¡España sin luz! Usuarios usan velas y hasta leña, ante el incremento de la electricidad

Ante los imparables incrementos en el costo de la luz, los usuarios españoles han decidido dejar de utilizar la energía eléctrica para cocinar y para iluminar y calentar sus hogares, recurriendo al uso de velas, cobertores y estufas de gas y hasta leña, pues el recibo de la luz tuvo, tan sólo en esta semana, tres máximos históricos, colocando por encima de los 300 euros cada Megavatio hora (MWh), lo que representa un aumento de más de 460 por ciento en menos de un año.

Pero el problema para el ciudadano común en España no solamente es el abusivo precio de la luz, sino la inflación que esto arrastra, sumiéndolo en una crisis económica como no se veía quizás desde la postguerra, pues encender la luz, la calefacción y cocinar ahora se ha vuelto un lujo para el hogar promedio en ese país, y ahora sucede que, en los bancos de alimentos que atienden a los más necesitados, ya no solamente requieren comestibles, sino también velas, lámparas y cobijas.

A consecuencia de esto, personas que jamás pensaron que tendrían que acudir a alguno de esos establecimientos de apoyo social, ahora lo están teniendo que hacer, debido al empobrecimiento provocado por las altas tarifas eléctricas, que fueron de 35 a 80 euros por mes, para un hogar modesto.

Este brutal golpe a la ciudadanía se debe, casi exclusivamente al control oligopólico que un puñado de empresas, como son Endesa, Iberdrola, Repsol, Naturgy y EDP, que mantienen sobre la generación y distribución de energía eléctrica en España, otorgándoles un poder casi absoluto, que les permite poner de espalda contra la pared al mismo gobierno español, que no ha logrado sino dictar unas cuantas tibias medidas que de muy poco han servido para aminorar la crisis.

Y es que el modelo español, mismo que intentaban implantar en México, a decir del economista Juan Laborda, “es un fracaso, sin paliativos”, pues a diferencia del resto de Europa, donde los gobiernos conservaron fuerte presencia en el mercado eléctrico pero, sobre todo, se preocuparon de que la autoridad tuviera la rectoría de los precios, en España se privatizó el 65 por ciento de la producción y distribución de electricidad, para después entregar a los particulares el poder de dictar, regular y controlar los precios para el consumidor.

Y sí, esta privatización ocurrió durante el gobierno del conservador José María Aznar, quien utilizó exactamente los mismos argumentos que hoy presentan los defensores de la privatización en México, sobre “privilegiar las energías limpias”, la “falta de capacidad” del gobierno para generar la electricidad que el país requería y hasta el supuesto de que con la privatizacion bajarían las tarifas eléctricas para el consumidor, todo lo cual evidentemente resultó falso.

Lo que sí sucedió es que ahora España ha perdido por completo su autosuficiencia energética, que ha sido secuestrada por un puñado de empresas repaces y que no les importa que el español promedio tenga que pasar hambre y frío.