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Tres lecciones a aprender sobre Ucrania
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Tres lecciones a aprender sobre Ucrania

Por: Rafael Redondo
@redondo_rafa

Cuando ocurrió la intervención militar rusa en Ucrania, le pregunté a un amigo francés, ¿cómo va a resolver Europa el abastecimiento de gas con el cierre del ducto Nord Stream 2 (que corre de Rusia hacia Alemania y abastecería de gas a la Unión Europea)? Rusia no pierde, va a seguir vendiendo gas a China.

La respuesta de él fue, y cito: l’Europe a intérêt d’investir dans l’énergie solaire en attendant les sept nouvelles centrales de type nouveau qui nous rendra complètement indépendant du système gaz charbon! (Europa tiene el interés de invertir en energía solar a la espera de las siete nuevas centrales eléctricas de un nuevo tipo que nos harán completamente independientes del sistema gas-carbón).

Lo cierto, es que la Unión Europea no sabe ahora cómo se las va a arreglar con las energías; le queda la opción de comprar gas a Estados Unidos, con la complejidad y los costos que ello implica.

La respuesta de este chico es igual de ilusa, que la de los ecologistas que aparecen en La Hora de Opinar o en algunos de los noticieros en México, y que un día sí y otro, también, despotrican contra la Reforma Eléctrica planteada por el Presidente.

Basta con decir que algo hicieron en Harvard (igual que la dentista), y automáticamente sienten que tienen autoridad en el tema, aunque quienes realmente saben de energías, plantean que la transición, será paulatina y, aún no hay fechas claras, para lograr transición en algunos de los rubros.

Lo más importante: todo país debe procurar su soberanía energética, no sólo para evitar dependencias que, en determinado momento, podrían poner en jaque el funcionamiento de una nación, sino, para tener fichas para negociar, cuando las circunstancias así lo requieran.

La Unión Europea, está parada sobre un polvorín en este momento, y este conflicto, nos debe servir como lección de, lo que no se debe hacer, tanto en política interior como en política internacional.

Contexto: en 1941, el ejército nazi entra en varias zonas de Ucrania y funda el Reichskommissariat Ucrania, que concluyó en 1944. Algunos ucranianos, argumentando un deseo independentista de la Rusia de Stalin, y una hambruna (hambruna que padecieron también los rusos), colaboraron con los nazis y muchos de ellos, incluso, fueron guardias en los campos de concentración.

El líder pro-nazi Stepan Bandera, hoy héroe nacional ucraniano, cuando no vio cumplidos sus deseos, ni las promesas independentistas por parte de los nazis (habría que vivir en otro planeta, para, no solo confiar en la palabra de los nazis, sino esperar que Hitler rompiera su profundo deseo expansionista, solo con Ucrania y que a Ucrania la tratara como a su hijo consentido), se revela contra ellos, termina en un campo de concentración y en 1959, es asesinado por un agente de la KGB.

En 2013, el entonces presidente ucraniano Viktor Yanukovych, se negó a firmar un pacto para acercar a Ucrania con la Unión Europea, hecho que molestó a la población ucraniana a tal nivel, que Yanukovych fue derrocado.

El furor por abandonar la influencia rusa por parte de la mayoría de los ucranianos, es un tema a subrayar porque parece que no tienen clara cómo funciona la geopolítica y este tema, “independencia a cualquier precio”, es tan vigente hoy, como hace casi 80 años.

Putin, como represalia, pero también como una respuesta pragmática para ponerle freno, no a la Unión Europea, sino a la OTAN que durante 30 años se ha encargado de apoderarse militarmente de más y más territorios, para cercar a Rusia, argumentando que se trata de “fuerzas de defensa”, pero, son demasiadas instalaciones militares diseminadas por toda Europa del Este, y seamos claros, no son sólo defensivas.

Durante este periodo, algunas milicias de extrema derecha comenzaron a actuar, para repeler a algunos separatistas prorusos, que no estaban de acuerdo con la idea de “independencia cueste lo que cueste”: el Pravy Sektor y el Batallón Azov, utilizan como estandarte, la imagen de Stepan Bandera; es decir, sí existen estos grupos de extrema derecha en Ucrania y, aunque no tienen representación en el Parlamento, no la necesitan, porque sus acciones son paramilitares.

El KKK existe en Estados Unidos y no necesita tener presencia parlamentaria, por lo menos, no oficialmente, para jugar un papel de peso en la sociedad estadounidense.

En este escenario tenemos:

1) en el en el imaginario ruso, Ucrania carga sobre su espalda un pasado ligado a Hitler y al Holocausto y,

2) en el imaginario ucraniano, por librarse del fantasma de la “dependencia” de Rusia, los ucranianos están dispuestos a todo, con tal de lograrlo; pero, no se han dado cuenta que su ubicación en el mapa, no les permite darse ciertos lujos.

3 lecciones a aprender del conflicto en Ucrania

Unión Europea y Rusia: durante 30 años, Europa no ha sabido gestionar, bajo sus propios intereses, con Rusia, y ha seguido al pie de la letra la política de Estados Unidos, un país que está en otro continente, y que sobrepasa en poder a la Unión Europea, tanto militar, como económicamente. Estados Unidos y Europa, no son la misma cosa.

Ucrania y su geopolítica: el actual presidente de Ucrania Volodímir Zelenski, llega al poder con una plataforma pro Unión Europea; es decir, el deseo de la población es darle la espalda a Rusia. Sin embargo, las relaciones internacionales, no son una democracia, sino la ley del más fuerte. En este sentido, a Ucrania le convendría (y en este momento al mundo le convendría) que Ucrania asumiera su papel como pivote de los intereses, tanto de Rusia como de los intereses de los Estados Unidos (aquí Europa ya ni cuenta) y optaran por cierta neutralidad.

La Unión Europea y su soberanía: La Unión Europea, tiene que resolver a toda prisa, un problema que por simple procrastinación, o por no enfrentarse a los Estados Unidos, o por comodidad, dejó abandonado por años: definir su relación con Rusia, velando por sus propios intereses. En este momento, se enfrenta a un problema energético, a un ejército ruso que la supera con creces, a no padecer de primera mano, otro conflicto armado de proporciones mundiales del que Biden, ya está dando clamores; a una prensa europea que le sigue haciendo “el caldo gordo” a los Estados Unidos… La Unión Europea, debería ser quien haga entender a Ucrania su papel en este conflicto; pero, antes, la Unión Europea debe entender cuál es su propio rol.

Tenemos claro que Putin, violó el Derecho Internacional al intervenir militarmente en otro país; pero, lo cierto también, es que los Estados Unidos no han respetado los acuerdos (de honor) para mantener un equilibrio entre el poder de Rusia y de Estados Unidos después de la caída del muro de Berlín, que marca el final de la “Guerra Fría”.

La OTAN, siguió extendiéndose poco a poco, cercando a Rusia quien ve amenazada no sólo sus intereses (en buena medida, una añoranza del poderío de la URSS, pero, como parte del nacionalismo ruso, la idiosincrasia rusa debe tomarse en cuenta en este escenario, para lograr equilibrios de poder), sino también, su seguridad.

Para concluir, me pregunto, ¿qué opinarán ahora los ecologistas mexicanos “de noticiero”, que creen que una transición energética se logra de la noche a la mañana? ¿Qué dicen los “analistas” y “opinadores patito”, de la importancia de elevar las energías a rango de Seguridad Nacional, como lo plantea la reforma eléctrica de AMLO?

¿Qué recomienda ahora Krauze papá, que cuando Trump ganó la presidencia, apostó por un México refugiado en China (el “intelectual” que no tiene ni idea del lugar de México en el mapa)?
¿Qué dirá Calderón, que le gustan tanto la sangre y las guerras y que, salió exigiendo una posición tajante de México frente al conflicto en Ucrania (claro, lamiendo las botas a los Estados Unidos)?
¿Qué piensan ahora los panistas amigos de Vox de las repercusiones de tener lazos con grupos de ultraderecha a quienes no se les puede confiar, ni una moneda de diez pesos, porque la usarán para lanzarla a tu cabeza y descalabrarte?
¿Qué tienen en la mente aquellos que creen que Hernán Cortés vino a hacerle un favor a los mexicas, que Maximiliano era una linda persona y no un pusilánime intentando una segunda conquista en México, o quienes creen que Porfirio Díaz fue un héroe y no quien fomentó el genocidio de muchos grupos étnicos, todos muy afines a una ideología de ultraderecha y anti-mexicana?
¿Qué tienen en su cabeza los que creen que por una falsa promesa de, “rescate de la democracia”, están dispuestos a llevar al mundo a un conflicto, del que buena parte de la humanidad entera no sobreviviría, y siguen creyendo en la bondad libertaria y desinteresada por parte de Estados Unidos?
¿Qué dirá la prensa y los intelectuales mexicanos financiados por “Mexicanos ¿Contra? la Corrupción”, que a su vez es financiado por Estados Unidos? ¿Creerán al igual que Stepan Bandera, que Estados Unidos a ellos sí los va a respetar y los va a tratar como hijos consentidos? ¡Aguas Claudio X! Mira cómo terminó Stepan Bandera.

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