Por: Rafael Redondo
@redondo_rafa
Durante La Mañanera de este 21 de julio, fuimos testigos de dos espectáculos bufonescos:
El primero, durante la conferencia matutina presidencial, escuchando a dos personajes (ojo, no sólo fue una persona, fueron dos), que dicen, son periodistas, poniendo en evidencia la miseria profesional de dos mujeres que, fueron a cuestionar al presidente.
La primera que menciono, fue la hija de Jorge Ramos, Paola. Esta chica increpó a López Obrador sobre las personas desaparecidas, sin siquiera dedicar 5 minutos, no hace falta más tiempo, para contextualizar el fenómeno de las desapariciones en México. Paola, hay que decirlo, al menos, intentó rescatar los cuatro principios de la Lógica Formal: el principio de identidad, el de contradicción, el del tercero excluido, y el de razón suficiente. No lo logró, pero lo intentó.
Lo que vino después, con la participación de Reina Haydée, se transformó en un hospital psiquiátrico, ya fue el colmo del disparate: 20 minutos de monólogo, sin ningún respeto, por la Lógica, por el presidente, por sus compañeros, ni por el gremio, ni por ella misma.
Este, fue el primer espectáculo.
El segundo, vino después, y fue mucho peor: algunos periodistas, salieron a defender a Reina Haydée, alegando defensa al periodismo, e incluso, cuestiones de género. Aquí, la cuestión de género no tiene nada que ver. Ahora, si alguien que se dice periodista, considera que arremeter contra una persona, quien sea, envalentonarse sin sentido para que, llevada tanto por la euforia, como por la ignorancia y el protagonismo, haga salir de su boca cualquier cantidad de sandeces, es periodista; entonces, ni Reina Haydée, ni sus defensores, son periodistas.
Ningún profesional que se digne de serlo, puede permitirse, que lo traicionen las vísceras; pero, tal parece que todos los detractores del presidente, caen en ese tremendo error, arrastrando por el fango, credibilidades y trayectorias.
Aquí no tiene nada que ver el presidente de la República. Centrémonos en la porquería en que se ha convertido el oficio de periodista.
Hoy, existen 2 tipos de periodistas, comentaristas, presentadores de noticias… que se están encargando de devaluar al gremio:
1) Grupo uno: los que se han dedicado a enriquecerse, recibiendo no sólo sueldos irracionalmente altos; también, y no es secreto, (Alito del PRI, nos lo confirmó recientemente), se dedican a hacer relaciones, para obtener beneficios personales. Con tanto compromiso encima, es imposible ejercer un periodismo saludable. No se puede.
2) Grupo dos: los que, con choro y rollo, usurpan la profesión: influencers, tiktokeros, youtubers o mitoteros, que se dedican a exhibir solamente, sus limitaciones; y, pese a ello, hay gente que les cree.
Egresar de una licenciatura, supondría aprender a construir conocimiento. Haber entendido a la perfección, la diferencia entre realidad y percepción. ¿Cómo se logra eso? Gracias a la metodología.
Muchos de quienes deciden alejarse de las ciencias, de las matemáticas, creen que pueden obtener títulos más fácilmente, ingresando a carreras relacionadas con estudios sociales, porque imaginan, en ellas, pueden echar la lógica por la ventana. Error fatal.
Construir conocimiento, ceñirse a la metodología, presentar datos sustentados con evidencia, requieren de dominio de la lógica, igual que lo requieren las ciencias duras; sin embargo, muchos obtienen títulos con choro y rollo. Después, se presentan en La Mañanera y hacen el ridículo.
Paola Ramos, antes de construir su pregunta, debió revisar la situación de los desaparecidos en México. De haberlo hecho, habría podido construir una pregunta concisa, y no un discurso inconexo y eterno.
Respecto a las personas desaparecidas, hoy, en México, existe lo siguiente:
Se tiene un registro, con un margen de error grande, debido a las características del fenómeno, y, las fuentes hacen esa aclaración, de 95, 000 personas desaparecidas. La gran mayoría, a partir de 2007. Sí, responsabilidad del sexenio de Felipe Calderón.
En noviembre de 2017, se publicó la Ley General en Materia de Desaparecidos, y se crea la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, CNB, y las comisiones de búsqueda estatales; es decir, es un trabajo conjunto.
Desde diciembre de 2018, el gobierno federal reconoció la crisis de desaparición, y la crisis forense. Esto, sucedió hasta 2018, pero, la crisis inició desde 2007; o sea, el asunto de las desapariciones, no se consideró como crisis durante 11 largos años.
En 2018, desde la Presidencia de la República, se ha colocado la búsqueda de personas como prioridad del gobierno, y, como asunto de Estado.
Si Paola hubiera contextualizado, insisto, aprendería a delegar responsabilidades, y no pretender que esta administración, o el mismo presidente de la República, hagan magia.
Aquí, el meollo del asunto es, lanzarse contra el presidente, no importa cómo, no importa achicharrarse en el foro más importante del país, no importa salir a decirse periodista y defender a un bufón, devaluando cada vez más al gremio. Esta gente está nadando dentro de un tiradero de vísceras, no el ejerciendo un oficio.
No reinas, ni Reina Haydée, ni Paola, son periodistas; tampoco lo son, quienes defienden a Reina Haydée. Aquí, no se trata de defender al presidente. Se trata de devolverle dignidad y credibilidad al gremio periodístico.