Carmen Aristegui y Labastida: ¿Interés periodístico o entrevista por encargo?
Dos días para que la clase conservadora sufra una nueva derrota a manos de la Cuarta Transformación.
Porque debemos tener presente, que el Movimiento para el Cambio, es mucho más grande que Morena.
El Partido Político formado por el hoy presidente López Obrador, pone los candidatos, coordina campañas y está atento a los trámites y cuidados específicos que se requieren antes, durante y después del momento de la votación.
La Cuarta Transformación, que es mayoritariamente pueblo llano, complementado por sectores avanzados de la clase media y algunos integrantes de la clase acomodada, define con su voto el triunfo o la derrota de los candidatos que compiten.
El pueblo da, o niega el triunfo a los partidos políticos.
El amplio respaldo social que acompaña al presidente López Obrador y al movimiento transformador que encabeza, indican que el domingo 5 de junio, se harán realidad las mediciones y encuestas que ponen a Morena como la opción preferida por la mayor parte de los mexicanos.
Faltan dos días y en ese pequeño espacio de tiempo, los integrantes de la coalición opositora, encabezada por Claudio X González, intentan lo imposible. Atraer el voto de la gente. Conseguir que mediante engaños, apoyen a los candidatos panistas y priistas.
Sabemos que la gente de Claudio X González y él mismo, no destacan por su inteligencia. A más de la mitad del presente sexenio, han sido incapaces de dar vida a un proyecto nacional que sirva como bandera a los partidos políticos agrupados en el bloque opositor.
Y sin una idea central atractiva y viable, es imposible convencer a la gente de que debe votar por los candidatos del PRIAN
El engaño ha sido y es en este momento, la única forma usada por la clase conservadora, para intentar desacreditar al presidente López Obrador.
Golpeando al presidente, se golpea también a Morena y se gana respaldo social
Ésa sería la fórmula preparada en el búnker conservador, para arrebatarle triunfos a Morena.
Un plan sencillo y sin mucho mérito, que se pone inmediatamente en práctica.
Sin embargo, con todo y lo sencillo que aparenta ser ese plan, hay problemas cuando se aplica a la realidad.
En el programa informativo de Carmen Aristegui, aparece como invitado un personaje que poco tiene que ver con el momento actual. Fue candidato a la presidencia por el PRI y perdió esa elección, ante Vicente Fox.
Se trata de un priista de 79 años, alejado del trabajo partidista desde hace un buen tiempo. Alguien que dice poco a los jóvenes y que ha sido olvidado por la gente mayor, casi desde el tiempo de su derrota.
Francisco Labastida habla vía telefónica con Carmen Aristegui y da su punto de vista, sobre el momento difícil que atraviesa el PRI, a consecuencia de la pésima conducción que hace del partido, un “Alito” Moreno que ya no siente lo duro, sino lo tupido.
El tema de los audios que está publicando semanalmente la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, deja muy mal parado al presidente del PRI.
Ese tema en realidad poco importa a Carmen Aristegui, quien hace hablar al expriista (a quien es evidente que los años le restan claridad en la idea y el discurso), sobre asuntos que son parte del montaje conservador, para desgastar la imagen del presidente del país.
Aristegui saca de la manga, al modo de los viejos magos, una pregunta que poco tiene que ver con el motivo que origina la presencia de Francisco Labastida en el programa.
“¿Qué piensas sobre los señalamientos que se hacen al presidente López Obrador, en el sentido de que mantiene un lazo o compromiso, con los integrantes del crimen organizado?”
Labastida no puede decir otra cosa. Fue priista y simpatiza actualmente con el priismo, aunque entienda que el partido atraviesa un momento de inocultable decadencia. “Yo creo que es cierto. Ese vínculo ha sido señalado en varias ocasiones y con seguridad influirá en el resultado de las siguientes elecciones”.
Y esa declaración es tomada por “el equipo de Aristegui Noticias”, como la bomba informativa indispensable, para inclinar un poco la balanza hacia el lado conservador, el domingo 5 de junio.
Pero la cosa no queda ahí. Labastida es como un cordero en manos del lobo mañoso, que sabe conducirlo atinadamente al terreno que más le conviene, para dar cuenta de él.
Labastida duda, hace pausas en sus respuestas, se pierde en un monólogo donde el pasado se mezcla en su mente y donde en ocasiones las repuestas no corresponden plenamente al tema tratado.
Aristegui coloca en un momento determinado, otra pregunta que sale del motivo original.
“Francisco, se dice que hay un acuerdo entre el presidente López Obrador y el exmandatario Enrique Peña Nieto, para darle impunidad al segundo de ellos, por causas que aún no quedan claras ¿Tú crees que en verdad existe tal convenio?”
Y nuevamente el priista, que sabe que una contestación a tono con la mañosa pregunta, beneficia a la causa conservadora, contesta que sí lo hubo y se mantiene hasta ahora.
”Es claro que se llegó a ese acuerdo. Incluso la estructura del PRI, fue utilizada por el presidente López Obrador en las elecciones del 2018. Enrique Peña Nieto convino que habría seguridad total para él y los suyos durante este sexenio, a cambio de respaldar a López Obrador en su camino a la presidencia”
Exclamaciones de sorpresa por parte de Carmen Aristegui. Sin una sola prueba de por medio. Ni trabajo de investigación de su parte.
Con el simple dicho de Francisco Labastida, Aristegui dice desde ayer mismo, que al parecer se confirma, que el presidente López Obrador mantiene vínculos con el narcotráfico y brinda protección total al expresidente Peña Nieto.
Esas dos pequeñas bombas de fabricación casera, no dan en el blanco.
Labastida fue y es una figura relacionada con la corrupción y está manchado por ella.
Es señalado como el mayor beneficiario del escándalo PEMEXGATE.
Millones de pesos fueron desviados del sindicato de PEMEX, para financiar su campaña rumbo a la presidencia. Votó a favor del FOBAPROA e intentó convencer al hoy presidente López Obrador, para que respaldara también esa deuda.
¿De qué pueden servir las declaraciones de un corrupto?
En la conferencia mañanera del día de hoy, el presidente López Obrador señaló abiertamente: “Quién más pena me da con las declaraciones sin pruebas, mediante las cuales me acusan de actos propios de los corruptos conservadores, es Carmen Aristegui. La Paladina de la Verdad, que engañó por un corto tiempo a millones de mexicanos. En realidad nunca defendió la verdad y hoy la vemos sin máscara haciendo señalamientos sin evidencia alguna”
Las redes sociales se lanzan una vez más en contra de Carmen Aristegui y del periodismo que practica. Nada que favorezca a los grupos opositores, puede salir de su programa informativo. Está sumamente desacreditada y ya no es referente para el segmento joven de nuestra sociedad. Su periodismo es intrascendente.
Actualmente y de acuerdo a lo que se publica en redes sociales, está ubicada en el mismo nivel que Carlos Loret de Mola y Brozo.
No hubo ganancia alguna para los grupos opositores y sus candidatos a gobernadores. El domingo próximo se verá el tamaño del derrumbe del PRI y del PAN.
De Carmen Aristegui ya ni hablamos. Se mantiene vigente gracias al apoyo financiero que recibe su portal, de parte de esa misma clase reaccionaria que defiende.
Pero ella como periodista, perdió frescura, calidad y credibilidad.
No son muy distintos Francisco Labastida y ella. Viven de glorias pasadas y aparecen en espacios controlados por la oposición.
Para el pueblo de México, que está involucrado en un proceso transformador que siente íntimamente suyo, nada dicen estas voces lastimosas que en lugar de construir, obstaculizan y destruyen a su paso.
Son parte de un pasado derrotado que queremos superar y olvidar.
Malthus Gamba