El mensaje latente de la Marcha Fifí
Por: Dra. Marión Estévez
El presidente en diversas ocasiones ha mencionado que en política la forma es fondo; Marshall McLuhan dijo que el medio es el mensaje y Sigmund Freud aseguró que el inconsciente domina nuestra vida y no la conciencia. En la marcha realizada el 5 de mayo del presente año, a escasos 5 meses de que Andrés Manuel López Obrador asumiera el codiciado poder Ejecutivo del país, la oposición ha llevado a cabo una serie acciones encaminadas a que renuncie aduciendo básicamente que no puede resolver problemas generados hace por lo menos tres décadas, empero lo que muestra esta postura es la herida narcisista de un sector de la población y de los poderes fácticos altamente favorecidos por el prianato, esta afrenta los desubico de la narrativa hegemónica donde la gente “bonita” sí sabe elegir o imponer al gobernante y los morenos se tienen que aguantar por pobres, flojos y tontos; donde los de arriba abusan de los de abajo, finalmente estos y la clase media, que contribuye en gran parte a la recaudación fiscal nacional, votaron el primero de julio por la esperanza de un cambio ya que el país no aguanta otro sexenio estilo Calderón o Peña y, los de arriba, por primera vez, se sienten desprotegidos y profundamente envidiosos del éxito de la atención a los que menos tienen de la llamada Cuarta Transformación; la envidia es una reacción inconsciente primitiva y altamente empobrecedora del yo, toda vez que el individuo desea precisamente “eso” que el otro posee y como no lo puede tener se hunde en un rencor acompañado de rabietas irracionales como la sarta de calumnias, insultos e improperios que todos los días prodigan a los llamados chairos y al chairo mayor.
Sus mensajes reflejan una gran frustración por lo perdido y por lo que les depara el futuro con políticas sociales, mas no socialistas como les ha hecho creer la derecha y sus medios masivos lacayos; asimismo son una proyección de lo corrompido que están en todos los niveles, es decir lo mal que han actuado, lo que han robado, lo que han abusado, lo que callaron y lo que no actuaron lo ponen afuera como si perteneciera al otro porque así es más fácil verlo pero no lo asumen ni se responsabilizan de ello y entonces se convierte en un vómito incoercible de frases como: “AMLO es un peligro para México”, “AMLO renuncia, ponte a trabajar”, “los chairos no tienen cerebro”, “los pobres son flojos”, “regalas dinero al que no trabaja”, “no te burles?”, “call me fifí”; la proyección es un mecanismo de defensa primitivo que utiliza la mente para evitar el dolor psíquico y calmar la ansiedad, en este caso, provocada porque se acabó el estado de excepción donde solo contaban ellos, ahora sienten que no se les verá ni se les escuchará.
Uno de los elementos que más llaman la atención de las pancartas que desfilaron en la pasarela mencionada fue la exhibición de una grotesca ignorancia supina del uso de la lengua materna, de los signos interrogación en lugar de los de admiración, las palabras incompletas, la inclusión de personajes históricos completamente descontextualizados de lo que querían manifestar, etc., etc., etc., lo que nos remite a la omnipotencia de estas personas cuyo status las exime de todo, creen que hacen, dicen y escriben bien, ponen a otros, quizá sus empleados, a hacer el trabajo sucio, ese que los chairos hacen marcha tras marcha, pero lo patético, burdo, sintomático y penoso es que no se dignan a revisar y corregir lo que esté mal; eso es la omnipotencia, un rasgo de carácter narcisista de quienes creen que todo lo merecen o lo tienen (privilegios), todo lo saben (economía, política, redacción, etc.), todo lo pueden incluso no importarles escribir como se debe simplemente porque son ellos.
De igual manera niegan que el actual gobierno goza de total legitimidad, de la que carecieron anteriores, lo cual lo hace más fuerte y con calidad moral para emprender diversas acciones; que apuesta por sacar al país del trágico desastre en el que se encuentra; que hay esperanza para la población pese a sus ataques racistas y clasistas; en su manera perversa de razonar si AMLO fracasa prueba que no era el indicado y por ende el régimen anterior debe volver, el dinosaurio y el yunque niegan el rotundo fracaso de sus fórmulas, de su manera de hacer campaña, de sus candidatos sin empatía, de robar elecciones y pasar por encima de la voluntad del pueblo; la negación es un mecanismo de defensa primitivo que consiste en negar la realidad pues resulta intolerable.
Por último cabe mencionar que los aspectos inconscientes que salieron a relucir en dicha exhibición de pobreza humana, intelectual, cultural y académica, constituyen la calidad de una oposición que está profundamente indignada, dando patadas de ahogado porque lamentablemente para ellos no tienen argumentos de peso que estructuren una postura respetable ante la aplanadora que representa Andrés Manuel con su capital político competente y social preparado e informado, haciéndose presente en todas y cada una de las elecciones estatales, es un hecho que la 4T avanza a pesar de los malos augurios, la guerra desleal y una prensa que ya no está mamando del erario público como acostumbraba.