Postigo
Por: @Josangasa3
José García Sánchez
La víspera de elecciones en México tiene una característica que muestra un momento inédito en la historia política de México. La mayoría de los candidatos rehúye identificarse con los poderosos y camba sus palabras para convencer y vencer. La meritocracia y el aspiracionismo fueron figuras retóricas del pasado que entronizaban la demagogia del siglo XXI:
Ahora es necesario tener antecedentes de pobreza y crea un lenguaje ad hoc para llegar a las mayorías, porque el país está compuesto por pobres, en buena parte de la población. Ciudadanos con grandes carencias cuyas necesidades se multiplicaron en los periodos del neoliberalismo, a quienes se trata de confundir con personalidades falsas presentadas con disfraz de pobreza en medio de una lucha electoral donde quienes tuvieron privilegios en el pasado pueden estar librando su última batalla.
La guerra sucia que otorga certificado de autenticidad al golpe de Estado blando, se desató desde los frentes habituales que tiene un proceso golpista proveniente de la derecha, definido y analizado en 1983 por el estadounidense Gene Sharp.
Las mutaciones del discurso político en México son plagio de las ideas progresistas; sin embargo, para obtener éxito en las próximas elecciones, la derecha las adopta como propias y no sólo compromete un cuadro y lo coloca en un experimento sin precedente en el escenario electoral, sino que le cambia la historia y transforma su discurso, disfrazado de pobre, con la intención de convencer de una gran mentira al electorado.
El discurso es el mismo que el de Morena, sólo que en este caso la historia individual rebasa la historia social del forzado personaje en la disputa electoral. Es así como aparece Xóchitl Gálvez, secuestrando el discurso de la izquierda con el apoyo de la derecha, cuyo objetivo radica en recuperar los privilegios arrebatados por el actual régimen, como es el caso de la impunidad judicial, la exención de impuestos, la conservación de bienes de la nación, la explotación impune de los derechos laborales, etc.
El discurso sobre el aspiracionsimo, exaltar a los empresarios como únicos benefactores de la construcción de un país, la designación de los trabajadores como eje de la producción anulando la sensibilidad y el humanismo que le son inherentes, desaparecieron de los discursos de la alianza opositora para ganarle espacios a Morena en las próximas elecciones.
Colocaron un sombrero con una rama en el frente de batalla para desatar la lluvia de disparos de quienes, engañados, creen que se trata de un soldado y provocar disparos en su contra. La derecha todavía está en proceso de selección de candidatos. Los tiempos todavía no permiten que haya candidatos reales, oficiales, definitivos, pero la derecha colocó a un espantapájaros para ganar espacios mediáticos y desgastar al contrincante y agotar al ciudadano con el gran distractor de la candidata fantasma.
El entusiasmo efímero y artificial que provoca la posible candidatura de Xóchitl Gálvez con un lenguaje propio de la izquierda no es más que el ensayo de la derecha para medir las fuerzas del enemigo para entrar entrenada a la guerra electoral y con un mayor conocimiento de la política del partido en el poder, luego de mantenerse cuatro años y medio en una pasividad catatónica en la tarea política, partidista, legislativa y administrativa.
Las campañas tienen en el discurso su principal herramienta y en la ideología su arma esencial; sin embargo, exhiben a un personaje que sigue siendo, a pesar de todo, la esperanza de algunos grupos de ciudadanos a los que les queda grande el disfraz de conservadores, pero que insisten en tener su propia candidata.
La proclama híbrida también afecta al partido en el poder, así, en este panorama singular, el único discurso, claramente de derecha que existe en la víspera de las elecciones de 2024, es el de Marcelo Ebrard, que no esconde la cruz de su parroquia ni coloca un velo a su arenga que evidencia la futura separación del movimiento de la 4T. Se trata de una fisura retórica que anuncia divisiones mayores.