CLAUDIO-KRAUZE-LORET, REYES DEL MONTAJE
¿Qué montaje de Carlos Loret de Mola ha sido corroborado, al enfrentarlo a la realidad?
Ninguno .
No existe una sola “investigación periodística” de alto impacto, que haya tenido un desenlace en el que se confirmen los datos y acusaciones publicadas por este falso periodista.
Porque Loret de Mola ha construido su carrera en los medios de comunicación, como lector de noticias y no como periodista. Así comenzó su carrera y después de años, sigue igual. Ésa es la parte destacable que vende. Imagen personal y nada más.
Loret de Mola puede leernos las mismas noticias que aparecen en otros medios de comunicación, pero con el idéntico “toque personal” que caracteriza a comunicadores como Lilly Téllez, cuando hace uso de la palabra en tribuna. Ambos son lectores profesionales. Los dos se prepararon para actuar frente a las cámaras y ese aprendizaje ha desarrollado en ellos las capacidades histriónicas que gustan a un reducido segmento social, a quien no interesa tanto la verdad, sino el espectáculo.
En Estados Unidos, ese tipo de comunicadores venden diariamente un show, antes que la noticia.
Y venden mucho.
Aquí en México, afortunadamente, su aceptación es menor.
Tanto Loret de Mola, como Lilly Téllez, se encuentran demasiado desacreditados. No son referentes de buen periodismo en la actualidad y por eso han tenido que optar por alternativas distintas.
Lilly, es una golpeadora de tiempo completo en el Senado de México. A pesar de que Morena la llevó al Congreso, ha traicionado a ese partido para ocupar un sitio dentro de las filas panistas. Y no para de atacar al presidente y a su gobierno.
Loret de Mola tuvo que asumir el papel de patiño de “Brozo”, otro ejemplar del mundo de la comunicación, que inició como payaso malhablado en un programa cómico y terminó en payaso malhablado que comenta noticias por encargo y al gusto de quien paga.
Y quien está pagando en este momento la jugosa nómina donde aparecen Loret y Brozo, es el “general” de las eterna derrotas, Claudio X González.
Nada más Claudio no actúa en solitario. La estrategia del económicamente poderoso grupo opositor, corre por cuenta de personajes siniestros como Enrique Krauze.
De Krauze se han dicho infinidad de cosas, a través de los años.
Se le ha señalado como traidor a la amistad que le dispensó su maestro y protector Octavio Paz.
Carlos Fuentes lo calificó en alguna ocasión como “cucaracha”, según se cuenta.
Se le acusa de ser un agente prominente de agencias norteamericanas en nuestro país.
De ser también quien recibe y distribuye en México, fondos provenientes de organizaciones manejadas por George Soros.
En 2016, fue señalado como el “cerebro” que trabajaba los contenidos que debía difundir un grupo de haters (difusores de odio), para desacreditar al entonces candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador.
El patrocinio de ese grupo corrió a cargo de empresarios reaccionarios de renombre, como Francisco Agustín Coppel, Alejandro Ramírez Magaña, de Cinépolis y Germán Larrea, de Grupo México.
Estos financieros, nunca dieron la cara y mantenían reuniones de “alto nivel”, en una residencia ubicada en Santa Fe, mientras que los operadores de la campaña de desprestigio, ubicaron su sede en el domicilio de Berlín número 245, colonia Del Carmen, de la hoy alcaldía Coyoacán.
Krauze y su brazo derecho, Fernando García Ramírez, han negado haber sido los reclutadores y operadores de este proyecto de guerra sucia. Pero fueron precisamente los testimonios de gente ligada a la “Operación Berlín”, quienes dan santo y seña de los participantes en la intriga, así como de la capacidad financiera que pusieron a disposición de dicho proyecto, los empresarios referidos.
Krauze planea, mientras Loret y otros operan.
Los montajes de Carlos Loret de Mola no nacen de “investigaciones independientes”. Son parte de la estrategia opositora para golpear al hoy presidente López Obrador y a su gobierno.
Hoy aparece ahí también, la mano de Claudio X González y de su gente.
Lo anterior no es suposición. Basta ver el nado sincronizado que ejecutan todas las cuentas en redes sociales, de filiación reaccionaria. La forma en que se mueven los medios de comunicación, deseosos de recuperar esos contratos millonarios en publicidad, que les suprimió el gobierno de la Cuarta Transformación. El accionar de los periodistas “damnificados” por la pérdida del “chayote” gubernamental.
Todos concentran su ataque en el punto que ordena la “autoridad superior”, encabezada por Claudio X González. Él controla la estrategia política y el aspecto financiero, para impulsar el montaje en turno.
El “cerebro” operativo se reparte entre los viejos y conocidos intelectuales orgánicos, del tipo de Krause y Aguilar Camín. Así ha sucedido en el pasado y no hay razón para suponer que las cosas han cambiado, dado que el montaje actual, en contra de la ministra Yasmín Esquivel, es idéntico a los anteriores.
Lo de la ministra acusada de plagio de una tesis profesional, viene a cuento porque hoy en la conferencia mañanera, el presidente López Obrador habló sobre el tema.
Es un empleado de Krauze, de nombre Guillermo Sheridan, quien dice haber descubierto que la tesis que presentó la hoy ministra Yasmín Esquivel en 1987, es idéntica a una publicada por otra persona, un año antes.
La noticia la hace explotar de inmediato Loret de Mola y al mismo tiempo, aparece Enrique Krauze en redes sociales, pidiendo una rigurosa investigación al respecto.
El nado sincronizado inicia y la etiqueta Yasmín Esquivel, se mantiene arriba durante tres días consecutivos. Eso es muy difícil de lograr limpiamente y de manera sucia, cuesta mucho.
El presidente señala lo que hemos narrado. Krauze es un elemento reaccionario reconocido. Ha respaldado la corrupción neoliberal, así como los excesos y violencia generados durante esos 36 años de saqueo nacional.
Enrique Krauze, dice el presidente, es tan hipócrita, mentiroso, corrupto y ruin, como el resto de la clase conservadora, que se enriqueció a costa de la miseria de millones de mexicanos.
“Krauze y Sheridan han hecho más daño al país, que cualquier persona a la que ellos puedan acusar por algún otro delito”.
El montaje actual comienza a desmoronarse.
Si bien es cierto que Yasmín Esquivel presentó su tesis en 1987 y la otra corresponde a 1986, hoy conocemos el dato que proporciona Martha Rodríguez Ortíz, asesora de tesis de la ministra Yasmín.
Ella nos dice que el proceso de titulación de la ministra, “comenzó en 1985. Por lo que no puede descartarse que su tesis pudiera haber sido plagiada, en el lapso de su publicación”.
Es decir, no puede descartarse que las marcadas coincidencias en ambas tesis, se deban a un plagio.
La cuestión está en saber quién plagió a quién. Eso si se determina que en verdad estamos ante un caso de plagio.
El montaje busca siempre dañar la reputación de alguien. Por eso las pruebas iniciales son pobres, o no existen.
Hay que desenmarañar la madeja y eso siempre lleva tiempo. Y cuando esto se consigue, el daño ya está hecho y es imposible regresar el tiempo, aunque no lo es el restaurar la honorabilidad de una persona inocente.
Nosotros podemos aventurar también la hipótesis de que este nuevo montaje de Loret de Mola, es operado por Enrique Krauze y financiado por Claudio X González.
Y predecir también que tendrá el mismo final de los montajes anteriores.
Los farsantes quedarán desenmascarados y el efecto de la calumnia, disfrazada de “investigación periodística”, será nulo.
Así ha pasado antes.
Malthus Gamba