El PAN y su desengaño
Si Salinas y Zedillo hubiesen sido tan buenos presidentes como ellos creen y como dicen los manipulados sin memoria ¿Por qué ganó Fox las elecciones en el 2000?
Es cierto que hubo algún tipo de acuerdo para que Zedillo y la mafia del PRI lo dejaran pasar en caso de que ganara, pero fue la votación de los ciudadanos la que lo hizo presidente. La mayoría confiamos en que Fox sería un vehículo de cambio a las políticas perniciosas que nos hicieron tanto daño como país en los dos sexenios anteriores.
Pero Fox se equivocó. Su egolatría injustificada lo engañó haciéndolo pensar que la mayoría de los mexicanos había votado por él, cuando en realidad votamos contra el PRI, con la esperanza de que él diera el cambio de timón que había prometido. Para nuestra desgracia, en lugar de limpiar el gobierno de tepocatas y víboras prietas como tanto decía, lo llenó de gusanos ponzoñosos como Calderón y García Luna, cambiando solamente unas alimañas por otras mientras continuaban las políticas perniciosas del pasado.
Al final de su sexenio fue tal la desilución de los mexicanos, que la mayoría votamos en contra de su delfín Calderón para evitar que llegara a la presidencia, pero eran otros tiempos y la estructura de poder liderada por Fox como ariete del fraude, se encargó de robarse las elecciones.
El daño que hizo durante su gobierno fue multifactorial. Defraudó la confianza de la sociedad en un cambio verdadero, profundizo la corrupción, así como la actividad del narcotráfico, traicionó al país robándose la elección, imponiendo a un delincuente en la presidencia y haciendo retroceder el proceso democrático. Si realmente Fox hubiera sido tan buen presidente como presume, no habría sido necesario robarse la elección para imponer a Calderón, el voto de la gente hubiese colocado al panista en la presidencia sin problemas, pero no fue así.
Del sexenio negro del Carnicero de Morelia, baste con mencionar el desastre económico que dejó, la deuda grosera, la destrucción de las empresas del estado, las masacres sin control y su asociación abierta y descarada con el narcotráfico que arrastró al país hacia un infierno que no podremos olvidar fácilmente.
La decepción, el dinero a raudales, la publicidad agobiante y el fraude electoral llevaron a Peña al poder para vivir un último sexenio de desastre en el que intentaron venderlo todo. Si Calderón hubiera sido tan buen presidente como dicen los bots que se ha comprado, esta última pesadilla disfrazada de cuento de hadas habría sido protagonizada por un panista.
Hoy a casi 5 años de haber dejado atrás toda esta debacle, con la flota prianista exhibida como los ladrones y vendepatrias que son, nos enterámos de lo que sabíamos sin comprobar sobre estos dos panistas nefastos, que hicieron todo lo posible para destruir al país enriqueciéndose junto con sus amigos y sus patrones oligarcas.
Después de 61 años de existencia y de una aparente lucha para conquistar la presidencia con la supuesta intención de hacer buenos gobiernos, el PAN nos demostró que sus integrantes son peores que los priistas del pasado y que los únicos dos sujetos que logró colocar, haiga sido como haiga sido, además de destruir el país terminaron ligados al narcotráfico, uno como socio del cártel de Sinaloa que hoy se dedica fundamentalmente al tráfico de drogas sintéticas, huyendo por el mundo por miedo a ser detenido, otro gestionando permisos irregulares de Cofepris con Peña Nieto para dedicarse a vender marihuana.
Patético final tuvieron los decepcionantes expresidentes panistas.
Como dijo la escritora francesa Madame de Stael: “El desengaño camina sonriendo detrás del entusiasmo”.