Postigo
@Josangasa3
La obsesión de la oposición por ser el candidato a la Presidencia de la República no se limita al simple concurso electoral de junio de 2024. La oposición requiere urgentemente de un líder, y quien obtenga el segundo lugar lo será. Estará atrayendo reflectores en lo personal pero agazapado en lo político, listo para entrar en acción.
Desencajados los personajes que buscan la candidatura del Frente Amplio por México, pelean este cargo porque saben que pueden ser presidenta o Presidente de la República, pero no por la vía democrática sino a través de un golpe de Estado, por eso quieren una competencia reñida en las urnas y si no es así, ahí están los expertos del fraude electoral como sus asesores.
Ex consejeros electorales y ex ministro del Tribunal Electoral, estudian la manera de que el candidato de la alianza opositora tenga muchos votos, aunque sea comprados o por medio de algunos algoritmos que pudieran manipularse desde diferentes espacios.
Para los golpistas el segundo lugar electoral en 2024 es el primero que podría llegar en un golpe de Estado blando, en un estilo similar en el que destituyeron a Luiz Inacio Lula da Silva, Dilma Rousseff, Evo Morales o Pedro Castillo. Pudieron hacerlo en este sexenio pero el nivel de popularidad del Presidente se los impidió. Ahora esperan que el índice de popularidad se menor en las elecciones y decrezca con el paso del tiempo, entonces actuarán.
El nuevo líder de la oposición tratará, por todos los medios, de terminar con la 4T, condición que no reúne Xóchitl Gálvez, porque los nexos de la ex senadora con la ultraderecha que subsidia los Golpes de Estado en América Latina, ya la rechazaron como su representante.
Tendrá que ser un líder emergente dispuesto a todo, listo para entrar al relevo en cualquier momento con el apoyo de los votos emitidos a su favor en las urnas. Los intereses de la derecha no resisten otro sexenio al margen de las decisiones económicas, políticas, fiscales, legales, educativas, de prensa, de difusión, etc.
Las pérdidas que les ha impuesto la 4T son incalculable, que echaron por tierra sus pronósticos de crecimiento y expansión y algunos se comprometieron con créditos internacionales, confiados en que los pagos de las deudas serían amortiguadas por el gobierno federal.
La legitimidad que puedan arrastrar a partir de la caída de Xóchitl Gálvez será en beneficio de un proyecto que nada tiene que ver con la democracia. De no ser por las cuentas pendientes con la justicia, Xóchitl Gálvez pudo convertirse en la Dina Boluarte de México, si así lo decidían los dueños del dinero en el país. A la oposición poco le faltó para colocar un letrero afuera de sus oficinas que dijera “Se solicitan líderes”. Carecen de ellos y los que se aproximan a esta categoría no están limpios de culpa en el proceso político electoral del próximo año.
Utilizarán a sus simpatizantes para que, en aparente juego democrático, diseñen un líder improvisado que acabe con la democracia. Para la derecha la derrota electoral será la unción del nuevo golpista, y dependerá de la política que lleve a cabo el triunfador las decisiones y acciones del líder informal. A pesar del posible arraigo que tenga con algunos sectores de la población no dejará de ser un títere de los intereses de los oligarcas de México.
Los empresarios agredidos por la 4T, han “invertido” dinero en la elaboración de Fake News y críticas al Presidente, con dinero que quieren recuperar y cuanto antes, mejor.
Una investigación de la revista Polemón informa que Valentín Díaz Morodo dio 15 millones de pesos a Claudio X. González para descalificar a Andrés Manuel López Obrador, a través de su Fundación Malva. Este es sólo uno de varios empresarios que quieren descarrilar para siempre. la 4T, a pesar de que gobierna con el apoyo de la mayoría de la población, en un hecho plasmado en las urnas.
Manuel Garza, Larrea, los X, Razo, entre otros, serán los titiriteros de alguien que la oposición lo considerará un líder legítimo, con supuesto apoyo popular, consolidado en una lucha social inexistente, con solidez moral a toda prueba, cuando los mexicanos sabrán que sólo se prestará a colocar la trampa para llegar al poder de manera espuria, ilegal y antidemocrática.
