Por: Rafael Redondo
@redondo_rafa
Desde el 22 de enero de 2020, un mes antes de que el primer caso por infección de SARS-CoV-2 apareciera en México se hizo popular a las 19:00 hrs. todos los días de la semana, la presencia del Dr. Hugo López Gatell quien por disposición del Presidente y del Secretario de Salud ha tenido la responsabilidad de mantener comunicación constante con la población mexicana para darnos a conocer la evolución de la pandemia, obedeciendo a la filosofía de AMLO de transparentar la vida pública.
Es importante subrayar que hice una búsqueda incisiva para encontrar algún país cuyo gobierno hubiera dispuesto un esfuerzo informativo similar al mexicano, pero no existe.
¿Cuál ha sido el valor de las conferencias de salud?
1.- Ciencia y gobernabilidad: las intervenciones médicas para enfrentar la pandemia deben diseñarse para cuidar también la economía y la estabilidad social. Un trabajo en paralelo de ciencias médicas y gobernabilidad. Abordar el problema solamente desde un punto de vista (médico o político) resulta inútil. Se trata de aplicación de políticas públicas basados forzosamente en conocimiento científico. En México a diferencia de países europeos que obligaron bajo amenaza de sanción económica e incluso arresto a confinar a la población y así proteger la salud, se decidió cerrar los estímulos para reunirnos. La imposición de sanciones en algunos países de Europa resultó en un doble problema; además de lidiar con la epidemia tuvieron que enfrentar estallamientos sociales, nosotros no tuvimos ese problema.
2.- Información contra los mitos: desde la teoría del chip en la vacuna, la modificación genética por utilizar la molécula ARN para fabricar vacunas; la aparición de qAnon en Estados Unidos o personajes como el arzobispo Carlo Maria Vigano, la genetista Alexandra Henrion-Caude y el realizador del documental antivacunas Hold Up, Pierre Barnerias en Francia, todas visiones mezcla de ciencia ficción y fanatismo religioso católico no hicieron eco en México porque al menos un sector de la población seguimos las conferencias y nos apoyamos en información construida con método científico, entendimos la homologación de criterios de la comunidad científica internacional especialmente intensa en la vigilancia del SARS-CoV-2 (para aquellos que creen que Gatell se podía saltar las trancas y aplicarnos vacunas sin un respaldo científico demostrando su eficacia u optar por el genocidio para solucionar el problema; pues no es tan fácil porque alguna autoridad internacional habría señalado el error, no es necesario el dedo acusador de López Dóriga o el nulo conocimiento en ciencia del circo mediático de La Hora de Opinar o de la epidemióloga sin formación médica Lilly Téllez).
La única forma de eliminar los mitos es información científica; eso es lo que nos proporcionaron las conferencias y por eso los mexicanos no caímos presa de esa narrativa conspiracionista.
3.- Los temas de las conferencias: desde la definición de virus, descripción morfológica del SARS-CoV-2, su comportamiento en las células, qué es el ARN como molécula para fabricar vacunas, fases de investigación de una vacuna, cómo y quién autoriza la utilización de un producto biológico como medicamento en cada país, organigrama de la OMS, cómo y dónde se publican los descubrimientos médicos y/ o científicos, medidas de seguridad contra agentes patógenos, quién construye en México las bases de datos que expone el Gobierno Federal y quiénes son los responsables de proteger la salud de los mexicanos; el terrible impacto de la obesidad en México y su relación con los decesos por SARS-CoV-2, el impacto de una enfermedad de acuerdo a las condiciones económicas, sociales y hasta culturales de cada país, conceptos tan vitales como letalidad y mortalidad. Cómo funciona el sistema de vigilancia epidemiológica en México (que la mayoría de los periodistas jamás entendió), evolución de la epidemia en el mundo y en México con cifras y gráficas comparativas, la utilidad de la probabilidad y estadística en las ciencias médicas, la interacción del SARS-CoV-2 y otros virus como el VIH, el SARS-CoV-2 y el embarazo o los enfermos crónicos, la alimentación de la población mexicana, la psicología y la psiquiatría frente a la pandemia y el confinamiento, las adicciones… sólo por mencionar algunos temas abordados en las conferencias. Es importante hacer mención de la valiosa participación de un enorme equipo de científicos mexicanos y extranjeros porque para información de quienes critican las conferencias, muchas de las mentes más brillantes en cada materia pasaron por las conferencias apoyando y trabajando en equipo (la ciencia a diferencia de los comentarios de los periodistas y opinólogos, es resultado del trabajo de equipo, no sólo de Gatell). ¿Cómo no aprovechar y agradecer este cúmulo de conocimiento? Hace falta ser un ingrato consumado para no hacerlo.
4.- La obsolescencia de los medios de comunicación: las conferencias de salud demostraron que no sólo el morbo vende en los medios; que se puede tener un contenido valioso y dar rating. Pero además, las conferencias desnudaron a los medios de comunicación:
a) Los medios venden solamente morbo.
b) Los medios de comunicación están más interesados en vender que en informar. Nunca les interesó la salud de los mexicanos.
c) La ética profesional no es su fuerte.
d) Me atrevo a decir que un 90% de comunicadores, presentadores y periodistas tienen más hambre por fama y dinero que por su profesionalismo. Se atreven a enjuiciar sobre temas que desconocen, su bagaje cultural es muy pobre y su especialización inexistente.
e) Los espacios informativos o de opinión se parecen más a un vodevil que a profesionales argumentando con evidencia. Tenemos desde la que un doctorado le abre la posibilidad para saber de todo tratando de disfrazarse de Da Vinci como Denisse Dresser que se dice tener el grado académico pero como cree dominar por igual la epidemiología lo mismo que la ecología o la petroquímica, ya no sé en qué obtuvo un doctorado. Pasando por la enorme incultura hasta en el lenguaje de Azucena Uresti, la desesperación por seguir figurando aunque sea diciendo tonterías y vulgaridades como brozo y Loret hasta los que tienen más buche que neuronas como Ruiz Healy, Sarmiento o Aguayo. Ninguno tiene las credenciales para pasar escáner a temas tan alejados de su experiencia y formación, todos dedicados al ataque barato, todos mostrando una falta de ética y conocimiento supremos y ninguno, ninguno preocupado por la salud de los mexicanos.
f) Los medios de comunicación además de gente que cree que es lista o “chitocha”, necesita verdaderos especialistas en diversos temas pero sobre todo, en manejo de información.
Gatell además de atender el tema médico tuvo que lidiar con esta absolutamente vergonzante actitud de los medios y críticas sin fundamento por parte del sector más corrosivo de la sociedad mexicana, un sector de la clase media, la arrogante, la que aunque sus únicos éxitos en la vida sean tener una American Express (la negra todavía no), haber hecho una maestría en Boston, tener un coche (cómodas mensualidades), salir en la tele, hacer una obra de teatro (hay mucho farsante que cree que es artista y epidemiólogo aunque no es ni uno ni otro) o medio hablar Inglés creen que lo saben todo.
No tienen una pizca de humildad aunque no falten a misa los domingos y se casen por la iglesia organizando bodas despampanantes. Estos dos han sido los verdaderos enemigos de México, los villanos de esta historia. Gatell tuvo que lidiar con dos virus, el SARS-CoV-2 y la clase media “sabelotodo” pero que se informa con Chumel y compra el mundo fantástico que les vende Martha de Bayle.
Ni los medios ni ese sector de la población lograron entender en año y medio la diferencia entre ciencia e ideología política.
Por el conocimiento compartido, por la diplomacia al enfrentar los embates de críticos irracionales, por el tiempo y paciencia invertidos en las conferencias, por innovar en los medios y por ser protagonista del único esfuerzo mundial por mantener informada a la población, muchas gracias Dr. Hugo López Gatell.