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¡Y de nuevo llegamos a los montajes!
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¡Y de nuevo llegamos a los montajes!

Citó nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador en alguna de sus mañaneras “Lo que no mancha, tizna”, y parece ser la estrategia que hoy día usan los opositores a la 4T y sus múltiples granjas de bots; haciendo alusión a las innumerables fake news que diario circulan en las redes sociales y medios informativos.

Al grito de “¡Todos a mentir!”, inició la campaña: post, fotos, audios, documentos y videos falsos o sesgados; muchos de ellos se centran en contra de la reforma eléctrica, vacunas, pandemia, el litio, la economía, la gasolina, gastos y costos de los proyectos de nación, nada nuevo desde hace 3 años. La constante hoy en día es seguir con el golpe blando hacia este gobierno, no importando los costos monetarios, pues la suma de $41 mil pesos diarios de pagos para granjas de bots, no es una cantidad de dinero que cualquier persona se pueda dar el lujo de gastar a diario.

Ya sabemos lo que es una fake news, un tipo de bulo que consiste en un contenido pseudo-periodístico, difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales; cuyo objetivo es desinformar y confundir a las personas. Estas noticias falsas son creadas para conseguir beneficios propios o para perjudicar a una persona o grupo de personas.

Los creadores, difusores y opositores de estas noticias se dan a la tarea de hacerlas virales y, que aún siendo desmentidas quede la duda… si es o no real. Algunos borran esas mentiras y piden disculpas, otros las justifican con el argumento “es para reconocer mi error y que no vuelva a pasar”; cosa muy alejada de la realidad, ya que apelan al dicho “una mentira repetida mil veces, se convierte en una verdad”, pues esta se seguirá repitiendo por quienes llegaron tarde a la falsa noticia.

Las redes sociales solapan una y otra vez las mentiras… los usuarios las detectan, se dan a la tarea de reportar dichas publicaciones con la esperanza de que sean retiradas de circulación, pero sin obtener resultado alguno. Podemos mencionar como ejemplo a la red social Twiiter, donde diario un nido de fakes es emitido y en pocos minutos se hacen virales; no conforme con eso, van agregando detalles falsos a cada retuit, acompañados de fotos, audios o videos editados.

Las redes tienen verificadores de la información publicada por los usuarios, pero ellos también participan en la desinformación acusando a quienes hacen los reportes de difundir mentiras cuando es lo contrario; curiosamente, cuando los opositores son atrapados en las mentiras, no dicen nada, ni les ordenan quitar lo publicado, al contrario! comienza una cacería de brujas en contra de los que queremos difundir la verdad, las mismas redes censuran a usuarios, youtubers o canales en red que osan desmentir tales bulos informativos.

Debemos admitir una cosa… después de tantos años, después de tanto tiempo en campaña y tres años en la presidencia, el repertorio de mentiras sobre la 4T y el Presidente se ha reciclado tantas veces que muchos ya no les creen y por lo mismo, tienen que buscar algo nuevo pero volvemos al mismo punto, ¿creer o no creer? y la respuesta es no, “están desesperados”, “ya no saben qué inventar”, “ya se les acabaron las ideas”, y más expresiones afines. Afortunadamente eso está pasando pero, solo con los que se han informado y están al tanto de las noticias. El problema son los que no lo hacen y por lo mismo se vuelven blanco fácil de las fake news. La solución… no ceder en el esfuerzo de informar a todo el mundo.

No hay que olvidar lo dicho hace tiempo por el publicista Carlos Alazraki, “para ganarle a MORENA hay que mentir”. El que diga que lo mejor es mentir deja mucho que decir sobre su trabajo como profesional en el área de la publicidad y los medios, pero al mismo tiempo nos da la clave para vencerlos… “para ganarle a la oposición hay que decir la verdad”. Una verdad sustentada en evidencias, hechos, con buenas bases irrefutables, porque la mentira no aporta nada.

Ahora, para darle más fuerza a la mentira, se crean los montajes, buscan un hecho que creen será trascendental con el cual atacar, lo exageran, lo hacen alarmista y sensacionalista, lo rodean con un conjunto de datos (mentirosos o sesgados a conveniencia), que ayuden a darle peso para al final convertirlos en notas periodísticas para posteriormente sacarlos a los medios; donde un grupo de ataque lo difunde exagerando aún más en ello para lograr la atención del espectador. Se hace uso de encabezados o dichos amañados buscando generar reacciones inmediatas de enojo, burla e indignación, que los lean o vean solo a ellos para enterarse y, así puedan caer en la manipulación.

Es un montaje porque es una cadena de mentiras que tratan de volver algo muy relevante o, como ha sucedido en los últimos días, volverlos una verdad; paradójicamente, las verdades no necesitan de montajes, ya que lo que cuenta son los hechos investigados y bien sustentados. La falta de investigación rigurosa, la necedad en su defensa, el desprecio hacia los involucrados y, por qué no, el chayote; nunca podrán ser el sustento de una nota periodística pero sí del odio. Mal por aquellos quienes lo hacen, ya que parece ser que uno de los valores más importantes de la humanidad ya no vive en ellos, el honor (Cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo. RAE).

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