En la opinión de Elí González
@calacuayoMX
A unos días de que se cumplan los primeros 3 años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), los resultados en materia de violencia han dado buenos, aunque la oposición quiera que creamos lo contrario.
La delincuencia común ha disminuido de forma perceptible. Los robos en la calle y en el transporte público de 2019 a 2020, cayeron 24%. Hay indicios que la disminución de la incidencia delictiva comenzó durante el primer año del gobierno de AMLO, y no ha habido ‘rebote’.
En el tercer trimestre de 2021 se denunciaron en todo el país 36 mil 346 robos de vehículos. Es decir: 15% debajo de la reportada en el primer trimestre de 2020, y es 33 % menor a la del cuarto trimestre de 2018.
A todo esto, nosotros los ciudadanos nos sentimos más seguros que antes de que llegara AMLO a la presidencia. La percepción de seguridad, ha mejorado considerablemente en toda la sociedad. El indicador más contundente de que la delincuencia común va a la baja, es que los mexicanos nos sentimos más seguros.
De acuerdo a la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu), del Inegi, en septiembre pasado 65% de la población de las principales ciudades del país dijo sentirse segura. Un abismo de diferencia con los sexenios pasados. Estás resultados son un índice claro de que en los próximos tres años se logrará una reducción significativa de la violencia.
En estos 3 años del gobierno de AMLO, se ha logrado un avance en la pacificación de entidades que hacían frente a una situación crítica hacia 2018. En términos generales, la pacificación ha sido contundentemente clara y evidente, en gobiernos de Morena. Por ejemplo la CDMX, donde los asesinatos del crimen organizado disminuyeron 43%.
Las entidades que también han dado resultados en materia de seguridad, son precisamente los de oposición que han buscado y aplicado una postura conciliadora con el gobierno federal por ejemplo: Héctor Astudillo en Guerrero, que es donde la violencia letal más disminuyó en términos absolutos.
Sin embargo, los homicidios explotaron en estados con gobiernos que mantuvieron una actitud retadora e irreverente al Presidente AMLO, como Jalisco, Chihuahua y Michoacán. Esos estados gobernados por el PAN, El PRI y Movimiento Ciudadano; otros gobiernos de oposición en sus estados perdieron el control de la seguridad como Sonora y Zacatecas.
En los próximos 3 años del gobierno de AMLO, tiene todo para que el modelo de seguridad siga siendo funcional en todo el país y, sobre todo, en aquellos estados donde su implementación ha resultado crítica por la oposición absurda de los gobiernos opositores al presidente.
Afortunadamente La mayoría de los gobernadores y las gobernadas entrantes son morenistas, lo que garantiza una coordinación absoluta con el gobierno federal, incluyendo Sonora y Zacatecas, y porque incluso entre algunos de los opositores duros que quedan, como Enrique Alfaro en Jalisco, se prevé un mayor interés en colaborar con el gobierno federal.
Si los índices de violencia en estados gobernados por morena y aliados van a la baja, nos garantiza que con los gobiernos entrantes en su mayoría morenistas, habrá coordinación con la federación y por ende, la violencia bajará como nunca antes.
Afortunadamente al tener nuevos gobernadores de filiación morenista, la ridícula Alianza Federalista murió. Si, murió en las pasadas elecciones. Su página de internet ni siquiera ha actualizado a los nuevos mandatarios.
Gracias a los gobiernos entrantes y a la ya mencionada coordinación con la federación, a partir de 2022 habrá una disminución significativa del homicidio.
La Guardia Nacional se enfocará en la pacificación de los estados con los que se podrá establecer una buena relación de trabajo: Baja California, Chihuahua, Michoacán, Sonora y Zacatecas quienes con gobiernos pasados, concentraron 40% de los homicidios vinculados con el crimen organizado.
Finalmente estamos viendo un país con mayor justicia social y ahora se verá, cómo de forma contundente se pacificará el país con las nuevas coordinaciones estatales-federales, sin la existencia del mayor cartel de PRIAN y su Alianza Federalista.