Checando datos sobe la política en México durante las últimas décadas, uno puede darse cuenta de que la anterior oposición que se dio en nuestro país, seguía reglas claras dentro de su actividad política.
Los grupos opositores en México, aún aquellos que actuaban dentro de la clandestinidad, seguían reglas escrupulosas, donde el respeto a los valores por los que se combatía, eran inamovibles.
Durante la etapa conocida como de “la Guerra Sucia”, estudiantes, obreros, campesinos, maestros y gente del pueblo comprometida con una causa, realizaba acciones de todo tipo, en contra de los gobiernos en turno. Algunas fueron de tipo violento, pero siempre teniendo como objetivo, personajes de cualquier nivel de gobierno, dependencias oficiales o empresarios y empresas solidarias con el gobierno que reprimía en ese momento.
Esa oposición no lastimaba a los más necesitados. Estaba en cercanía con ellos y recibía el respaldo y apoyo que podían brindarles sus bases sociales.
La oposición partidista en nuestro país, tuvo diferentes caras en el pasado. Desde la simulación opositora representada por el PAN, PARM y otros más, hasta aquella con más combativa presencia, donde destacan el Partido Comunista y la fuerza que en sus inicios significó el PRD, hoy reducido a ratonera del #TUMOR.
Al final, tenemos el caso de Morena, movimiento que se transforma progresivamente en fuerza partidista y que alcanza el poder en el 2018.
La real oposición en México, actuó a ras de piso. Desde la profundidad de las comunidades marginadas. En los centros universitarios y en los sindicatos. No contó nunca con medios de comunicación de cobertura nacional, para dar a conocer la causa de su activismo.
Lo mismo pasó con los partidos opositores que enfrentaron la descomunal fuerza del Estado priista primeramente y de la alternancia palera panista, después. Hubo un silencio hermético en torno a esta oposición que, con muy cortos recursos, publicó de vez en cuando, algún periódico de poca cobertura, o dio alguna entrevista que se perdió entre la avalancha de noticias a favor del gobierno en turno.
Y aún con todo esto en contra, esa oposición no realizó actividad alguna en contra del pueblo, pensando que con esto alcanzaría alguna ventaja en contra de sus adversarios políticos.
Se trataba de una oposición con valores y ética en diversos grados, que nunca pensó en realizar acciones destructivas en perjuicio de la gente, con la finalidad de alcanzar objetivos políticos.
En la etapa final del neoliberalismo, que no acaba de morir, vemos a los grupos que forman alianza en torno al capital financiero que provee Claudio X González, actuar de la forma más infame, intentando recuperar el poder político que les arrebató Morena en las pasadas elecciones.
El tema de la pandemia de Covid-19, que deja a su paso enfermos y fallecidos en muchas familias mexicanas, ha sido manipulado de tal forma por esta oposición, que solo por la permanente información oficial del gobierno, no se han tenido daños mayores en el país.
La gente del #TUMOR tiene una campaña permanente en contra del doctor Hugo López Gatell y de su estrategia de base científica, para enfrentar el contagio y sus consecuencias. Las descalificaciones en contra de la vacuna que ya se aplica en México han sido constantes. Se pone en duda su efectividad y se invita veladamente a la población a no aplicarla, argumentando que hay casos (mínimos), en los que se han dado reacciones adversas.
Esa campaña ha sido respaldada por científicos afines al neoliberalismo y en casos extremos y ridículos, por especialistas en otras ramas de la ciencia, que nada tienen que ver con el estudio de las epidemias, o la inmunología.
Vimos hace unos días a una odontóloga que nos fue presentada por los medios de comunicación de corte conservador, como científica reconocida a nivel mundial, haciendo declaraciones ridículas en contra de la estrategia del doctor Gatell.
Una odontóloga
Esa campaña de corte político que intenta el #TUMOR, no repara en el daño que hace a los ciudadanos, al distorsionar datos oficiales, mentir de manera descarada sobre el alcance de la estrategia sanitaria, presentar como especialista a cualquier hijo de vecino y negar todo avance sobre el control de la pandemia en el país.
De no ser por la conferencia mañanera del presidente López Obrador y la vespertina que encabeza el doctor Hugo López Gatell, el daño a la sociedad por este criminal empeño desinformativo opositor, sería grave.
El #TUMOR no tiene interés alguno en la salud de la gente. Desea por sobre todas las cosas recuperar el poder. Requiere del regreso de la corrupción para reconquistar su sitio de privilegio.
Y si en esa lucha el pueblo sale lastimado, es asunto de orden secundario que poco o nada les interesa.
Jamás en el pasado vimos un actuar tan carente de valores y ética. La mezquindad del grupo opositor actual, raya en lo criminal.
Hoy que se anuncia que el presidente López Obrador sale positivo en la prueba que detecta el contagio, la gente del #TUMOR habla de inmediato de engaño, de mentida presidencial, de manipulación de la información y otras cosas. Pero lo más lamentable son los mensajes en redes sociales, donde se aplaude la enfermedad en el presidente. Se pide la aplicación de tratamientos que le ocasionen la muerte y se hacen votos para que el desenlace de este cuadro de contagio, sea mortal.
No son cosas que se platiquen en círculos cerrados. Se trata de opiniones públicas que piden lo peor para el presidente.
Se trata de grupos de poder económico y político, sin ética alguna. Sin moral alguna. Sin valores y sin el menor asomo de humanismo.
La peor oposición que registra la historia moderna del país.
Ellos son los que quieren convencer a la gente para que les otorgue su voto.
Los que luchan por recuperar el poder que sienten suyo.
Quienes destruyen al país, intentando reconstruir sus nichos de privilegio.
A ellos hay que decir NO, en las siguientes elecciones.
Nunca más gente sin valores, en el poder.
Nunca más criminales disfrazados de políticos y empresarios.
Malthus Gamba