Cortando tentáculos al pulpo
Mientras los Estados Unidos se dedican a venderle armas a los narcotraficantes mexicanos para que su trabajo sea más eficiente y violento, gritan a los 4 vientos que México es responsable de que su actividad esté cobrando cientos de miles de vidas de adictos en aquel país, por la cantidad de drogas que estos grupos armados por ellos son capaces de traficar hacia allá. Por otro lado, en virtud del nivel de violencia que generan los delincuentes mexicanos con sus armas compradas en ese país, exigen que su propio ejército entre a territorio mexicano a combatirlos.
Esta conducta hipócrita y bipolar está orientada a evadir su propia responsabilidad en la creación del mayor mercado de drogas del planeta, así como en el proceso de distribución de estupefacientes que es muy efectivo dentro de los Estados Unidos, contra el cual ellos pueden no hacer gran cosa mientras el dedo acusador de la opinión pública apunte a México.
Pero en la realidad es que a pesar de lo que puedan decir candidatos estadounidenses desesperados por ganar elecciones sin proyecto de gobierno, México lleva casi 5 años realizando un combate constante y eficaz en contra del crimen organizado; es especial en contra del narcotráfico, enfocado principalmente en el trasiego de drogas sintéticas que son las más baratas y letales.
A partir del año 2019 las autoridades mexicanas encabezadas por el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, han realizado tantos decomisos de drogas sintéticas que se ha evitado la distribución de 450 millones de dosis en el mercado, impidiendo así la muerte de millones de adictos.
Han también destruido tal cantidad de laboratorios clandestinos donde se procesan este tipo de estupefacientes, que le han ocasionado una pérdida de 1.4 billones de pesos al crimen organizado, equivalente a 70 mil millones de dólares. Esta cantidad es aproximadamente la mitad de lo que vale todo el mercado de drogas estadounidense durante un año completo.
Cada día del período comprendido del 1º de diciembre de 2019 y el 15 de mayo de 2023, las autoridades mexicanas han decomisado 5 kilos de fentanilo, 182 kilos de metanfetamina, 99 kilos de cocaína, un kilo de heroína y han destruido más de un laboratorio clandestino, incluyendo sábados y domingos, sin contar el número de plantíos y hectáreas dedicadas a sembrar amapola, marihuana y hoja de coca que fueron erradicados y sin contabilizar los decomisos de marihuana. También cada día de estos 4 años y medio, se han detenido a 46 miembros de la delincuencia organizada, para dar un total de 72,680 criminales.
Además se les han incautado 41 mil armas de fuego, 170 mil cargadores, 18 millones de cartuchos y casi 3 mil granadas, un arsenal del cual el 70% proviene de Estados Unidos.
En relación solamente con el fentanilo, las autoridades estadounidenses calculan que el 30% del que se consume en su país entra por la frontera de México y el 70% lo hace por algún otro lado. También reportan que México ha logrado decomisar el 30% de todo el fentanilo incautado en el mundo, por lo que la actitud histriónica de sus políticos en época electoral deja de tener algún valor, cuando en general, de este lado de la frontera estamos logrando bastante más en contra del narcotráfico de lo que han podido hacer de su lado de la frontera.
Sin embargo, en México sí entendemos que el problema es el consumo y que el narcotráfico es una consecuencia de que exista el primero y hoy estamos concentrados también en luchar contra las causas que le dan origen, reconstruyendo el tejido social, dando apoyo a los jóvenes y llevando a cabo una campaña masiva para informar sobre el peligro que representa tomar la decisión de probar estupefacientes. Algo que los estadounidenses ni siquiera han soñado comenzar a hacer.
Qué fácil es ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Lo que es una locura, es exigirle al de la paja que se la quite antes de removerte la viga.
Como dice el uruguayo Julio N. Berna: “Haz de tu vida lo que creas conveniente, sin juzgarte, que de eso se encargan los hipócritas”.