Hemos estado viendo el desempeño lamentable de los gobiernos emanados de partidos de oposición, desde algunos que recibieron la administración de sus estados en 2019, hasta otros que lo hicieron en 2021 y que sorprendentemente ya se encuentran haciendo agua por su desorientación absoluta.
Prácticamente todos ellos han venido haciendo las cosas en sentido contrario al camino que lleva la 4ª Transformación del gobierno federal y sus habitantes están sufriendo las consecuencias. Un ejemplo de esto es Jalisco, gobernado por Enrique Alfaro, emanado como el primer gobernador del partido Movimiento Ciudadano, de quien se esperaría esté haciendo su mejor esfuerzo; ahí hemos visto actos constantes de represión, corrupción inmobiliaria, desbordamiento del crimen organizado y un derroche escandaloso.
Mientras el gobierno federal evita endeudarse, disminuye su gasto corriente e incrementa sus ingresos fiscales, recibiendo dinero suficiente para realizar grandes obras de infraestructura, para distribuir cientos de miles de millones a través de los apoyos sociales, e incluso para entregar a los gobiernos estatales, cantidades adicionales a las de sus participaciones y aportaciones federales, Jalisco crece en más del doble su deuda pública, sólo en los poco más de 3 años que lleva al frente su gobernador naranja, donde los ingresos del estado no alcanzan ni para cubrir su gasto corriente.
Estas son las consecuencias de hacer las cosas como siempre se han hecho, despreciando las necesidades de la gente para darle prioridad a la parafernalia principesca del poder, gastando como si el dinero fuera de ellos, negándose a recortar los gastos superfluos que mantienen a los ciudadanos del estado, endeudándose para que paguen las siguientes generaciones.
Hace solo unas semanas el presidente de México visitó ese estado y entregó al gobernador 9,500 millones de pesos adicionales, para que entre otras cosas, puda terminar la obra pública que prometió durante su campaña. En lugar de ajustarse el cinturón y ahorrar dinero del presupuesto, este gobernador fue al congreso de su estado y se endeudó más. Ahora Jalisco debe 216% más de lo que debían los habitantes en 2018. En resumen, ahí no ha parado a robadera.
Otro ejemplo lamentable es Guanajuato, sumido en la más incontrolable violencia generada por el crimen organizado, donde parece haber un fiscal amigo muy cercano de los delincuentes, al que el gobernador se ha negado sistemáticamente a remover de su cargo. La semana pasada fue excepcional para el estado, al no ocupar el primer lugar nacional en homicidios dolosos, donde suceden el 15% de todos los que tienen lugar en el país, a pesar de los esfuerzos especiales que hacen las fuerzas de orden del gobierno federal. ¿Cómo se podría entender esto sin la complicidad del gobierno panista de Diego Sinhué?
Para más muestras está ahí el nuevo gobierno del panista Mauricio Kuri en Querétaro, haciendo todo lo posible para robarse el agua del estado con el fin de privatizarla y reprimiendo al más puro estilo fascista, cualquier protesta de los ciudadanos, escudado en que la defensa del orden, que por cierto nunca hizo cuando se dieron los disturbios sangrientos en el estadio de futbol.
Pero la cereza del pastel es Nuevo León, con un cómico tiktokero de Movimiento Ciudadano, montando espectáculo tras espectáculo desde que llego al cargo, para lucir su estulticia en las redes sociales. En un estado donde en sexenios anteriores se robaron el agua y ante la actual sequía, el gobernador no atina más que a quejarse porque le mientan la madre los ciudadanos, hartos de tanto abuso y a los que les pide prender veladoras para resolver el problema.
Por desgracia para Aguascalientes y Durango, donde los votantes no lograron sacar del poder a estos partidos corruptos, los ejemplos anteriores son crónicas de un futuro anunciado, que les garantiza la desatención de las necesidades de la mayoría, en aras de privilegiar el derroche de los recursos y el saqueo de las riquezas locales, algo contra lo que van a tener que luchar 6 años más.
Como dice el Presidente López Obrador: “No se puede vencer a quien no sabe rendirse”.