Pues digamos que en este recuento, el paciente que ha recibido un gancho al hígado, un upper cut y luego un casi-knock-out, y va a la esquina recibir un unto de vaselina, y una limpiadita hemática para poder regresar al castigo de los golpes, cree que tiene la pelea en el bolsillo porque su esquinero le dice “vas muy bien”, pero no se ha dado real cuenta de que su derrota es inminente… sigamos pues, con esta narración:
Round seis: Elecciones intermedias. En 2021 hubo elecciones de medio término para la renovación de la cámara de diputados federal, así como la elección de gobernador en 15 estados, y las alcaldías de la Ciudad de México entro otros muchos cargos pues fueron la friolera de 21 mil 368 cargos. Siendo una de las elecciones más grandes (en función al número de puestos que se eligieron por voto popular) que habría vivido el país, nos preparamos para ver lo mejor de cada partido político y claro, del órgano de administración de la voluntad popular, también conocido como el INE. Para esta fiesta cívica, hubo un evento previo, que se trató de la “solicitud-suspenso-y-lágrimas” del partido político que intentaron registrar y hacer pasar por bueno los panistas escindidos y luego representados por los esposos Calderón Zavala, quienes “cumplieron” con algunos de los requisitos que se exigen, tales como la celebración de asambleas de afiliación, pero que no tenían el quórum necesario; la fiscalización de las aportaciones que no soportó la revisión de la autoridad electoral, al encontrar varios anónimos e inidentificables o repetidos, lo que no es permitido; se acercaron de más al clero, lo que tampoco está permitido, dada la laicidad del Estado mexicano; abrieron la puerta a sindicatos y, entre otros detalles menos afortunados, se les acabó negando el registro.
La consecuente pataleta del expresidente y su cónyuge, que creían tener en el bolsillo al INE, se fundamentó en que la decisión de negarles este registro era “contraria a derecho y sin fundamento alguno” y es que creyeron que su amago con “vamos a impugnar” haría temblar a los consejeros del Instituto, que aun con todo, demostraron que las irregularidades de la pareja superaban lo tolerado por la ley; es decir, el porcentaje de fondos que no se podían comprobar rebasó el 5% (ellos demostraron el 8%) quesque porque hubo algunas confusiones con la aplicación click, aunque fue prohibida para la recolección de recursos desde un inicio por el INE.
Y fueron a reclamar al Tribunal Electoral. Creían que su amistad con algunos magistrados (a quienes designaron directamente) les ayudaría a obtener el ansiadísimo registro… y pues, no. En la resolución, el magistrado José Luis Vargas expresó: “La infracción implicó la vulneración a los principios constitucionales de transparencia, rendición de cuentas, certeza y pulcritud, que repercuten de forma determinante en la concesión del registro”, confirmando la decisión del INE de negarse a conceder el permiso al partido no por falta de ganas o de lealtad, sino porque las irregularidades eran evidentes. Pero la ridiculez llevada al extremo por Margarita Zavala la hizo deducir que ambos órganos, INE y Tribunal Electoral les negaban su partido para darle gusto al presidente López Obrador. Y ahí, el pueblo se dio cuenta de que la oposición no piensa, no razona, sólo reacciona… fue evidente la financiación excesiva de personajes tan, tan oscuros e impresentables, que se salieron de la cubeta.
Dentro del mismo round, vimos como el INE sí ejecutó otras triquiñuelas para ayudar un poquito a sus amiguis de la derecha. Por ejemplo, ordenó que dos candidatos de la coalición Juntos Haremos Historia, uno de Michoacán y otro de Guerrero, fueron eliminados de la contienda electoral porque el Instituto omitió la explicación que morena dio que, de acuerdo con sus estatutos, para elegir candidatos, no se hace campaña, sino únicamente una encuesta y dichos suspirantes habían pagado de su dinero, entre 15 y 20 mil pesos para dar a conocer sus plataformas y que sus paisanos supieran qué ofrecían. Pero pues siendo el INE un órgano de decisiones tendenciosas, pasó por alto las explicaciones y tras deliberaciones e insulto a la inteligencia de la gente, lograron que su decisión se cumpliera, al punto de que al último momento posible, permitieron la designación de quienes, finalmente y con todo en contra, resultaron ganadores en dichos Estados. En Michoacán ganó Alfredo Ramírez Bedolla y en Guerrero, la Torita, Evelyn Salgado Pineda quien, por cierto, está entre los gobernadores mejor calificados en lo que va de su gestión.
Ah, pero por otro lado, se les empañó la vista cuando se hicieron las denuncias contra los dinerales que Samuel García confesó haber “invertido” para ganar la gubernatura, que según reportó, ascendió a 41 millones 668 mil 169 pesos, de acuerdo con informes del Instituto Nacional Electoral; amén de lo que en términos dinerarios representó la aportación de su familia, veinte millones de pesos sin embargo, en su última declaración previa a la elección, reportó sólo 131 mil pesos.
La Jornada publicó que “En el desglose de erogaciones, Samuel García reportó un millón 145 mil pesos en gastos operativos de campaña, un millón 479 mil pesos en mensajes de radio y televisión, un millón 335 mil en propaganda, 611 mil en propaganda en diarios, revistas y otros medios impresos y 17 millones 779 mil en propaganda en vía pública. En cuanto a la propaganda exhibida en páginas de Internet, informó que erogó 16 millones 808 mil pesos y en el rubro de propaganda utilitaria, 2 millones 488 mil pesos.”
Además, la tiktoker, su esposa y princesa de palacio en Nuevo Fosfo-León, Mariana Rodríguez, aportó a su esposo, en especie, pero de manera indebida, publicaciones por más de 27.8 millones de pesos entre 45 fotografías y 1300 historias en Instagram, cuyos costos son de 40 mil pesos por foto y 20 mil por cada historia en Instagram. A pesar de que el Consejero Ciro Murayama expuso que en este caso la relación familiar no era el motivo de la sanción, sino que Mariana Rodríguez es una marca registrada y su actividad es empresarial, con registro desde 2018, por lo que los servicios de publicidad en su cuenta de Instagram (y otras), fueron puestas al servicio del candidato y ello no fue debidamente reportado ante la autoridad electoral como el gasto de campaña y el beneficio que resultó de ella. La cosa es que se había propuesto multar al candidato con 448 mil 995 pesos al gobernador y 55.4 millones de pesos al partido político, peeeeero…
Vinieron los llantos de la pobre cenicienta y acusó de violencia de género en su contra y apelando a la bondad del tribunal, en un giro inesperado de las circunstancias, de una manera totalmente parcial (perdón, quise decir imparcial e independiente) a la acusación del PRD, de que Samuel había abusado de este presupuesto y además, que había recibido ayuda del Presidente (whaaaaat?), se determinó que esos dinerales usados para inflar la campaña de Samuelito, no fueron suficientes para rebasar el tope de campaña. El criterio fue avalar que la ayudita que Mariana le brindó fue una cosa espontánea, y gratuita y que por ello, todo lo demás, pago de tiempo aire en radio y televisión, campañas en redes como Facebook, Instagram, Youtube, Twitter y Tiktok; pintas en bardas y lonas por la ciudad y microperforados en transporte público, o sus apariciones con playeras de equipos de futbol, no representó un abuso de la aritmética que rige para el resto de los que saben sumar.
En lo que toca a las alcaldías disputadas en la Ciudad de México, que estrenaron esa nueva forma de ejercicio de poder, cosas similares ocurrieron y, para no hacer muy muy largo este round, solo hay que recordar que la ayuda del Instituto Nacional Electoral para que inexplicablemente se obtuvieran votos por más del 100% de los que se depositaron en las urnas, fue crucial para la conformación del gobierno y los escaños de legisladores federales.
Veamos. Solo daremos un ejemplo aquí, de manera breve: la alcaldía Azcapotzalco, en la que la gente mayoritariamente votó por Gaby Jiménez como diputada federal del distrito 3 y que a cada instancia fue perdiendo cada vez más votos, hasta que la panista, su contrincante, ganó el escaño. La acusación del PAN fue que, como hicieron falta cuatro escrutadores de la elección local (los que ayudan a contar los votos, pero de las autoridades locales), no pertenecían a la sección electoral que les correspondía. Uno podría pensar que eso es muy malo, pero las secciones electorales a veces están divididas por edificios en una misma unidad habitacional o hasta de la misma casa, si es que se colma el número de ciudadanos que deben conformarla. El caso es que eran personas capacitadas por el propio INE para ser funcionarios de casilla, aprobados por el Capacitador Electoral a cargo y de manera ventajosa para el PAN, que no tenía los votos que empataran los de Gaby, pero los fueron cuchareando para que ganara la perdedora.
El Tribunal Electoral fue el último aval de este fraude que no afectó a Gaby, porque ella está en otro frente, haciendo patria, pero sí a la gente: a los que votaron y decidieron y a los que donaron su día como funcionarios de casilla, siendo consecuentes con la civilidad y la responsabilidad que una tarea de éstas, representa, y causando, finalmente, un enojo generalizado con esas autoridades que no aplican la ley de manera parcial, porque su corazón está claramente opuesto a este proyecto que lo que cambia a mayor profundidad, es la conciencia popular.
La lectura final de este round es que, a pesar de que las autoridades se hagan de la vista gorda, la gente ya no se deja y es partícipe de las denuncias que evidencian los delitos electorales que, por una reforma importantísima, de la que hablaremos en el siguiente round, son graves y sin derecho a fianza.
Nos vemos en el siguiente recuento.
@cevalloslaura