de la energía, el alza las de las hipotecas y los precios la canasta básica en Reino Unido están en un período recesivo, el cual sin duda, sería mucho más llevadero si la isla británica aún fuera parte de la Unión Europea.
El reflejo: hace algunos días, la cadena británica de supermercados Asda impuso límites a las compras de algunas frutas y hortalizas por la escasez del abastecimiento de productos frescos que afronta el Reino Unido por la crisis en el suministro procedente de España y el norte de África.
Esta cadena de distribución minorista, la tercera mayor del Reino Unido, determinó entonces que cada cliente podrá adquirir un máximo de tres unidades de una serie de productos como tomates, pimientos, pepinos, lechuga, brócoli, coliflor y bolsas de ensalada.
“Al igual que otros supermercados, estamos experimentando desafíos de abastecimiento en algunos productos que se cultivan en el sur de España y el norte de África”, explicó un portavoz de Asda.
Así pues, la patria del escocés Adam Smith, padre del libre mercado; la tierra de Margaret Thatcher, la reina del neoliberalismo, debió imponer restricciones comerciales.
“Aunque de momento Reino Unido haya logrado esquivar la recesión técnica, las perspectivas de crecimiento se mantienen algo más sombrías que el resto de las grandes economías, dice Stephanie Kennedy, economista de Julius Baer”, informó la BBC Mundo.
Y es que el Banco Central de Reino Unido ha subido las tasas de interés hasta 10 veces más que otras naciones del mundo, lo que dificulta cada vez más pagar, por ejemplo, hipoteca por lo que muchos propietarios han debido subir las rentas de sus inmuebles.
Según el FMI, en su informe Actualización de Perspectivas de la economía mundial, publicado el 31 de enero, la economía británica se contraerá un 0,6% en 2023. Será la única entre las grandes economías que lo haga, incluso sobre Rusia, que debe batallar con las sanciones internacionales impuestas a raíz de la guerra en Ucrania.
Los villanos favoritos para hablar de recesiones, caídas económicas, escasez de productos y demás son Venezuela, o en su caso Cuba; a últimas fechas, también Argentina, que ahora bajo el gobierno de Alberto Fernández, sí son criticables las consecuencias de la administración Macri. Ah, pero a las crisis de las potencias occidentales se les buscan miles de razones, excusas, nadie acepta que el capitalismo está repleto de fallas y se deben replantear mucho de dicho sistema.
Vemos también, en nuestro lado del mundo, como instituciones como Silicon Vally Bank, el banco valuado en el lugar 16 de los miles que hay en Estados Unidos, quebró olímpicamente, casi que sin aviso alguno. ¿La historia nos suena familiar? Sí, la crisis de 2008, cuando las calificadoras mintieron inflando activos financieros basura hasta causar una recesión mundial.
Apenas en 2021, en el propio Reino Unido se vieron filas de autos en las gasolineras, a causa de un problema con los transportes del combustible, demostrando que los sistemas eléctrico aún están lejos de ser la solución total a sustituir los hidrocarburos. De pronto es muy sencillo desnudar el falso progreso de algunas naciones.
Hoy, otra vez, el sistema falla, pero como no se llama comunismo, se le va a defender hasta el cansancio. Si no es momento de replantear la forma de vida de la sociedad actual, ¿entonces cuándo?