AL ROJO VIVO: Aeropuerto de Santa Lucía vs. Barda de la refinería de Tula y la “Suavicrema”
Lo admito, hoy se supo que el Aeropuerto Civil y Militar de Santa Lucía costará $8 mil 215 millones de pesos más de lo contemplado originalmente, no voy a defender eso, sino la forma en que se resolvió el problema.
Si estuviéramos en otro régimen, digamos con Meade, ya se estaría definiendo quien se llevaría el contrato eterno para monitorear y controlar los hundimientos del NAIM que se construía en Texcoco y sí, estimado lector, era un contrato para la posteridad, pues la mole de cemento y concreto se levantaba sobre subsuelo pantanoso, en una zona lacustre y en una región sísmica, ya ven que el sexenio de Peña Nieto estuvo plagado de ideas acertadas.
Y claro, paralelamente, estaríamos también esperando saber de a cuanto iban a ser los moches y cuanto iban a inflar las cifras por hacer exactamente el mismo proyecto argumentando que el costo de la obra se calculó en dólares gringos y no en pesos mexicanos, así como el destino del terreno del Aeropuerto Benito Juárez y la Base Aérea Militar de Santa Lucía que se iban a tener que cerrar y todo para seguir “moviendo a México”, porque lo bueno que contaba con Peña Nieto querían que siguiera contando, ya fuera con Meade o con Anaya.
Pero afortunadamente lo anterior siempre fue un futuro solo imaginario, pues ni en nuestros más salvajes sueños se llegó siquiera a considerar que Meade, Anaya o El Bronco ganaran las preferencias electorales de los votantes.
La tercera pista
La revista Proceso publicó en su portal una nota cuyo encabezado dice que el costo de las modificaciones en la BAM de Santa Lucía se inflarían un 11.4% y es cierto, costará un poco más construir el proyecto trazado que albergará operaciones de aeronáutica civil y militar.
Ahora, no es nada nuevo el hecho de que todas las obras de este tipo en cualquier parte del mundo sufren modificaciones (dejen de rasgarse las vestiduras), pues no es lo mismo planearlas que llevarlas a la práctica y hay que hacer notar que la situación de hoy es diferente a la de gobiernos anteriores y no empiecen a berrear con que el Presidente López Obrador está inflando precios como Peña Nieto y por eso el aumento.
Recordemos como, efectivamente, las cosas siempre costaban más de lo que se presupuestaba, pero las modificaciones eran poco sustanciales o nulas, pues ese dinero iba a parar a los bolsillos de “algún” amigo de “algún” político o empresario y, por el contrario, este aumento en el costo de la obra se utilizará, no para beneficiar a algún amigo o para pagar algún favor político, sino para construir una tercera pista para operaciones civiles, de tal forma que se tendrán 2 pistas para este fin y otra exclusiva para operaciones militares.
El Cerro de Paula es el enemigo a vencer
Seré breve. Le echan la culpa al cerro que “no vió” el Ingeniero Riobóo cuando diseñó los planos de la obra, quien al parecer será el encargado de la edificación de las adecuaciones de Santa Lucía en coordinación con los especialistas en construcción de infraestructura de la Secretaría de la Defensa Nacional y… ¿saben por qué no está en el proyecto?
Por eso hay que estar pendientes de las conferencias de prensa mañaneras del Presidente. Porque ya está considerado dentro del plan, no de construcción, sino de operaciones del actual aeropuerto militar.
Los medios y la oposición, preocupados por un cerro que existe desde hace 50 años.
Y volvieron a quedar en ridículo.
¡Gracias! pic.twitter.com/oAYaStfcaw— SinLínea.Mx (@SinLinea_Mx) April 24, 2019
La flora y la fauna del cerro
Según los conservadores, siempre preocupados por el bienestar del pueblo y la naturaleza, en el famoso cerro habita flora y fauna que se verá afectada, pero lo cierto es que todo el que viva en los alrededores de Santa Lucía o que haya tomado un transporte público que circule por aquellos lares, sabe que la mancha urbana que se sigue extendiendo y la población de zonas rurales han provocado que esa flora y esa fauna desaparecieran desde hace décadas.
En pocas palabras, animales que necesiten de ese hábitat para vivir, simplemente si los hay son muy pocos y la única fauna que crece ahí es la hierba que siembran los pobladores para sus animales de granja (los que los tienen, que son muy pocos), nopales, magueyes y alguno que otro arbolito.
Si uno ve la imagen desde Google Maps se dará cuenta de lo que hablamos. Ahora, ya que mencionamos el tema de los “sobreprecios” y gastos no calculamos me gustaría citar dos ejemplos clarísimos del gobierno de Felipe Calderón que no solo “extendieron” las cifras, sino que además el dinero se destino para obras construir obras inservibles.
Proyecto inútil No. 01: La Suavicrema
La Estela de Luz, comúnmente conocida como la “Suavicrema” porque a la distancia parece una galleta de ese tipo. El proyecto se propuso para inaugurarse en 2010 con motivo de la celebración de los 200 años del inicio de la Guerra de Independencia y los 100 años del inicio de la Revolución.
La triste realidad de este inútil proyecto fue que ni se inauguró en la fecha señalada, sino hasta 2012 y no costó lo que originalmente se presupuestó: la firma del primer contrato fue por $200 millones de pesos, luego se redefinieron tres veces y llegó en $393 millones, pero al final terminó costando la friolera cantidad de $1,305 millones de pesos.
Se necesitó inflar el presupuesto poco más de 6 veces, lo que terminó siendo un sobreprecio de… agárrense… ¡652.5%! para construir una megatorre tapizada de rectángulos blancos que prende foquitos por las noches… ¡háganme el ching*do favor!
Proyecto inútil No. 02: La barda perimetral para señalar y proteger el terreno donde se construiría la refinería de Tula, Hidalgo
La construcción de una refinería en el Estado de Hidalgo se anunció en 2008. Sí, un gobierno que no era encabezado por AMLO propuso la construcción de una refinería, lo que fue aplaudido y celebrado en favor de Felipe Calderón.
El gobierno del Estado, entonces encabezado por el ex-secretario de Gobernación de Peña Nieto, Miguel Angel Osorio Chong, se hizo de una deuda, compró terrenos a los pobladores (700 hectáreas en total) quienes, a su vez, invirtieron en camiones de carga para recibir contratos para el traslado de materiales de construcción. Aparentemente todos ganaban.
Luego, al poco tiempo del anuncio se construyó una barda perimetral de casi 15 km. de largo para delimitar el terreno, lo que costó $9 mil millones de pesos.
Al final no hubo dinero suficiente, el Estado se quedó con la deuda, los campesinos sin tierras, la construcción de la refinería se canceló y la barda sirve para proteger el terreno de una refinería que solo existió en los salvajes sueños de Felipe Calderón.
En pocas palabras
Ciertamente el costo de las obras en Santa Lucía se elevó, sin embargo el incremento servirá para construir algo nuevo que mejorará la viabilidad del proyecto y, contrario a los dos ejemplos anteriores, servirá para algo concreto y bien definido.
Por otro lado, el costo de la “Suavicrema” se incrementó en más de 600% y sirvió para construir exactamente el mismo proyecto y ni un tabique más.
Así mismo, la barda de la refinería imaginaria de Tula ideada por Calderón es, probablemente, la construcción más inútil, absurda y cara de todos los tiempos… ¿$9 mil millones de pesos por una pinch* barda?
Entonces, si sumamos los $9 mil millones de la barda y los $1,300 millones de la “Suavicrema”, llegamos a la conclusión de que Felipe Calderón se gastó $10 mil 300 millones de pesos en dos cosas completamente inservibles, mientras que AMLO se gastará $8 mil millones de pesos más en construir una tercera pista en el Aeropuerto Civil y Militar de Santa Lucía lo que, hay que decirlo, implica un ahorro de $2 mil 300 millones en comparación con lo despilfarrado por el segundo y último Presidente emanado del PAN.
Y para usted, estimado lector que es más decepcionante y hasta indignante… ¿el hecho de que el costo del aeropuerto de Santa Lucía se incremente un 11.7% o las obras inservibles de Felipe Calderón?