BOA y el regreso del neoliberalismo
Muy extraña la defensa de los personajes, grupos y organismos que fueron señalados por pertenecer a una sociedad secreta (ni tanto) denominada BOA.
El presidente López Obrador hizo público el día de ayer un documento que llegó a Palacio Nacional, vía oficialía de partes, en el que se da conocimiento detallado de la estrategia que se encuentra en curso, para conseguir en las elecciones del próximo 2021, espacios públicos para quienes representen los intereses de la clase conservadora.
En el 2022, se pretende alcanzar el número de votos requerido, para que proceda la revocación de mandato en contra del presidente López Obrador.
Todos los integrantes de esta secta de culto al neoliberalismo, son plenamente conocidos por el pueblo de México.
Para nadie fue sorpresa escuchar los nombres que leyó en esa conferencia Jesús Ramírez. Incluso faltaron políticos y periodistas que por méritos propios, indudablemente forman parte de la cofradía.
La participación del INE y del TRIFE en esta organización, causó inquietud pública, pero no tanta si se considera que vivimos tiempos de cambio, donde la corrupción e impunidad se están desterrando de la vida pública. Un error de los consejeros del INE, o una dolosa aplicación de la ley por parte del TRIFE, puede llevar a la cárcel a estos servidores públicos, considerando que los delitos de orden electoral, ya son considerados graves.
La respuesta de la comunidad de los nacientes reptiles fue extraña.
Acusaron el golpe de inmediato. Es obvio que lo revelado por presidencia los tomó mal parados y la respuesta dada públicamente mostró la desorganización que priva al interior de la secta neoliberal.
Por una parte, uno a uno de los políticos señalados como boas reclutadas, manifestaron su nulo aprecio por los reptiles. Ninguno de ellos son boas, según su dicho.
Felipe Calderón manifestó incluso que en el caso de que la secta de la BOA fuera real, es un derecho de los ciudadanos organizarse políticamente como mejor les convenga.
Pero pasa por alto Felipe situaciones importantes. En el documento que da vida a la sociedad secreta BOA, se habla de dinero proveniente de los empresarios para apuntalar las campañas de los candidatos reaccionarios, lo cual no permite la Ley. También se dice que se solicitará el apoyo de agentes de otros países, para apoyar periodísticamente a los políticos boas. Eso tampoco lo permiten nuestra Leyes.
Y menos aún podría ser permitido que el INE y el TRIFE trabajaran como agentes de la nueva secta, o que formaran parte de ella.
Mientras los políticos, periodistas, empresarios y medios trataban de deslindarse a toda costa de la naciente agrupación, en redes sociales surgía la etiqueta (HT) #TodosSomosBOA.
Es decir, mientras los que pagan y organizan la guerra sucia en redes sociales intentaban dar por muerto al BOA, sus granjas de bots trataban de dar legitimidad a la secta, impulsando una etiqueta que consiguiera respaldo social hacia su causa.
Mientras los jefes mataban a su engendro, los bots conservadores intentaban darle oxigeno al moribundo, en redes sociales.
Una falta de organización dentro de esta sociedad ni tan secreta, que con seguridad seguirá viva, pero bajo distinto nombre.
Lo que pudo apreciarse entre líneas, es que hay una preocupación real dentro de las filas de la secta ofidia.
¿Quién de entre ellos es el traidor que puso a disposición del gobierno, el documento donde se dan pelos y señales de los integrantes de la secta y la estrategia en contra del presidente y la Cuarta Transformación).
En un nido donde las víboras abundan, es difícil distinguir entre leales y traidores. Como buenos conservadores, todos han jugado ese doble papel a lo largo de su vida. ¿Cómo encontrar al “topo” de hoy, entre tanto traidor del pasado?
Tienen al enemigo en casa y lo saben, pero les va a ser muy difícil localizarlo. Todos son potencialmente sospechosos.
Las boas neoliberales gritan hoy una inocencia que el pueblo de México no cree y ese es otro problema para ellos. Les urge ganar credibilidad social de inmediato. El tiempo se acaba y las elecciones del 2021 se aproximan.
Su campaña para conseguir las metas planteadas en el proyecto BOA, apenas está arrancando y parten de cero, puesto que la credibilidad en los políticos, empresarios, medios de comunicación, periodistas e integrantes de los organismos electorales, es nula.
Si el día de hoy se realizaran elecciones, los partidos conservadores y sus candidatos, serían barridos políticamente de manera fulminante.
No pueden perder más tiempo.
El documento que presentó el presidente el día de ayer, significó un duro golpe a la clase conservadora. Conocer una estrategia que tiene como columna vertebral los mismos vicios de corrupción, financiamiento privado, fraude e intervención de gobiernos extranjeros, tal y como sucedía en al pasado neoliberal, les resta toda posibilidad de apoyo. La sociedad mexicana conoce muy bien la historia oscura de pasadas elecciones.
Sabe lo que significaría que las víboras del pasado regresaran a gobernar al país.
Conoce el precio que se pagaría si se les apoya para recobrar espacios en el Congreso de la Unión y en los Congresos locales. Lo que padecerían los ciudadanos si llegaran a ser gobernadores los integrantes del BOA.
Estamos viendo en este momento lo que sucede en Jalisco, Guanajuato y Tamaulipas, por citar tres de los Estados gobernados por personajes de corte neoliberal.
Son de las entidades más endeudadas del país y donde la violencia está desatada. Son Estados donde los gobernadores aún se consideran virreyes.
La estrategia de las serpientes del BOA ha iniciado, pero de una manera un tanto infantil.
En la tierra de Enrique Alfaro represor, fueron colocados espectaculares donde figura la imagen de un lobo y una diminuta niña que pregunta “¿lobo estás ahí?”
En la parte inferior aparece la leyenda: “Andrés Manuel, te queremos fuera del gobierno”.
Es una campaña ñoña, con muy poca creatividad, que insulta por su ridiculez a la inteligencia del ciudadano.
Si de ese tamaño va a ser la campaña para posicionar a las boas y demás víboras de la secta, en el ánimo de la gente, no hay duda de que en las siguientes elecciones, calderonistas, panistas, perredistas y demás candidatos de la oposición, se irán directamente al basurero de la Historia.
En esto momentos, la clase conservadora antes que verse como poderosa boa, se muestra ante los ojos de los ciudadanos como un simple nudo de culebras de agua sucia, o lombrices arrojadas al w.c., después de una buena desparasitada.
No tienen futuro y la secta lo sabe, pero no tiene alternativa alguna para superar el amplio desprecio popular que padece.
Malthus Gamba