El desmesurado egocentrismo que caracteriza a los del INE, les jugó una mala pasada pasada; pues hasta llegaron a sentirse sustitutos de los tres poderes de la unión.
Así como un día pretendían legislar en contra de procesos electorales legales, otro se erigían en jueces para emitir fallos a favor de participantes electorales tramposos y después se disfrazaban de poder ejecutivo, intentando entorpecer los procesos electorales, olvidándose de que su única función es la de organizar elecciones, vigilar su legalidad y promover la democracia.
Se sintieron intocables, con sus actitudes prepotentes y fanfarronas se metieron en problemas con todos los poderes a los que intentaron suplantar. En su actitud de conserje con ínfulas de propietario, no solamente condicionaron para que les dieran más dinero del ejercicio del mandato que tienen obligación de cumplir, sino que contraviniendo una instrucción directa del Congreso y una ratificación de esa instrucción por parte de la Corte, emitieron un acuerdo para hacer lo que les daba la gana; es decir, incumplir con el trabajo para el que se les está pagando.
Desde hace tiempo, este grupito ya tenían cansada a la ciudadanía con sus trampas y su actuación facciosa, pero ahora su comportamiento abiertamente ilegal, obligó a las autoridades competentes a actuar legalmente en su contra. En pocas palabras, su exceso de soberbia los llevó a meterse entre las patas de los caballos.
El Presidente de la Cámara de Diputados presentó un recurso ante la Suprema Corte de Justicia para obligarlos a trabajar, interpuso otro ante el Tribunal Federal Electoral en el mismo sentido, presentó además una denuncia penal en la Fiscalía General de la República, para denunciar a los 6 consejeros que decidieron intentar extorsionar al ejecutivo para que les diera más dinero, sin embargo la declinó después. También prepara un juicio político para desaforarlos y poderlos despedir.
Por su parte, otro poder, el ejecutivo también interpuso un recurso ante el Tribunal Federal Electoral para que estos empleados, mentalmente desubicados, tengan que llevar a cabo las tareas por las que cobran.
Por último, la Suprema Corte ratificó la orden que ya le había dado al INE en el sentido de que tendrán que llevar a cabo la consulta ciudadana sobre revocación de mandato del presidente, les guste o no, en tiempo y forma, con el dinero que se les asignó por considerarlo financieramente suficiente.
En resumen, los consejeros del INE, cansaron a todo el mundo y por fin todos decidieron ubicar al constructor que se sintió dueño de la obra, porque el arquitecto anterior le había confiado la llave del retrete.
Como dijo el jurista estadounidense Dean Acheson: “El ego es el gran corruptor de hombre público; mirar al espejo distrae la atención del problema”.