Los mismos carros dando vueltas y vueltas al circuito establecido, para mostrar la fuerza de la BOA y su apéndice FRENAAA.
El equipo del medio independiente Rata Política, presente en todo acto público que importe a la sociedad mexicana, da cuenta de que en la Ciudad de México, haciendo mucho favor, la cuenta de los autos participantes en la raquítica marcha, no pasa de 180.
Medios como el Reforma y El Universal, citan cifras más abultadas, pero esto se debe a que quienes desfilaban, daban vuelta cuatro calles adelante del lugar del conteo, para volver a pasar en una segunda y hasta tercera participación.
Rata Política tiene video de toda la jornada de protesta dominical. Ha invitado a quienes afirman que la participación fue mayor a 180 autos, a comparar información de manera abierta y pública.
💥‼️APRENDAN A CONTAR‼️💥
Es lo malo de no estar ahi @El_Universal_Mx ustedes dicen 500 yo los grabe desde que empezaron hasta que se fueron y si le hacemos un gran favor eran 180.
(daban varias veces la vuelta en 4 cuadras todo documentado en vivo)@SinlineaMx @elgatopolitico_ pic.twitter.com/FgRdK1V1Ma— (Paty Cruz) Camarita La Pirata (@CamaritaPirata) June 14, 2020
Seguramente el reto no será tomado en cuenta por la clase periodística conservadora. Son medios de abolengo que nada tienen que hacer al lado de los independientes que van creciendo a pasos agigantados.
Mientras la vieja prensa escrita muere, tal y como sucede en todos los países del mundo, puesto que las noticias escritas y vendidas en locales públicos dejaron de ser atrayente, los espacios en redes sociales crecen a una velocidad impresionante.
En este caso, la razón y los elementos concluyentes, están en manos de Rata Política.
Con todo, la BOA conservadora formada por los restos de todas las fuerzas neoliberales, le ve futuro al desfile automovilístico.
Anuncian que cada catorce días, harán su recorrido a cuatro ruedas, para mostrar el músculo del reptil (BOA).
Se sabe que esa es la instrucción que ha dado el antiguo foxista Gilberto Lozano.
La esperanza, dicen, es lo último que muere y por lo visto hasta hoy, la BOA vive un precario nacimiento, confiando en que el milagro se produzca y alcance de algún modo la mayoría de edad, para enfrentar el reto que significan las elecciones intermedias del 2021 y el importante desafío que afrontará en el 2022 para conseguir la revocación de mandato del presidente López Obrador.
Su confianza tiene mucho que ver con la participación que a su favor, tengan la mayoría de los consejeros del Instituto Federal Electoral. Ese es actualmente su santo de la devoción.
Primeramente necesitan que la propuesta partidista de Felipe Calderón, obtenga el registro como Partido Político. En torno a esa desprestigiada figura reaccionaria, gira buena parte de la estrategia de los desesperados grupos neoliberales. Calderón, que día a día corre mayor peligro de ser requerido por la justicia norteamericana, para que responda por actos relacionados con la delincuencia organizada, es paradójicamente, uno de los paladines de la causa conservadora en México.
El Instituto Nacional Electoral deberá resolver en breve si otorga o no la calidad de Partido Político a “México Libre”. Para nadie es secreto que Calderón y su esposa Márgara, recurrieron a la compra del voto, a la falsificación de documentación comprobatoria tal y como pasó en el pasado reciente y a que alteraron actas de asamblea, donde el quórum requerido era en realidad menor al que establece el reglamento electoral.
Ahí la esperanza conservadora es grande y tienen confianza en la capacidad del INE y de su presidente Lorenzo Córdova, para validar irregularidades.
Es por eso que apenas hace unos días, le solicitan al instituto un nuevo favor. El grupo panista, presenta una queja ante el Instituto Nacional Electoral, acusando al presidente López Obrador de realizar actos anticipados de campaña, al dar a conocer el documento que da fe de la creación del Bloque Opositor Amplio (BOA).
Los boas, que dicen no serlo, hablan de ataques constantes del presidente, hacia la clase conservadora que gobernó corruptamente al país durante los últimos 36 años. Dicen que eso los lastima políticamente. El PRI, el PAN y el PRD principalmente, deberían ser respectados por el actual gobierno.
Sus conductas anti patrióticas deben mantenerse en reserva y nunca hacerse públicas por boca del presidente.
Desean que los consejeros en el INE afines al proyecto BOA (que los hay), impongan silencio a López Obrador en las conferencias mañaneras, aunque no estemos en este momento en periodo electoral.
Una censura de este tipo, que nada tiene que ver con la defensa de la democracia, es lo que las fuerzas BOAS están esperando.
Veremos cómo se interpreta la Ley electoral.
El INE vive momentos difíciles. Su credibilidad está muy cercana al cero. La calidad y desempeño de los consejeros que han validado fraudes en el pasado reciente, son reprobados por la mayor parte de la sociedad mexicana.
Enfrentar la organización de las elecciones del 2021 cargando sobre los hombros una disposición que intenta callar a un presidente, cuyo único delito es hablar con la verdad, le restaría al INE la poca confianza ciudadana que aún le puede quedar.
Jamás, durante el periodo neoliberal, el INE tuvo los pantalones suficientes para detener las descalificaciones permanentes en contra de quien hoy es presidente. Toda la clase política gobernante lo atacaba infundadamente.
A López Obrador lo calificaron de todo, lo acusaron de todo, le inventaron actos y hechos que nunca pudieron probar. Y hoy, estos mismos calumniadores, le lloran al INE porque el presidente les llama por su nombre, sin esconder los delitos y maniobras de que hicieron uso, para lograr sus propósitos de clase y dañar a la sociedad mexicana en su conjunto.
Los BOAS y los FRENAAA juegan en este momento a la desesperada. Apuestan todo a sus cartas marcadas. Presionan al supuesto árbitro electoral, para que comience a actuar en favor de los intereses de las BOAs.
No tienen oportunidad de engañar a la sociedad con sus noticias falsas, si el presidente mantiene el derecho para desmentirlos a diario.
En este momento de definiciones, es importante estar al pendiente de lo que sucede en el Instituto Nacional Electoral.
Los fraudes del pasado han iniciado en el INE y terminado ahí también, con la validación de triunfos conseguidos en base a corrupción, entendimientos en lo “oscurito” e ilegalidades de todo orden.
Los BOAs y los FRENAAAs son poquita cosa por ellos mismos. Nadie va a apoyarlos.
El árbitro electoral es quien puede dar vida a una causa a la que los mexicanos no le otorgan apoyo social.
El neoliberalismo que aún domina a parte de los consejeros electorales en ese instituto, debe ser vigilado con lupa, para impedir que actúe en contra de la voluntad del pueblo mexicano.
Malthus Gamba