AMLO con Bloomberg: ganchos al hígado del sistema neoliberal
La entrevista del presidente con el editor en jefe de Bloomberg permitió que Andrés se dirigiera a los poderes económicos internacionales, pero también a la opinión pública dentro de Estados Unidos y a los diferentes actores de la vida interna del vecino del norte. Andrés Manuel evadió tomar postura rumbo a los comicios presidenciales de EEUU en el 2020, pero hizo notar que el estado mexicano tiene un peso específico en la política interna estadounidense, dejó ver que México es consciente de los procesos regionales más novedosos y señaló que la estrategia mexicana primará sobre las coyunturas que se den en el norte o en el sur de sus fronteras.
En el tema más agudo, hizo una defensa del estado de bienestar y se permitió criticar con firmeza a actores diversos que promueven la agenda neoliberal; sus comentarios defendieron al estado como regulador de la economía, señalaron la preferencia de las calificadoras por la especulación y el poco interés de los inversionistas de que su participación en la economía mexicana deje ganancias en donde invierten; criticó la naturaleza de la reforma energética y señaló que en su gobierno primará lo político sobre lo económico; planteamiento central de la Cuarta Transformación e idea profundamente anti neoliberal.
La primera pregunta de Bloomberg es sobre la relación bilateral y pregunta específicamente por su el trato de Andrés Manuel con Donald Trump. Aludir a la dimensión individual de Trump denota que en Estados Unidos ya ocupa a la opinión pública en el el asunto de la elección del 2020.
La respuesta de Andrés evade hablar de Trump y se refiere a la relación entre los dos estados: defiende la cooperación para el desarrollo y sostiene que la razón para llevarse bien con Estados Unidos a pesar de las diferencias es geopolítica. Andrés Manuel demuestra comprender el enfoque regional de la relación México – EEUU cuando, sin pregunta de por medio, aborda el tema de la migración.
Propone estimular la economía centroamericana para paliar la migración al atacar sus causas profundas, la desigualdad y la violencia. A pregunta expresa de su entrevistador, el presidente de México reitera que México no adoptará el status de tercer país seguro y aclara: la migración mexicana a EEUU tiende a la baja; la preocupación de EEUU es la transmigración vía México.
Andrés afirma que la contención de la migración centroamericana se dará en pleno respeto a la ley mexicana y a los Derechos Humanos, asegura que estudia las condiciones en que los migrantes deben ser apoyados por el Estado mexicano y sus políticas públicas.
Después de que Andrés terminara de dar su punto de vista sobre la migración, John Micklethwait insiste en preguntar por la relación personal entre Trump y Andrés Manuel. El presidente mexicano afirma que el tono de su homólogo ha bajado en agresividad y no ahonda más; opta por señalar indirectamente el interés subyaciente a las insistencias de Bloomberg: la opinión de AMLO pesa al interior de Estados Unidos rumbo a la contienda presidencial del 2020, por eso señala que los comicios estadounidenses afectan a la política migratoria de Trump, en la que se insertan sus comentarios polémicos.
Sin embargo no deja de marcar distancia ideológica; “Aunque Trump es republicano y yo tengo una postura política progresista, de dimensión social y nacionalista, nos hemos entendido.” Y muestra músculo, recuerda que, paralelo a las negociaciones arancelarias – migratorias, una porción de la agenda de la representación mexicana en Washington se dedicó a reunirse con personalidades de integrantes del partido demócrata en EEUU. Señala buena relación con dirigentes y líderes demócratas, tanto como con empresarios del vecino del norte.
Terminado el primer intercambio, Bloomberg pregunta por el estado de la economía mexicana. Pregunta si a finales de año habrá una recesión económica en México, AMLO asegura que no y señala que no se crece como se quisiera pero hay indicadores positivos: apunta al fortalecimiento del peso, la inflación y el aumento del salario mínimo como indicadores del desarrollo económico.
Andrés Manuel también asesta un golpe ideológico a su entrevistador: asegura que aunque consulta al diario Bloomberg, cuyo editor en jefe se encuentra frente a él, no es fanático de “elevar la economía a rango supremo”. Afirma que la política es la que debe coordinar los esfuerzos en los estados y rechaza la idea de que sea posible hacerlo desde la economía: en otras palabras defiende por adelantado su proyecto de nación: la separación del poder público y el poder económico para devolverle al estado su capacidad de operación política, que en el neoliberalismo pertenece a los mercados.
Después de criticar al Banco de México y afirmar que debería reducir las tasas de interés para estimular el crecimiento sin dejar de vigilar la inflación, Andrés Manuel hace otra defensa ideológica; asegura que el proyecto económico mexicano es el cambio de paradigma; no sirve el crecimiento sin desarrollo. Enfatiza que el papel del estado está siendo distribuir la riqueza. Bloomberg cita a los críticos de la austeridad: ellos dirían que la austeridad retiene dinero al cortar sueldos, pero no distribuye riqueza dado que no paga más.
En defensa de la política de recorte al gasto público, Andrés Manuel habla del recorte a los excesos de altos funcionarios: el problema es la corrupción, afirma que ésta ya no se da desde arriba y a pregunta expresa dice que sería difícil jurídicamente enviar a Peña Nieto a la cárcel; explica que en su sexenio el delito de corrupción no era considerado grave. Cierra definiendo a la austeridad republicana como juarista: el funcionario debe aprender a vivir en la justa medianía, cita.
En el tema financiero, Bloomberg señala que “los inversionistas” están preocupados por la cancelación del NAICM y de algunos contratos de explotación petrolera. La respuesta aborda brevemente al tema del Aeropuerto, que ya es una victoria política de Andrés Manuel, que solamente señala corrupción y afirma que todas las partes fueron respetadas pero no se pueden hacer negocios privados al amparo del poder público.
Al abordar el tema de contratos petroleros Andrés Manuel hace una crítica sistémica de fondo que visibiliza los intereses económicos que se jugaron en México durante el período neoliberal debe resaltarse: la operación a nivel nacional de la Reforma Energética prometió producir 3 millones de barriles al año a fecha de hoy, cuando la realidad es que solo se producen 1.68 millones; no se deben dar contratos que no producen porque solamente se vuelven herramientas de especulación financiera en Wall Street. Acto seguido denuncia en medio de risas que “las calificadoras” aumentaron la calificación crediticia de PEMEX cuando su producción bajaba y su deuda subía. Se dice extrañado de que esas mismas calificadoras no “traten bien” a México si la proyección indica que la productividad de PEMEX va a aumentar a finales de año.
El último cuestionamiento es acerca de la seguridad y, hay que notarlo, decide apuntar a la capital del país, que representa un bastión para Andrés Manuel desde el 2006. Andrés insiste en que lo principal es atender las causas estructurales de la violencia y defiende a la Guardia Nacional: señala que la SEDEMA y SEMAR solo podían desempeñarse en la seguridad interior, mientras que ahora pueden ocuparse de garantizar la seguridad pública. La entrevista cierra con Andrés Manuel afirmando que apoyaría a Carstens para presidir el FMI: “Sí me gustaría. No coincido con él pero lo respeto. Es un profesional y sobre todo mexicano.”