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La 4T apuesta por la democracia, que nace de la sociedad bien informada
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La 4T apuesta por la democracia, que nace de la sociedad bien informada

La pregunta del reportero, respecto a la manera en que el presidente López Obrador puede garantizar que en el futuro, las medidas que brindan el derecho a la salud a todos los mexicanos serán cumplidas, aún en el caso de que Morena salga del gobierno, recibió una respuesta contundente.
Se va a establecer en la Constitución Mexicana que por ley, el presupuesto en salud nunca pueda ser inferior al del año anterior. Siempre habrá recursos suficientes para garantizar este derecho universal.

Y aquí señaló el presidente algo más. Se requerirían otros cambios constitucionales para revertir ese derecho social y la ciudadanía deberá estar atenta para impedir que los conservadores realicen las modificaciones que les permitan privatizar el sector salud.

Esta visión de la realidad tiene una importancia fundamental, dentro de la política que desarrolla el gobierno de la Cuarta Transformación.
Es la sociedad, el pueblo mexicano en su conjunto, quien defenderá después de este sexenio, los programas sociales, la soberanía nacional, nuestros recursos naturales y las libertades que estamos construyendo entre todos.

La intención del gobierno del cambio, es impulsar a una sociedad adormecida por décadas, para que se haga cargo de su destino, sin la necesidad de requerir forzosamente, de la intermediación de otros participantes.

López Obrador está batallando diariamente en las conferencias mañaneras, por crear una conciencia política y social, desconocida para la mayoría de los mexicanos.

Los cada día más numerosos ciudadanos conscientes, nos hemos apartado de los medios de comunicación tradicionales. Preferimos informarnos del acontecer nacional, en la conferencia mañanera, o en los medios de comunicación alternos.

Sabemos hoy, que la mayor parte de la información que fabrica la prensa conservadora, está adulterada. Ya no compramos esa realidad deformada.
Aprendimos a distinguir a los políticos honestos que hoy forman parte de la administración pública. Los comparamos con los tecnócratas del pasado y encontramos una diferencia abismal entre unos y otros.

Honestidad por una parte y corrupción total en la otra.
Estamos entendiendo que hay problemas nacionales que se resuelven con facilidad y dificultades tan graves, como son los casos de violencia e inseguridad, que requieren de tiempo, pues hay que atender una serie causas que detonaron el problema. Esto lleva tiempo, pero se consiguen resultados definitivos en el mediano plazo.

La sociedad mexicana ha madurado mucho, aunque falta todavía un buen trecho por andar.
Pero es la única vía para defender la democracia recién adquirida.

López Obrador lo entiende así y su gobierno tiene la intención de heredarnos, al final de este sexenio, un país ordenado, donde lo único que nos corresponda en adelante, sea la defensa de todo lo ganado.

Necesitamos informar, convencer y concientizar a cada mexicano, de que el futuro del país lo construimos entre todos y que la inacción y la pasividad, brindan oportunidad a los conservadores para regresar al poder.
Una sociedad que no requiere intermediarios para hacerse escuchar y obedecer por quienes están al frente del gobierno, es la apuesta del presidente López Obrador.

Apuesta total por la democracia, que nace de la sociedad bien informada.
Esto tiene que ver también con el papel de los partidos políticos, que en el pasado, fueron las únicas instancias que incidían en el destino del país.

Hace unos días apareció un desplegado de importantes militantes de Morena, donde convocan a un Congreso Nacional que permita fortalecer al partido.
Señalan que Morena se encuentra en un estado de pasividad alarmante, pues no está acompañando al presidente en los proyectos y cambios que se dan a diario.
Convoca a la militancia para que en todo momento, se ponga de lado el interés personal y se creen los mecanismos necesarios para dar fuerza e impulso al partido.

Es una convocatoria sana. Habla de la intención de una parte de la militancia por adecuar los procedimientos internos del partido, a los tiempos de cambio que se viven.

Para eso será necesario acudir a la receta que el presidente López Obrador recomienda para los casos en que hay diferencias y ópticas distintas: diálogo, diálogo y más diálogo.

Morena es un partido que nació como movimiento y por lo mismo, existen diferentes corrientes políticas y personajes que piensan en lo general del mismo modo, pero que miran las formas y los procedimientos de manera distinta.
Hay choque de corrientes dentro de Morena y esto es natural en toda fuerza política.
Lo que no es tolerable son los intereses personales o de grupo, que se colocan por encima de la responsabilidad social que tiene el partido.

Esos grupos han chocado en el pasado y al parecer, tanto los aciertos como las faltas, son compartidas por todas las partes. Aquí no hay buenos y malos.

Por eso la necesidad de diálogo para encontrar una salida satisfactoria para todos.
Lo anterior viene a cuento por dos razones.
La primera, porque el presidente ha dejado clara su distancia política con Morena.
En una democracia real, el titular del ejecutivo no puede nombrarse “el primer militante del partido”, como ocurría en el pasado.
Lo que suceda en Morena es asunto de Morena.
El gobierno de la Cuarta Transformación, va por una vía paralela.
La segunda razón tiene que ver con el apoyo que se otorga al presidente y a su gobierno.
Este apoyo viene del pueblo, de la sociedad civil, que en su gran mayoría no militamos en algún partido político.
Tenemos confianza en el proyecto de la Cuarta Transformación y vamos con todo para que se logre el cambio propuesto por el presidente López Obrador.

Esta sociedad es la que va a defender en el futuro, cada uno de los logros alcanzados por este gobierno.
Morena es actualmente la fuerza partidista con la que se identifica buena parte de la sociedad.
Debe resolver sus problemas internos, alcanzando acuerdos, limando asperezas, para convertirse en la plataforma política que los ciudadanos esperan.
De no ser así, la sociedad mexicana, despierta, combativa y propositiva, buscará nuevas vías para defender el cambio que hoy se construye.
A final de cuentas, las palabras de López Obrador tienen un valor histórico determinante: “solo el pueblo puede salvar al pueblo y solo el pueblo organizado puede salvar a la nación”.

La Cuarta Transformación también es eso. Aprovechar los instrumentos políticos cuando estos existen y defender la democracia como pueblo organizado, cuando no hay representantes populares confiables.
Lo correcto sería que Morena logre por la vía del diálogo, transitar por su proceso interno. Se aprecia voluntad para hacerlo.
Y eso nos conviene a todos.

Malthus Gamba

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