El gobierno no hace nada; grita la comentocracia que nunca hizo nada
“El gobierno no hace nada”, vociferan los evidenciados palangristas de los grandes medios de comunicación, desacreditados comentaristas y vilipendiados analistas.
“El gobierno no hace nada”, exclaman a voz en cuello actores políticos despojados de inmorales y mal habidos privilegios.
“El gobierno no hace nada”, se quejan cual plañideras diversos actores sociales y económicos que perdieron la oportunidad de los grandes beneficios al amparo del poder a que estaban acostumbrados.
“El gobierno no hace nada”, claman quienes se “informan y creen a los grupúsculos anteriores.
Salvo los últimos, todos los anteriores tienen algo que ganar a costa de la salud, el bienestar y la equidad social, y por ello es entendible que traten de descalificar los esfuerzos hasta ahora realizados. Han probado en el pasado reciente su mezquindad. Lo hicieron al calificar de “ignorantes” a quienes votamos por el cambio, lo hicieron y lo hacen con sus constantes juegos futurológicos augurando siempre el desastre, pero fallando una y otra vez.
Es de notar que la herramienta principal de los consuetudinarios descalificadores se basa en la noticia falsa, la tergiversación, la descontextualización y la franca mentira, pero nunca en argumentos técnicos, basados en sólidos conocimientos científicos.
Y es que, a decir de Morales Fuhriman, representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en México, las decisiones y medidas hasta hoy tomadas por Hugo López-Gatell como coordinador del esfuerzo nacional para el manejo de la pandemia, han sido bastante mas que adecuadas, responsables y certeras.
Insisten la oposición y la comentocracia en medidas medievales carentes de rigor científico y hasta contraproducentes, como el aislamiento del país.
Arrogantemente se erigen como expertos epidemiólogos opinando que el distanciamiento social debería ser absoluto desde hace tiempo, sin entender que este tipo de medidas conlleva un altísimo costo social, sobre todo entre los mas desprotegidos.
Utilizan a manera de argumento para intentar demostrar la tardanza o inacción del gobierno, las medidas tomadas en países como Italia y España, pero sin hacer hincapié en que esos gobiernos tomaron tales decisiones cuando se encontraban en fases avanzadas de epidemia con varios miles de infectados y decenas de defunciones y que a sugerencia de la OMS, había pasado a la siguiente etapa.
Sin embargo este gobierno está tomando acciones y medidas precautorias derivadas de esas experiencias para un mejor manejo de la pandemia, procurando el menor impacto social posible.
Recordemos que el COVID19 es un virus altamente contagioso que inevitablemente se generalizará en nuestro país, no habiendo nada que éste o cualquier gobierno del mundo pueda hacer para detenerlo. Pero también es cierto que es de muy baja letalidad y que los casos graves serán proporcionalmente muy pocos.
Quienes utilizan a Italia como ejemplo omiten que el coronavirus hizo presa de su altísima población mayor de 70 años, tal como había sido previsto y advertido desde el principio y aún así el índice de mortandad permaneció en ese país debajo del registrado para la influenza estacionaria.
Desafortunadamente todavía hay quienes que prestan oídos a personas sin formación científica que pintan un escenario apocalíptico y el fin del mundo como lo conocemos.
Invito a todos a informarse de fuentes confiables, fidedignas y comprobables, dejemos atrás las teorías conspiranoides, las cadenas de redes con información que “no te dice nadie” y los temores absurdos, no hagamos caso de quienes dicen que “el gobierno oculta datos” pues todos sabemos que en esta era de escrutinio extremo esto es prácticamente imposible. Ya no atendamos a fuentes informales.
LA INFORMACIÓN ES PODER