Blindar elecciones contra la delincuencia
La vida política en nuestro país, gira ya en torno al proceso electoral que se encuentra en curso. Todo tema político se relaciona de una forma u otra con las elecciones que se verificarán en junio próximo.
Y las alternativas son dos únicamente, a pesar de que fuerzas menores o independientes, intenten alcanzar algún puesto de representación pública.
Por un lado está la alianza opositora, financiada por el empresariado nacional que disfrutó de privilegios durante la etapa neoliberal. Ahí encontraremos los restos de los partidos políticos neoliberales, que perdieron la mayor parte de su fuerza en las elecciones presidenciales del 2018.
Están el PAN, el PRI y el PRD, intentando reunir y aportar sus escasos recursos, para competir con algo de dignidad, en contra de la otra alianza que integran Morena, PT y Partido Verde.
Para el grupo conservador, el enemigo a vencer es Morena. Sobre todo en lo que corresponde a la Cámara de Diputados. Si logran hacerse de una buena cantidad de las diputaciones en disputa, podrán aspirar a frenar a la Cuarta Transformación, limitando los recursos económicos que necesita el gobierno del presidente López Obrador, para cumplir con los Programas Sociales implementados y dar continuidad a las obras de desarrollo en el sur del país.
La Cámara de Diputados autoriza el presupuesto anual que ejerce el gobierno. Si la oposición logra impedir que Morena consiga la mayoría representativa a la que aspira, puede negar el dinero que solicite el gobierno para dar continuidad a su proyecto transformador. Y no se puede gobernar adecuadamente sin los recursos económicos suficientes.
Morena cuenta en este momento con un respaldo social envidiable. La gente del pueblo entiende que el voto mayoritario por Morena es indispensable para mantener en operación los programas de bienestar social y las ayudas a quienes menos tienen.
Se espera este primero de junio, una votación masiva en favor de Morena.
Y para que esto ocurra sin contratiempos, habrá que estar al pendiente de lo que hagan y dejen de hacer las autoridades estatales, municipales y las que forman parte del INE, árbitro que conducirá esta jornada electoral.
La única vía abierta para un triunfo de la oposición en este momento, se da en el terreno del fraude electoral, tan recurrente en elecciones pasadas.
Pocas oportunidades reales tiene la derecha el día de hoy, según las encuestas que los medios de comunicación conservadores, se ven obligados a publicar.
La clase conservadora no atrae a la gente del pueblo. No van a obtener votos en la cantidad que requieren y solo pueden espera un milagro que nazca de un fraude avalado por las autoridades del INE, o del apoyo que pueda brindarles un participante electoral conocido por presidentes municipales y gobernadores de varios Estados del país. La delincuencia organizada.
Para la mayoría de los mexicanos, son conocidos los fraudes que históricamente ha avalado el INE. Desde aquel en que otorgaron el triunfo presidencial a Felipe Calderón. Lorenzo Córdova y Ciro “Muchasmañas”, tienen un largo y retorcido colmillo en cuestiones de reconocimiento de triunfos ilegítimos.
En el presente proceso electoral, estos consejeros del INE han estado más dedicados al intento de callar la voz del presidente López Obrador en las conferencias mañaneras, que en dar garantías de respeto al voto ciudadano. Juegan a favor de los intereses de la oposición conservadora y eso es algo que se nota y que todo México conoce.
El INE no es un árbitro imparcial y confiable. Por eso se hace necesario tomar medidas preventivas en contra de esta autoridad y en contra del fraude.
La otra fuerza que puede incidir en el resultado de algunas elecciones locales, tiene que ver con la delincuencia organizada. Hay ahí fuertes intereses económicos que desean colocar como autoridad en el municipio y aún en el gobierno del Estado, a candidatos con sólidos lazos con determinados grupos criminales.
Ya hay amenazas en contra de los candidatos que no convienen como autoridad a estos grupos. No podrían darse elecciones libres, en las zonas donde la criminalidad intenta hacerse del poder político.
En Estados como Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Tamaulipas, gobernados por representantes de los partidos políticos de oposición, se habla de la estrecha relación que existe entre gobernadores y cárteles de la delincuencia organizada.
Son las Entidades que registran los niveles más altos de violencia en el país.
Para evitar una situación difícil en el proceso electoral que vivimos, el gobierno del presidente López Obrador anuncia el día de hoy una Estrategia Nacional de Protección Electoral.
Con ella, se brinda protección permanente a candidatos amenazados por la delincuencia organizada. Se refuerza la estrategia de seguridad en todo el país. Se plantea el compartir información y alertas sobre cualquier amenaza, dentro de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal). Atender casos específicos en determinados territorios, con protocolos de seguridad especializados.
López Obrador lo dijo claramente el día de hoy: “No vamos a permitir que la delincuencia organizada intervenga en estas elecciones. Ellos no van a elegir autoridades; eso le corresponde al pueblo” “Tampoco vamos a dejar que la delincuencia de cuello blanco, ensucie las elecciones con intención de fraude”. “Cuidaremos que haya elecciones democráticas y limpias”.
Recordemos que los delitos de orden electoral, son considerados graves y quienes los cometen, no alcanzan fianza.
Si el INE, la delincuencia organizada, o los dueños del dinero que apuestan por el fraude, cometen cualquier irregularidad, deberán tener presente que hay un gobierno y un pueblo que los estará vigilando permanentemente.
Estas elecciones serán libres y limpias. Ganarán los candidatos que elija el pueblo, no los impuestos por otros.
Quien no entienda esto, debe saber que la cárcel tiene abiertas sus puertas para recibirlos de manera inmediata.
Elecciones limpias y que gane el mejor.
A eso apuesta la Cuarta Transformación.
Malthus Gamba