Sabíamos en México que los grupos opositores comandados por Claudio X González, se encontraban realizando trabajo de conspiración en el extranjero, con el fin de obtener condenas al gobierno el presidente López Obrador, de parte de la prensa y el mundo político de otras naciones.
Sus agentes en la prensa estadounidense, como Calos Loret de Mola, León Krauze, Jorge Ramos y otros, habían conseguido que los diarios de mayor difusión en la Unión Americana, publicaran editoriales de condena, dirigidos al presidente de México, por el supuesto acoso que sufre el compacto grupo de periodistas mexicanos millonarios, en las conferencias mañaneras.
Intentar bajar el fuerte respaldo social hacia el presidente López Obrador, utilizando a la prensa nacional, había sido un total fracaso.
La credibilidad de los periodistas al servicio de la clase conservadora es muy baja. Los ciudadanos mexicanos en su amplia mayoría, desconfían de las noticias que se fabrican en radio, televisión y medios de comunicación escritos.
Las antiguas leyendas del periodismo como los López Dóriga, Loret de Mola, Carmen Aristegui, Riva Palacio, Brozo y varios más, apenas si reúne pequeños grupos de incautos o desinformados, que siguen, más por costumbre que por confianza en el medio, las transmisiones y notas que ofrecen estos periodistas decadentes.
Las elecciones en varios estados del país, están a la vuelta de la esquina y las oportunidades reales de los candidatos opositores, son en verdad, mínimas.
Van a perder la mayor parte de las gubernaturas y congresos en disputa, así como otros puestos de representación.
La consulta para la revocación de mandato al presidente López Obrador, se verificará el próximo 10 de abril y la intención de la clase reaccionaria para que la asistencia a ese evento sea mínima, tampoco está alcanzando su meta.
Claudio X González prometió presentar un proyecto alterno de nación, escrito de su puño y letra. Eso dijo en diciembre pasado y hasta hoy, el documento base del conservadurismo corrupto, no ha visto la luz. La oposición no cuenta con un programa sólido, ni con el proyecto que debe presentar a los ciudadanos para intentar ganar su confianza y su voto.
Lo único que le queda al grupo opositor que comanda Claudio X González, es como dijimos, intentar sumar aliados a su causa, fuera de las fronteras mexicanas.
Intentaron desacreditar al gobierno de México ante los ojos del mandatario de la Unión Americana, sin éxito.
Joe Biden no ha dado mayor respaldo a los neoliberales en México, quizá porque conoce que se trata del grupo que representa a la corrupción en este país.
Han acudido a congresistas estadounidenses como Ted Cruz, buscando que la Reforma Eléctrica se frene en nuestro Congreso, ante la presión de políticos norteamericanos.
Intentan proteger los intereses de la clase privilegiada en nuestro país, ofreciendo mantener todas las ventajas a las empresas extranjeras, si llegaran a recuperar el poder.
El último esfuerzo para presionar al gobierno del presidente López Obrador desde el extranjero, tiene que ver con el proyecto firmado por los diputados del Parlamento Europeo, mediante el cual reclaman al presidente de nuestro país, el establecer mecanismos que garanticen la libertad de expresión de los periodistas mexicanos y se evite con esto la generación de violencia hacia ellos. Acusan al presidente de utilizar un lenguaje “populista” para descalificar las opiniones de la prensa opositora. Reclaman se abstenga de hacerlo.
Es un proyecto donde la verdad es notoria por su ausencia.
Se habla de falta de garantías para el ejercicio periodístico, cuando es precisamente en tiempos de la Cuarta Transformación, cuando el ejercicio de esa actividad, no tiene obstáculo alguno. Hay libertad de expresión en forma tan amplia, como nunca se dio en los años del neoliberalismo.
Las agresiones a periodistas ya no se dan por la intervención de un Estado represor. Son actos ligados a grupos de la delincuencia organizada y en cada una de esas situaciones se investiga sin reserva alguna. Los culpables han sido capturados y no hay impunidad para el autor material, ni para el que paga y tiene interés en la muerte de un periodista.
Los grupos conservadores llevaron información amañada al Parlamento Europeo. Los diputados que conocieron del asunto, creyeron en el mejor de los casos, las mentiras que los reaccionarios mexicanos les presentaban. O tal vez se prestaron a un juego de desestabilización interna en nuestro país, a cambio de favores y promesas que acompañaban el informe que dieron los embajadores del neoliberalismo mexicano.
El proyecto firmado por el Parlamento Europeo se conoció de inmediato en México. Los medios informativos conservadores, iniciaban el trabajo de difusión del mensaje en sus espacios noticiosos, cuando apareció la respuesta del gobierno mexicano.
“Borregos”, llamó nuestro gobierno a los diputados europeos firmantes. “México no es colonia de Europa, ni el Parlamento Europeo es el gobierno del mundo” “México no vende armas a países en conflicto y no interviene en asuntos de otras naciones, como sí lo hacen ustedes” “Somos una nación soberana”.
Esa respuesta aparecida ayer por la noche, quitó el habla a la clase reaccionaria del país. No podían creer que el presidente de México hubiera autorizado publicar una respuesta tan contundente y tan diferente a las cartas con el lenguaje vetusto y servil utilizado por la diplomacia neoliberal.
Periodistas como Julio Astillero se apresuraron (como siempre) a poner en duda la autenticidad del documento y a reprobar la severidad del texto.
Incluso gente de izquierda y afín al gobierno de la Transformación, calificó de “panfleto” a esta respuesta. Es el caso de Fernández Noroña, paladín de un pequeño sector de la izquierda y muy dado a expresarse en tono subido ante los diputados opositores nacionales, pero que vio como una falta de tacto diplomático, hacerlo en forma parecida, aunque menos violenta, en contra de diputados europeos de ojos azules.
Hoy el presidente López Obrador ratifica en la conferencia mañanera, que la respuesta al Parlamento Europeo, fue escrita personalmente por él, con la asistencia de otros elementos de su gabinete.
México no va a aceptar injerencia extranjera en asuntos internos y menos va a permitir que se insulte al gobierno mexicano, en un intento por apoyar los intereses de una clase conservadora corrupta que quiere recuperar el poder.
Claudio X González y su gente quedan en ridículo una vez más. Nada obtuvieron de este esfuerzo para desestabilizar al país.
Es más, queda reafirmado que son quienes integran el grupo de corruptos que han atentado sistemáticamente, contra de la soberanía nacional.
Van al extranjero a pedir respaldo para la protección de sus intereses, prometiendo a cambio beneficios a gobiernos y empresas extranjeras, que llegan a medrar con los recursos naturales del país.
No sería raro que la gente de Claudio X González, ya estuviera prometiendo la privatización del Litio, si llegan al gobierno.
La comunidad internacional deberá tener presente en adelante, que en México existe un gobierno legítimo, que cuenta con un amplio respaldo social.
Cualquier “chisme” que lleven como prueba los conservadores, para acusar al presidente o a su administración, tendrá que ser valorado y examinado convenientemente.
De no hacerlo así, habrá más respuestas de este tipo, para quienes pretendan apoyar la causa que defienden los corruptos que no pueden, ni podrán, regresar al poder, en el futuro próximo.
Ya recibieron el primer aviso.
Malthus Gamba