Es tema de actualidad y hay que tratarlo.
En la conferencia matutina del día de hoy, el presidente López Obrador, habló una vez más sobre la evidente hipocresía de la clase conservadora.
El escándalo provocado por el padre de Mauricio Tabe, alcalde en Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, es grave. Se trata del ataque realizado por este señor, en contra de un funcionario público del gobierno de la capital, que en cumplimiento a las instrucciones recibidas, colocaba sellos de suspensión de actividades en un negocio propiedad de la familia Tabe.
La agresión con un cuchillo de cocina y las amenazas e insultos que lanza el padre del alcalde, son de conocimiento de todos en este momento, ya que alguien de los que presenció el incidente, tomó video del mismo y lo subió de inmediato a las benditas redes sociales.
En esta tentativa de asesinato, hay premeditación, alevosía y ventaja. Tabe padre, busca y encuentra un cuchillo que utilizará en contra de un funcionario público. Ataca por la espalda a la persona que coloca los sellos, misma que es tomada por sorpresa y al estar desarmada, no tiene oportunidad de hacer frente a su agresor.
Este tipo de delitos se siguen de oficio y no hace falta denuncia de por medio. El padre de Mauricio Tabe confiesa más tarde que es responsable de los hechos y aunque pide disculpas, admite la comisión de un delito.
A pregunta expresa por parte de un reportero que asiste a La Mañanera, el presidente López Obrador señala que el asunto ha tomado un rumbo político. Lo que declara en redes sociales el delegado en la Miguel Hidalgo, para intentar descargar de culpa a su padre, es ridículo. Tal y como lo han hecho otros reaccionarios acusados de diversos delitos, habla de “una campaña”, o “una persecución política en su contra y en contra de su familia.
López Obrador expresa: “Lo he dicho antes y lo reitero a ustedes. La verdadera ideología de los conservadores, es la hipocresía. Hablan de pertenecer a un segmento social diferente, superior al resto de los mexicanos. Critican los actos de la gente común, pensando que están en un lugar de privilegio, donde todo es limpio y claro. Pero esta máscara cae cuando enseñan el cobre, como en este caso. Los conservadores se han quejado de la gente de Atenco, porque se manifiestan portando machetes. Y vean ahora a este señor, que con un cuchillo, agrede a otras personas. Son hipócritas. No son superiores, ni están por encima de los demás”.
Hace un tiempo, circuló en redes sociales y en algunos medios de comunicación, la imagen de Guadalupe Loaeza, “intelectual” con inclinación reaccionaria, celebrando su cumpleaños en un fiesta donde había una piñata. La señora empuña un cuchillo pastelero y con él se lanza sobre la piñata, destrozándola a puñaladas. Su justificación fue que se trataba de una figura representativa del entonces presidente Trump, que amenazaba con aplicar sanciones a las exportaciones mexicanas.
Las justificaciones son lo de menos. Son las mismas siempre. El gobierno de la Cuarta Transformación persigue a políticos y funcionarios de la oposición, por no comulgar con las ideas y proyectos del presidente López Obrador.
Si damos crédito a esa pobre defensa, resultará que dentro de la oposición, no hay personajes corruptos, ni delincuentes a los que les pueda iniciar proceso. Todos son perseguidos políticos, a los que el gobierno les fabrica delitos inexistentes.
En realidad se trata de hipócritas consumados.
Mauricio Tabe dice no estar involucrado en el negocio de su familia, mismo al que le fue clausurada temporalmente la sucursal donde se origina el problema. Pero según registros públicos, la sociedad formada para crear esta empresa, se divide las ganancias en cinco partes iguales. Todos son miembros de la familia y reciben un 20% de utilidades por cabeza. Mauricio Tabe figura como uno de los actuales socios.
La zona en donde se abrió indebidamente la sucursal del negocio de comidas, propiedad de la familia Tabe, no puede admitir este tipo de establecimientos, porque el uso del suelo es para uso habitacional. Oficinas, consultorios y otros giros comerciales y empresariales, pueden operar sin violar la Ley. Pero los negocios de comida, no.
El cártel inmobiliario hace y deshace a su antojo en las alcaldías Benito Juárez y Miguel Hidalgo. Los reglamentos son violados por los mismos servidores públicos. Mauricio Tabe permite irregularidades y violaciones a la Ley, cuando se trata de familiares y amigos. Las normas de construcción también fueron violadas en este establecimiento, pues modificaron la estructura original, sin tener autorización para realizar cambios mayores.
Hoy, la familia Tabe se presenta ante la sociedad mexicana, que reprueba la conducta de Tabe padre, como un núcleo familiar emprendedor, trabajador y respetable. Nada de eso es cierto. El cártel inmobiliario está siendo investigado por numerosos negocios irregulares, que constituyen delitos que afectan en muchos casos, a terceros.
La conducta de Tabe padre y de Guadalupe Loaeza, son ejemplos claros de la violencia que prevalece en los sectores reaccionarios. Ahí se pasa de lo verbal a lo real, a la menor provocación y sin medir las consecuencias que puede traer un episodio de violencia extrema.
Vemos en este momento al gobernador saliente en Tamaulipas, orquestando una campaña de noticias falsas, para evitar que el gobernador electo en la entidad, tome posesión del cargo, el próximo primero de octubre. Para ello, se vale de la fiscalía en el estado y de sus amigos en el Tribunal Electoral, quienes por una parte pretender ejercer órdenes de aprehensión en contra de Américo Villareal y su equipo de trabajo y por la otra, desconocer los resultados de la elección pasada.
La violencia política, que utiliza un cuchillo más fino y menos ostentoso, es igual de nociva y preocupante que la que no usa máscara y es más evidente.
La oposición es violenta y el cuchillo cebollero bien podría ser su emblema.
Lo hemos dicho antes en este espacio. La oposición mexicana es estéril. No puede construir. No tiene proyecto, ni programa que ofrecer.
Pero su capacidad para la corrupción y la destrucción, es enorme
Hechos como el que comete Tabe padre y que son delitos que se siguen de oficio, no deben quedar sin castigo.
Lo ha señalado varias veces el presidente: “La violencia solo genera más violencia”
Quien agrede a otro, amenazando con quitarle la vida, debe pagar su falta con la pena que establece la Ley.
Aplica aquí el refrán: “El que a hierro mata, a hierro muere”.
Malthus Gamba