Irving Pineda: No fueron los bots, son los millones de ciudadanos apoyando la 4T
Después del desencuentro originado por la irresponsabilidad de un grupo de periodistas de filiación conservadora, que olvidaron la educación y buenas maneras, para dirigirse al presidente el día de ayer, en forma por demás descortés, la conferencia mañanera de hoy fue menos ríspida, aunque dejó de manifiesto los daños colaterales que algunos de estos periodistas, sufrieron durante la tarde de ayer.
Irving Pineda, aún convaleciente de la golpiza que recibió en redes sociales, ayer tarde, se presentó lloroso, acusando a gente del gobierno de pagar a grupos de bots, para desacreditar al tipo de periodismo que él representa.
No le gustaron las etiquetas impulsadas en Twitter, sobre #PrensaSicaria y #PrensaProstituida.
Pero no asume que las descalificaciones que sufrió en lo personal y también como integrante de un sector periodístico que falta a la verdad e intenta desinformar con notas tendenciosas, son bien ganadas.
La frase del presidente de la república, que sirve de encabezado a esta nota, tiene un sentido que no ha sido entendido cabalmente, por muchos medios de comunicación.
A los ciudadanos dejó de interesarles la personalidad de los comunicadores. Los tiempos en que los Zabludovsky, López Dóriga, Loret y algunos otros, eran las figuras principales en el mundo de la noticia, murieron con la salida del neoliberalismo del gobierno.
Las “benditas redes sociales” que mucho ayudaron en el impulso del proyecto de Cuarta Transformación durante las etapas preelectoral y electoral, han asumido una función primordial, en cuanto a difusión de información se refiere.
El ciudadano se ha convertido en protagonista principal de la historia de nuestro país, opinando, informando, difundiendo lo que considera interesante y aportando su visión particular sobre cada suceso.
Los antiguos dioses del periodismo, murieron sin darse cuenta. Ya no son adorados, ni su voz es escuchada como la quintaescencia de la verdad.
Efectivamente, el pueblo es el protagonista principal de la historia que estamos construyendo todos, diariamente.
Todos los Irving Pineda del periodismo antiguo, piensan que siguen siendo el “Cuarto poder” intocable, al que hay que rendir reverencia, por ser los dueños de la verdad que se difunde en la país.
Viven en el pasado, intentando dar brillo a un oficio periodístico profesional, que ha dejado de ser del agrado de los ciudadanos.
No todos los periodistas mientes, o tergiversan la verdad. Hay calidad en algunos de ellos. Pero en realidad, éstos son minoría.
Como lo dijo el presidente en la conferencia de este día, es mentirosa la posición que asume este tipo de periodismo, al decir que sus integrantes son apartidistas.
Son claras sus inclinaciones a favor de determinada posición política.
Lo que sucede es que pretenden vender una imagen de independencia, aunque el contenido de sus notas los desmienta.
Si en algo hizo énfasis el presidente en esta conferencia mañanera, fue en la necesidad de una total transparencia, en todos los aspectos de la vida pública nacional.
El gobierno instrumentó el diálogo permanente con la prensa, para que los ciudadanos estén debidamente informados, sobre los sucesos y acciones que se presentan en a diario nuestro país.
La conferencia tiene ese propósito y está presente la prensa, para abrir los canales suficientes de información.
Ya no es únicamente el periodismo tradicional el que informa. A estas conferencias se han integrado los medios alternativos de comunicación, que en plataformas verdaderamente independientes, dan una visión de la notica enteramente distinta a la manejada por la prensa convencional.
La información hoy en día, corre preferentemente en redes sociales. Hay mucha desconfianza sobre los contenidos que publica la vieja prensa y los medios electrónicos de siempre. Esa desconfianza está bien ganada.
Fueron serviles empleados de los gobiernos neoliberales. Manejaron la información de acuerdo a los intereses de quienes les pagaban generosamente.
Con la llegada de la Cuarta Transformación, su nicho de comodidad y poder, desaparece. No hay más dinero fácil.
Si los periodistas que hoy se sienten atacados injustamente, quieren en verdad recuperar algo del terreno perdido, deberán entender que una de sus primeras tareas, tiene que ver con la transparencia en su actuar profesional.
Para todos los que asistimos de lunes a viernes a las conferencias mañaneras, por cualquiera de las vías que nos ofrecen los diferentes canales que las transmiten, es evidente que hay periodistas que llegan al evento, con la sana intención de preguntar sobre alguno de los temas del momento.
Pero está también el grupo de quienes hacen presencia, para atacar solapadamente las políticas públicas de este gobierno, e intentar desacreditar el trabajo del presidente.
Sabemos quiénes son unos y otros. Antes de que tomen el micrófono, estamos seguros del tipo de pregunta que van a realizar.
Esa opacidad en su comportamiento profesional, es apreciable. Niegan una posición política que resulta evidente.
El ciudadano, percibe de inmediato que están intentando engañarlo, al preguntar tendenciosamente sobre un tema.
Las notas periodísticas traen el sello particular de cada comunicador. Ahí es apreciable su posición política.
Con la llegada de las redes sociales, el reinado del periodismo intocable llega a su fin.
Los periodistas son y serán cuestionados permanentemente. Sus errores en el desarrollo de su actividad, serán señalados. No son un segmento social que se encuentre ajeno a la crítica. Si son veraces, disfrutarán del reconocimiento público. Si mientes, quedarán expuestos a la crítica severa de quienes no están dispuestos a seguir soportando a personajes que hacen del engaño y la mentira, su forma de vida y de trabajo.
A los medios de comunicación les está haciendo falta esa transparencia de que habla el presidente.
Quienes enfoquen su labor periodística con una visión conservadora, tienen todo el derecho a fijar su posición personal abiertamente.
Lo mismo quienes estén a favor del gobierno del cambio.
Lo que no es válido, es aparentar una independencia inexistente, mientras con la mano escondida se avientan piedras.
Eso es lo que sucedió el día de ayer en redes sociales. La gente reaccionó fuerte ante las mentiras de estos pretendidos periodistas.
El engaño no funciona y menos si lo acompaña la falta de ética, el comportamiento incorrecto y la carencia de educación.
Eso fue lo que castigaron los ciudadanos la tarde de ayer.
Una conducta inadecuada. Un discurso mentiroso, que pretende torcer la verdad, para favorecer intereses personales o de grupos conservadores.
No fueron bots los que hablaron ayer por millones de mexicanos.
Son los mismos ciudadanos los que toman la bandera de la transparencia y la verdad, en contra de todos los Irving Pineda que no entienden que el tiempo de la mentira, está muerto y enterrado desde la llegada de la Cuarta Transformación.
Maltus Gamba