Por Miguel Ángel Lizama
@Migueliz8
PEDRO ASPE ARMELLA, emblema del despiadado Neoliberalismo depredador, culpó a TODOS los mexicanos de IRRESPONSABLES al proponer combatir “LA CULTURA DEL NO PAGO” que, según el profesor del ITAM y maestro de Tecnócratas, era origen de los males de la sociedad mexicana, que se propuso erradicar.
A rajatabla aplicó Impuestos a todo lo que se le ocurrió, incluso por encima de la Constitución, como en el caso de Autores de obras originales. Aspe requería mucho dinero para el festín derrochador neoliberal, iniciado en el salinato y continuado y aumentado en los sucesivos gobiernos, hasta el de Peña Nieto. Los frecuentes viajes y viáticos a todo tipo de evento internacional no eran baratos, pues había que codearse con “los grandes” y el Presidente tenía que brillar. “Si le va bien al Presidente, le va bien al país”, perversamente le susurraba a Salinas su Pepe Grillo francés, Joseph Marie Córdova Montoya.
Sólo que el desalmado Aspe no incluyó en su Santa Cruzada a sus amigos y favorecedores. Los muy ricos del país no entraron en el combate tecnócrata a la Cultura del No Pago y SÍ FUERON SUS PRINCIPALES BENEFICIARIOS. Debían mucho y no pagaron. Cuando se endeudaron masivamente en dólares, los Grandes Causantes no sólo fueron exentos de impuestos para aliviar sus penurias, sino que fueron “rescatados” ¡DOS VECES! con cargo a los mexicanos jodidos, primero con el Ficorca y luego con el Fobaproa. La CULTURA DEL NO PAGO fue una Ley del Embudo contra el Pueblo y a favor de Magnates. Por eso los neoliberales tecnócratas fueron tan aplaudidos y hoy son tan añorados.
Todos los cambios fiscales aprobados en los gobiernos neoliberales fueron para gravar a millones de causantes medianos y pequeños, y favorecer a grandes contribuyentes a los que se les facilitó la evasión fiscal con nuevas reglas contables que permitían diferir pagos y diluir las ganancias entre filiales con pérdidas, creadas para eso. Además de que proliferaron las “fundaciones” exentas de impuestos. Fue un festín de saqueos. No en balde hubo tantos megamillonarios mexicanos incluidos en las exclusivas listas de Forbes.
Si a ello se agregan los narco-cárteles generadores de gigantescas sumas sin obligación de declarar ingresos (pero sí de “purificarse” debida y puntualmente con el gobierno), la famosa CULTURA DEL NO PAGO fue otra treta de la Tecnocracia para “HACER COMO QUE HACÍA”, pero deshacían al país.
Ya ha sido documentado, aunque no muy difundido, el modo en que los grandes magnates fueron beneficiados con enormes “préstamos blandos” de Banobras y otras entidades financieras oficiales, ordenados por Luis Echeverría como ayuda a los “emblemas del capitalismo mexicano”. No se conoce cómo, cuánto y cuándo pagaron esos apoyos -si acaso los pagaron-, pues todo se volvió inaccesible como “secreto bancario”, pero sí fue público cómo devolvieron el favor a Echeverría: Culpándolo escandalosamente del desastre en la economía nacional causado con sus mega deudas.
Para combatir LA CULTURA DEL NO PAGO neoliberal, la “independiente” Suprema Corte de (in)Justicia obedeció sumisa la orden de Los Pinos para legalizar la usura, hasta entonces considerada DELITO, y favorecer a los bancos contra los deudores medianos y pequeños. Los grandes deudores bancarios no fueron tocados, porque ELLOS ERAN DUEÑOS DE LOS BANCOS nacionalizados y desnacionalizados para su beneficio. Ellos sí pudieron endeudarse con sus propios bancos (lo que estaba prohibido) y no pagar a quienes debían o tenían ahí sus depósitos.
Otro de los recursos tecnocráticos para combatir LA CULTURA DEL NO PAGO fueron las sociedades de información crediticia, con el Buró de Crédito como emblema. Casi todo México cayó en él, pues la bonanza económica lograda por el neoliberalismo sólo alcanzaba a los grandes capitales deudores del gobierno y dueños de tales sociedades informativas. Como gran concesión, al ver que prácticamente TODO EL PAÍS estaba en el Buró de Crédito y jamás saldría de él, los diputados pusieron el término de 7 años para permanecer en el BC, luego de lo cual se borrarían los adeudos. No previeron que quedarían las “huellas informáticas” imborrables. Esa es la razón por la que comerciantes que desean desplazar sus bienes y servicios, promueven “SIN BURÓ DE CRÉDITO” sus facilidades. Sólo SIN BURÓ DE CRÉDITO se mueve la economía, especialmente la mediana o pequeña y la informal.
Fueron tantas las armas para combatir LA CULTURA DEL NO PAGO, todas dirigidas contra la gente común sin contubernios con el gobierno tecnocrático, que no sólo se ralentizó la economía, sino que se deterioró la confianza ciudadana en el gobierno, sus instituciones y, particularmente, en los partidos políticos causantes y aplaudidores de cuanto atropello se les ocurría a los neoliberales. Pero como los medios de comunicación, especialmente sus propietarios, estaban uncidos al aparato oficial, nada de eso se divulgaba. Había mucha molestia, pero sólo se difundían los aplausos. El descontento ebullía por abajo, pero no salía la presión.
El combate a LA CULTURA DEL NO PAGO dio un giro con el arribo al poder de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y entonces ya no les gustó a sus antiguos beneficiarios. Cuando le preguntaban con sorna de dónde sacaría el dinero para tanto proyecto bonito que proponía, AMLO respondía “Del fin de la corrupción”. Voceros y beneficiarios se mofaban de él. “¡Sí, cómo no! Se ve que no sabe nada de economía”. Desde luego que sabía y cómo se manejaba entonces. Sabía lo que el pueblo vivía, sufría y sentía. Percibía la realidad del pueblo, que la tecnocracia de gabinete no conocía ni le interesaba conocer. Asentada en sus recintos climatizados la casta gobernante sólo escuchaba lo que le interesaba, no lo que había afuera.
Hasta que la alcanzó la realidad y se le volteó LA CULTURA DEL NO PAGO. Hoy los antiguos beneficiarios ven esfumados sus privilegios Y TIENEN QUE PAGAR. Lo que tanto evitaron, pero repartieron a los demás, ya no les gustó en ellos.
Habituados a LA CULTURA DEL NO PAGO, los favorecidos de la Tecnocracia hoy llegan a ridículos descomunales como el de un RECONOCIDO CALUMNISTA (aunque se llama “columnista”) que culpa al Presidente porque LE CORTAN LA LUZ POR FALTA DE PAGO, pero que él lo atribuye a la malvada intención de “acallar sus críticas”. El tipo le pone mucha crema a sus tacos, ignorando la indigestión que le causará tanta crema con su bilis derramada.