En la opinión de Elí González
calacuayoMX
El presidente de México Andres Manuel Lopez Obrador recibió un país con una deuda pública devastadora como la que no se tiene registro desde 1990. Una deuda que rebasa los límites de la decencia.
El saldo neto al cierre de 2017 fue de 10.31 billones de pesos.
La deuda de los años 90 fue la que nos llevó a la crisis más grave de la historia moderna cuando en el 94 se registró una devaluación que arrastró al mundo con el error de la administración mexicana.
Esos pésimos administradores que hoy se dicen expertos y que critican las nuevas políticas por las que la mayoría, decidimos apostarle.
Especialistas en materia económica coinciden que los gobiernos del PRI-PAN con la política neoliberal gastaron más de lo que recaudaron.
Una muestra de la incapacidad administrativa de los PRI-PANISTAS y como símbolo de incapacidad, José Antonio Meade quien fue el principal responsable de la deuda siendo secretario de hacienda en el sexenio pasado.
Sus antecesores y predecesores en las administraciones pasadas han demostrado una incapacidad administrativa y ahora quieren enseñar como se administra.
En el gobierno de Felipe Calderón se duplicó la deuda y Peña Nieto la multiplicó
Si los mexicanos hubiéramos permitido la continuidad de los pésimos administradores PRI-PAN. Con estos números íbamos directo a una devaluación parecida a la de 1994: les recomiendo investigar sobre la crisis del 94 llamada por Estados Unidos cómo “efecto tequila” y en México “error de diciembre”
También les recomiendo leer los argumentos de Ernesto Zedillo y Carlos Salinas de Gortari quienes se responsabilizan mutuamente de esa desgracia de México.
Con los mismos datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en el sexenio de Enrique Peña Nieto la deuda pública se incrementó de manera histórica de la mano de la corrupción.
En 2013 la deuda era de 5.94 billones de pesos.
En 2014 el saldo era de 6.95 billones de pesos.
En 2015 aumentó a 8.17 billones de pesos.
En 2016 aumentó a 9.70 billones de pesos
En 2017 subió a 10.31 billones de pesos.
Durante 2017 el pago de intereses fue de más de medio billón de pesos. Es decir, la deuda aumentaba y todo lo que se pagaba era solo intereses.
El incremento de impuestos que nos aplicaron con La Reforma Hacendaria de 2014 solo sirvió para pagar los intereses de la deuda.
Peña Nieto y su secretario de hacienda José Antonio Meade nos dijeron que con los frutos de las reformas estructurales nos iban a llevar a crecer 5% del PIB,
En realidad, el crecimiento fue nulo. Se disfrazó endeudando el país, para poder colocarle un 2%
El Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) en 2017 se ubicó en 10 billones 31,652 millones de pesos, de los cuales alrededor de 63% es deuda interna y 37% es deuda externa.
Esta cifra representó el 48.7 del PIB. Y con un ritmo de endeudamiento catastrófico que terminaríamos en una devaluación dolorosa como la del 94 que hubo suicidios masivos al perder casas, autos y empresas enteras ante la mala administración PRI-PANISTA.
“La realidad es que gastaban más de lo que se recaudaba. La nómina del Gobierno era enorme y por eso teníamos que endeudarnos para solventar los compromisos del Gobierno federal”, dijo Ricardo Cantú Calderón, director de Investigación del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Por suerte, cambiamos la historia. Cabe la frase repetida y que ha perdido su virtud:
QUE LA NACIÓN NOS LO DEMANDE SI NOS EQUIVOCAMOS
Pero debemos estar tranquilos, porque frenamos ese derroche, frenamos que el país siguiera endeudándose a ese ritmo y que termináramos en breve, con un nuevo efecto tequila