Funcionarios traidores a Morena, al presidente Obrador, a la 4T y al pueblo de México
Escribe: Javier Lozano
Morena vive un momento inmejorable de consolidación del programa de cuarta transformación en México. Por primera vez luego de obtener el triunfo en 2018, se abrió considerablemente la puerta para que, en toda la geografía, se extienda el Lopezobradorismo como una expresión plural y democrática, pero también, como una alternativa cuya presencia han rendido frutos gracias a los esfuerzos de un gobierno comprometido y honesto con el pueblo; asimismo, se confirmó que los grandes epicentros del senado de la República y San Lázaro: son dos bastiones medulares en la columna vertebral de la 4T.
No es por de menos, el presidente Obrador dedicó gran parte de su gestión en su primer tercio en mejorar y recomponer las grandes desigualdades del país; asimismo, se multiplicó y se afianzó en la constitución los programas de bienestar que han permitido el desarrollo. Nunca antes un gobierno de México había tenido tanto éxito en su administración como él de hoy en día, quizá, porque, vivieron siempre bajo el amparo de las acusaciones y de la corrupción.
Se quebrantó la ley a mansalva; se saqueó al país; se ofreció siempre una simulación a cambio del voto; aun así, nunca se avanzó con PAN y PRI.
Por ello, llegó la 4T. Ese paso determinante y efervescente que se vivió en 2018, fue una etapa histórica.
Por lo que respecta al trabajo del presidente, este ha sido intachable. En dos años ha puesto a prueba su programa de gobierno donde se ha logrado abatir mucha desigualdad social. Sin embargo, como herencia arraigada de muchos funcionarios que emigraron a Morena o al propio gobierno federal actual, han dejado mucho de qué hablar.
Quien conoce perfectamente al presidente Obrador, sabe con claridad que, su intachable rectitud, es su carta de presentación. Por ello, habrá que repetirles que en esa propia agenda incluye el trabajo y la gestión de su gabinete; aunque la mayoría ha demostrado lealtad al proyecto, hay dos o tres excepciones que no han sido del todo honestas y responsables. De hecho, muchos estaban acostumbrados hacerlo, no obstante, el mandatario les brindó una nueva oportunidad de reivindicarse por el camino correcto.
Dos o tres no lo han hecho. Se empecinan en urdir proselitismo a beneficio de perfiles en la coyuntura política electoral que vive Morena. Pasó en Guerrero y Michoacán; esa razón hizo que detuvieran las designaciones en puerta porque algunos funcionarios estaban operando y cabildeando a favor de ciertos actores políticos. Esa mala costumbre, no tiene cabida en Morena; el mismo presidente Obrador lo ha dejado claro; Mario Delgado lo ratificó: nada de influyentismo ni oportunismo en el partido. “El pueblo pone el pueblo quita”
Siendo un desarrollo que trascendió en la prensa Nacional, llegó a oídos de la dirigencia de Morena que actuó con responsabilidad para frenar todo tipo de albazos e imposiciones. Hubo, entonces, quien rondó la sede oficial en la ciudad de México para hacer un esfuerzo antisocial y antidemocrático a fin de instalar una irregularidad que hubiera puesto en entredicho la propia legitimidad del proceso que, hasta ahora, ha transcurrido de forma óptima.
En realidad, fueron señalados dos funcionarios que, de comprobarse estos hechos, el mismo presidente debe inmediatamente pedirles la renuncia. No se puede tolerar ese tipo de acciones que solo manchan a la expresión Lopezobradorista; eso en su momento lo reconoció AMLO y les advirtió que no permitirá injerencia de los servidores públicos de ninguna insinuación ni utilización de recursos que son del pueblo.
Lo ha dicho molesto en un par de ocasiones: con el pueblo todo sin el pueblo nada.
De hecho, durante las mismas mañaneras su mensaje ha sido infalible. Esto debe servir de ejemplo para Cárdenas Batel, quien fue señalado por tratar de manosear el proceso en Morena. Actualmente, el funcionario es encargado de la oficina de asesores de la presidencia, sin embargo, eso no le da derecho a meter intrigas en favor de nadie. Es el pueblo el único mecanismo que debe reafirmar su voluntad en las decisiones; lo demás, es grilla y politiquería que causó malestar del propio Mario Delgado que, como trascendió, tiene toda la película completa en detalles de los actores que quieren truncar los instrumentos donde deciden militantes y simpatizantes, nada más.
Asimismo, Gabriel García Hernández, que actualmente se encarga de la coordinación de delegados de la 4T en todos los estados de la República, se le ha acusado de intentar meter mano sucia en las encuestas. Vaya, es indudable que esto tiene que ser desterrado de raíz; Morena no puede darse el lujo de estar inmerso en temas de fraude ni fabricaciones, lo mismo de albazos.
Justamente es ese cáncer el que pretende desterrar, Mario Delgado. Por eso Morena es diferente, porque ha preservado el legado Lopezobradorista de no mentir, no robar y no traicionar. Además, sus valores no pueden poner en duda toda la legitimidad que acumuló durante este primer tercio de gobierno. Regeneración Nacional debe sacudirse de este tipo de personajes que son tóxicos para la vida democrática de México.
Afortunadamente, existe una dirigencia Nacional que ha respondido a la exigencia y a los retos. Ese fruto, ha sido la punta de lanza para que, de nueva cuenta, la inmensa mayoría se haya inclinado en las encuestas a favor de Morena.
Pero, de ninguna manera, pueden tener cabida personajes que restan y ponen en peligro la inmensa credibilidad del movimiento.
Morena es inmenso. Tan grande que, el mismo presidente, ha dimensionado su poderío.