La 4ª transformación de México se ha caracterizado por establecer nuevos paradigmas, completamente distintos a los que plantea el sistema globalista depredador, corrupto y ya fracasado en todo el mundo.
En la era neoliberal del saqueo en México, los gobiernos corruptos ya habían entregado concesiones mineras a empresas extranjeras para que llevaran a cabo la explotación del litio y si acaso pagaran algo de impuestos que seguramente después les devolverían. Por supuesto toda esta transa la hicieron a cambio de moches millonarios que se embolsaron desde Fox hasta Peña Nieto, sin olvidar a Calderón; el peor de todos.
Tuvo que comenzar la transformación para que nos enteráramos de lo que hicieron estos infelices ladrones, porque sus pasquines y sus títeres informativos siempre nos ocultaron la verdad.
Hoy en el nuevo esquema de transformación, nos estamos orientando a producir en México lo que necesitamos para ser autosuficientes y no depender de que otros fabriquen y nos vendan lo que consumimos al precio que les da la gana y en función de las turbulencias financieras internacionales.
En este orden de ideas, recientemente México nacionalizó el litio para que sea el Estado quien controle su exploración y su explotación en todo el territorio nacional, en beneficio de los mexicanos como sucede actualmente con el petróleo, razón por la que podemos mantener a un precio estable los combustibles que consumimos.
Así como lo estamos haciendo hoy con el petróleo que estamos refinando en mayores cantidades para no tener que importar gasolina del extranjero, dándole un valor agregado a nuestra materia prima en lugar de vendérsela a los Estados Unidos para que nos regresen gasolina cara, el gobierno está planteando no vender el litio como materia prima, evitando que los extranjeros nos vendan las baterías fabricadas fuera de México con nuestros recursos naturales, recibiendo ganancias importantes que por supuesto no regresan a nuestro país.
El esquema que se está diseñando implica que el litio mexicano sea utilizado para fabricar baterías en México, probablemente en combinación con el gobierno boliviano, que nos lleva ventaja desde hace tiempo con su modelo de procesamiento ya probado.
De esta manera, una empresa estatal le vendería baterías a las plantas automotrices directamente, obteniendo así la ganancia sobre la materia prima y sobre la fabricación de los productos que se desarrollen con ella.
Pero la 4ª transformación va más allá. Esta empresa del estado le vendería las baterías prioritariamente y en condiciones preferentes a las plantas automotrices que estén instaladas en México o que venga a instalarse aquí. De esta forma no solamente obtendremos las ganancias por la extracción del litio, además de las que se recibirán por la fabricación de las baterías construidas con él, sino que estaríamos favoreciendo que aquellas empresas que ya están invirtiendo en nuestro país, adquiriendo estas baterías en condiciones preferenciales y que nuevas empresas se instalen en nuestro territorio, dando empleo, generando impuestos e incrementando la inversión extranjera.
De esta forma, en nuestra nueva etapa del país, los mexicanos estamos comenzando a hacer negocios que los neoliberales corruptos ni siquiera eran capaces de soñar porque nunca buscaron crear oportunidades de desarrollo, pues su interés era exclusivamente extractivo.
Como dijo la reina Cristina de Suecia: “Los hombres siempre desaprueban lo que no son capaces de hacer”.