El señor ‘X’, el ‘pinche’ delincuente
Por: David Vargas Araujo
@DavidVargasA18
Claudio X González elaboró la mal llamada reforma Educativa, se lo presentó a Luis Videgaray ex secretario de hacienda, agarró como títere a Aurelio Nuño, utilizó a Televisa y Loret de Mola para hacer la película “De Panzazo”, estaba como espía en las reuniones de la SEP con la CNTE, sabía de la inconformidad magisterial al dedillo, junto al CISEN y la Policía Federal de García Luna espiaba en sus domicilios a los líderes magisteriales. Perseguía y hostigaba a las secciones sindicales. Realizaba junto a David Calderón (Brazo jurídico) las demandas judiciales para aprehender y encarcelar injustamente a los maestros. Las instituciones del estado estaba en sus manos. Peña Nieto también estaba convencido de la privatización de la educación.
Para imponer su plan privatizador, cabildeó y ordenó al PRIAN en la cámara de diputados y senadores votar a favor de su propuesta. Sabía del rechazo del magisterio, y sabía como arreglar esta protesta: Acusarlos de delincuentes, y decir que eran parte de la delincuencia organizada. Este era el delito y la vía jurídica para contener el paro indefinido nacional de los maestros.
Para robustecer la acusación ilegal, ya había platicado con jueces de juzgados, magistrados de tribunales de circuito, y ministros de la SJCN. Todos les decían: “La justificación es la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, aplica la ley y el estado de derecho”.
Por eso decía, “hay que entrar, hay que intervenir ya en Oaxaca, y con esto alineamos a las estrellas, con esto le damos credibilidad en algo a este gobierno.” Y sí lo cumplió, inició con la fabricación de culpables, violando la presunción de inocencia y el debido proceso, detuvo a decenas de maestros, los encarceló en penales de máxima seguridad, los torturó, los reprimió con la Policía Federal en Nochixtlán teniendo como resultado 8 muertos y cientos de heridos. La fuerza y la violencia, lo implementó como recurso autoritario para sellar su mal llamada Reforma Educativa.
La represión policiaca fue su arma principal para contener la movilización nacional magisterial. La ley del garrote era la garantía para quedarse con la educación y hacer de ella un negocio. Sus manos se mancharon de sangre inocente. Sus palabras eran hechos violentos contundentes. No hay marcha atrás, toda la fuerza del estado contra este sector de la izquierda, decía.
Claudio X, hoy se mantiene callado ante sus acusaciones, detenciones injustas, y los muertos en Nochixtlán. Pero sigue hablando de democracia, libertad, dictadura, autoritarismo. Y no sólo eso, ahora él se manifiesta en el Monumento a la Revolución, convoca a marchas al zócalo, protesta porque se le acabaron sus privilegios, grita porque está pagando sus impuestos, defiende a la corrupta ministra Norma Piña, lleva flores a la SCJN como señal de que el poder judicial todavía le pertenece. Ahora es un activista de la derecha, reúne a los partidos políticos en su casa de las Lomas de Chapultepec, y crea el bloque opositor Va por México. Nadie lo espía, nadie lo persigue u hostiga, nadie lo detiene, nadie lo encarcela. Ejerce su libertad de expresión con la fuerza que todavía le queda la oligarquía. Actúa con total impunidad.
El ‘pinche delincuente’ ha actuado como parte de la delincuencia organizada neoliberal. Siempre ha vivido de la corrupción, del robo al país. Desde Salinas de Gortari hasta Peña Nieto, se ha llenado sus bolsillos con capital mal habido. Con el PRIAN nunca pagó impuestos, ha vivido del presupuesto, como también ha vivido del apoyo y financiamiento de EU. Se ha mantenido del privilegio. Vive de la explotación de sus trabajadores, de la privatización de los bienes del país, del chanchullo conservador, de los moches en el oscurito, de las mochilas llenas de fajos de billetes, del pastel ilícito de la derecha. Vive de la corrupción de su padre, de la amenaza a funcionarios públicos, de la represión, de los asesinatos, de la violencia y el fraude electoral. Vive de la alianza con el crimen organizado. Vive como un pinche delincuente.