Por Miguel Angel Lizama
@Migueliz8
Los adversarios de Andrés Manuel López Obrador siguen empeñados en dinamitar todo empeño y esfuerzo en favor de los mexicanos. Nada les parece bien, ni siquiera regular. A todo le encuentran algún “pero”.
Apenas dio un reporte detallado de lo hecho hasta el primer aniversario de su aplastante triunfo electoral de 2018, y la “comentocracia” se inconformó con todo, desde el hecho que lo festejara y algún despistado lo calificara de “Informe” (¡sacrilegio! para la cavernaria política mexicana), hasta la disposición de las sillas y las personas que lo acompañaron en el templete. Le censuraron que no subiera a todo su gabinete, a representantes de los poderes fácticos y legales, ni a las fuerzas vivas que tanto aplaudían a los gobiernos del PRIAN.
Lo peor fue el uso que dieron al tuit de Donald Trump 5 minutos antes de que AMLO iniciara su discurso, avisando que quedaba descartada la amenaza de aranceles que pendía sobre México, como Espada de Damocles. “Queda fuera de la mesa”, dijo Trump, para añadir que AMLO era un Presidente muy inteligente. Ya había recibido avances de la concentración que se congregaba en la capital mexicana a pesar de la lluvia.
La comentocracia residual del PRIAN interpretó que esa era la PRUEBA DEL SOMETIMIENTO DEL GOBIERNO MEXICANO a los dictados y caprichos imperiales de Washington. NADA DE ESO NOTARON EN EL SERVILISMO DE PEÑA NIETO al recibir como Jefe de Estado al candidato Trump, por recomendación de Luis Videgaray, gran cuatacho del yerno trumpista, Jared Kushner. Entonces la Prensa y su comentocracia no percibió nada. Sólo sabía aplaudir y lisonjear al poder corruptor que la alimentaba.
Pero, para su malestar y peor disgusto, ya transcurrió EL PRIMER AÑO de la fecha inolvidable en que MÉXICO DIO UN GIRO MONUMENTAL, HISTÓRICO. Pero en honor a la verdad…
Fue la gente. El pueblo que alcanzó las urnas. Esa mayoría avasalladora que nadie más pudo ni puede presumir, pese a los malabares demográficos de los PANazis, fue la PROTAGONISTA Y ÚNICA RESPONSABLE del ascenso de AMLO
Con su sola presencia y cruce de una boleta, hizo que México resaltara en el mundo. IMPUSO EN LA SILLA PRESIDENCIAL A SU FAVORITO DESDE 2006: ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Logró además, DOS VECES, que alguien tenido por el más poderoso de la Tierra y acostumbrado a imponer su voluntad sobre todos y a toda costa, se moderara un poco y tuviera cautela hacia México, al que tanto había ofendido con amenazas y desplantes ante el anterior gobierno blandengue, carente de apoyo popular.
Al ver el apoyo avasallador mayoritario que mostró el pueblo, en México y en la comunidad mexicana de Estados Unidos, a un nuevo líder elegido, Trump volvió a mostrar un atisbo de buena voluntad y moderación, especialmente cuando AMLO, cauto y prudente, ha enviado señales de diversificación internacional, para no quedar a expensas de caprichos reeleccionistas. “No busco pleitos, pero llegado el caso sabré defender a México”, parece el mensaje captado por el magnate gringo. Será déspota, pendenciero y todo lo que se quiera, pero NO ES TONTO.
Ni el más poderoso de la tierra tuvo en su país tal arrastre al ser elegido en medio de gran escándalo, dudas y evidencias de no haber sido favorecido con el voto popular, sino por elección sectaria de unos cuantos en cónclave.
En México fue diferente. La votación fue masiva no sólo de la gente que vive en el país, sino de quienes viven en Estados Unidos sufriendo discriminación, mal trato y persecución, añorando la tierra de sus raíces, pero que con su esfuerzo hacen grande la tierra donde están. No en balde reconoció AMLO su enorme aportación a la economía de México, con sus remesas mensuales que han mantenido a flote al país, a pesar de los intentos desestabilizadores de quienes lo quieren hundir.
Esos de allá y estos de acá son los verdaderos héroes mexicanos.
Como en el tiempo de la intervención francesa, pararon en seco la agresión de un emperador extranjero, añorado por muchos mexicanos hoy vestidos de blanco, que no faltan a misa y se proclaman “sociedad civil”. Andrés Manuel los llama “Polkos”, en recuerdo de los seguidores mexicanos de James Polk, el presidente gringo que se agandalló la mitad del territorio mexicano que le dio tantas riquezas a Estados Unidos (petróleo de Texas, oro y uranio de California, pastizales para ganado, etc.)
Es cierto, pese a sus detractores AMLO ganó una nueva batalla, pero no la guerra. Los verdaderos enemigos que sirven al extranjero hoy se camuflan y autonombran como “Oposición”, porque se oponen a todo lo que no venga del otro lado de la frontera o del mar. O de sus intereses particulares o de clase.
Pero hoy lo importante es que el imperio se moderó de nuevo. Supo que México ya no se tiende como tapete para que lo pisen. Hoy tiene orgullo, no sumisión. Tiene tradición, no servilismo. Y un líder prudente e inteligente, dispuesto a defender con dignidad la soberanía de su pueblo.
Y el cambio en 2018 fue por la gente. Millones de jóvenes, muchachas, mujeres con sus hijos en brazos o en carriolas, hombres de toda condición y edad. Fueron ellos los que sólo con su presencia en las casillas para emitir su voto, pararon en seco al imperio y a los entreguistas de adentro. Me consta. Lo viví desde temprano de ese domingo inolvidable hasta la madrugada del día siguiente. No pude bailar porque nací con 2 pies izquierdos, pero la euforia del triunfo no me dejó dormir hasta muy entrada la mañana.
Esos electores voltearon todo el país.
Realmente son los héroes que hicieron Historia. Y siguen levantando a México y apoyando a Andrés Manuel. Digan lo que digan sus detractores.