Normalmente votamos para que gane alguien; ayer no fue así, votamos para hacer patria y hacer historia. El domingo pasado instalamos una práctica de democracia participativa que no existía: la revocación o ratificación del Presidente de la República.
Por supuesto la masa descerebrada de la oposición no comprende lo que pasó, nunca lo ha entendido y va a seguir así. Ellos son así, reaccionarios, cerebralmente poco sofisticados y muy manipulables. Son los títeres de medios que operan como servidumbre de la oligarquía, como el Reforma, el Universal, Televisa, TV Azteca, Latinus, Univisión, Telemundo, Washitong Post, por nombrar sólo algunos.
Dijeron hasta el cansancio que proyecto del AIFA no se construiría y sucedió; que las pensiones eran sólo mentiras para ganar votos y en la actualidad millones ya disfrutan de ellas; que el aeropuerto de Texcoco sería la única opción viable, pero finalmente desapareció y hoy es zona natural protegida. También aseguraron que el peso se desplomaría llegando a 30 pesos por dólar y se revaluó, o que la deuda se dispararía a niveles insospechados, pero se mantuvo. Otra de las grandes amenazas fue que la gasolina aumentaría hasta ser impagable, pero hoy tiene uno de los precios más bajos del mundo.
Este domingo vivimos una auténtica fiesta de la democracia participativa, con un INE vendido haciendo hasta lo imposible por bloquearnos, mientras que la ciudadanía empujamos con todas nuestras fuerzas para que este país se consolide democráticamente.
El INE instaló casillas en lugares inhóspitos, casi inaccesibles y hasta peligrosos, para que los ciudadanos que querían votar se desmotivaran. Muchas de ellas quedaron tan lejos que era necesario que las personas viajaran varias horas para poder emitir su voto, o se encontraban tan escondidas que hubo que hacer varios intentos para ubicarlas. Pero así a pesar de tener todo tipo de complicaciones, lo hicimos de nuevo, votamos en contra de la voluntad de Córdova y su achichincle Murayama, de su estrategia perniciosa, a pesar de su lamentable y delincuencial desempeño como juez electoral.
Más de 15 millones de votos fueron depositados en un tercio de las casillas que deberían haber sido instaladas y que mañosamente no se colocaron. En matemáticas simples, si se hubieran instalado todas las casillas, tendríamos 45 millones de votos en este proceso.
Con todos los obstáculos que puso el INE, ayer se emitieron más votos a favor del presidente que los que se declararon a favor del asesino de Calderón para en 2006, o de los que obtuvieron Anaya y Meade para perder la presidencia en el 2018.
En las redes sociales, ante los comentarios llenos de odio y de frustración de los que se sienten parte de la casta sagrada, se vivió una fiesta de la democracia llena de alegría en todo el país y desde el extranjero con el entusiasmo de nuestros paisanos migrantes, motivando e impulsando a los votantes desde sus lugares de residencia.
Esto es una pequeña muestra de lo que les espera en las elecciones de este año, del que sigue y del 2024. No importa cuántos obstáculos nos pongan a los ciudadanos, este país ya cambió y sus tendencias en las redes sociales alimentadas con miles de bots, no van a lograr modificar eso. Recuerden que los bots no marchan, no votan y no inciden en la decisión de los votantes. La oposición seguirá haciendo sus campañas ridículas y armando casitas de LEGOS, gastando nuestros impuestos sin aportar nada al país. Mientras nosotros construimos un país diferente, donde quepamos todos, hasta ellos.
Hoy seguimos festejando que los mexicanos tenemos una nueva herramienta legal en nuestras manos, para poder evitar que asesinos y ladrones vuelvan a apoderarse del poder en perjuicio de todos. Con mucho orgullo podemos decir: ¡Bravo compatriotas! Hicimos patria, hicimos historia.
Como dijo el expresidente estadounidense John F. Kenedy: “La democracia es una forma superior de gobierno, porque se basa en el respeto del hombre como ser racional”.