Victoria cantada; retos y desafíos por cuidar
Por: Manuel Galeazzi Ramírez
@ManuelGaleazz1R
La más reciente encuesta de Reforma apunta a que la victoria de Claudia Sheinbaum Pardo está más que cantada. Además del respaldo en la intención de voto, con el 58 por ciento de las preferencias de los votantes, la gente la considera organizada, con autoridad, eficaz, auténtica, sensible, honesta, mejora administradora de los recursos y para combatir la corrupción en comparación con su contrincante.
Aunque hay múltiples experiencias en que las encuestas suelen no ser el resultado real de la votación, a casi un mes de iniciadas las campañas rumbo a la presidencia de México, Xóchitl Gálvez no ha podido consolidar un programa lógico, unificado que convenza a los afines a la izquierda y tal parece, que ni a los propios seguidores de los partidos a los que representa.
En diciembre de 2023, a pocos días de que terminaran las precampañas rumbo a la presidencia, al menos un 48 por ciento pensaba que la oposición del PAN, PRI y PRD todavía podía ganar las elecciones. En marzo del presente, esa percepción ha disminuido en 14 puntos porcentuales.
A la pregunta de qué piensan que es más probable que suceda el 2 de junio, día de la elección, sólo una cuarta parte de los ciudadanos piensa que la hidalguense puede alcanzar a la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México y revertir la tendencia. Es decir, más de la mitad piensa que la morenista es inalcanzable.
Ojo, la exposición mediática no ha sido mayor para Sheinbaum que Xóchitl, como argumentaron recientemente algunos intelectuales, pues el 58 por ciento de la gente ha visto o escuchado algún mensaje de la ex senadora.
No convencen las propuestas como el crear una mega cárcel para encerrar a los criminales (que, por cierto, ya las hay), regresar la guerra contra el narcotráfico o devolver el seguro popular. Cortos han sido entonces los pactos de sangre y bailes con canciones pegajosas en la coalición Fuerza y Corazón por México.
Para no caer en la autocomplacencia y regodear en el triunfalismo, quienes hoy tienen el claro respaldo del pueblo no deben dejar pasar las luces amarillas que ésta encuesta del “pasquín conservador” arroja. Esas que indican que todavía hay quienes no definen su voto, los temores sobre las elecciones y que piden continuidad del proyecto.
Todavía hay un 36 por ciento de electores que no han decidido su voto. Aunque es mayor quienes ya lo hicieron, no estaría de más ampliar los espacios a quienes siguen sin convencerse por quién votar y probablemente, los más escépticos del llamado proyecto de transformación.
Además, los delitos electorales y la violencia en el proceso electoral sigue siendo una de las preocupaciones que expresan los encuestados. No estaría de más optar por realizar la fiesta democrática sin confrontación, evitando caer en provocaciones y pedir que las trágicas pérdidas de candidatos y aspirantes no deben quedar impunes, sean del color que sean.
Y aunque debe haber un necesario sello distintivo con la imagen del presidente López Obrador, pues no es él quien ya gobernará, sigue teniendo una amplia aceptación entre la gente. Es más, de diciembre a marzo subió en once puntos porcentuales su aceptación. Quienes lo respaldan piden continuidad de su proyecto.
Hay que escuchar a quienes dan el respaldo, no abrumarse con la tendencia favorecedora del elector. En algunos sectores simpatizantes piden que se eviten cuadros ajenos al proyecto, esos que se quieren subir al tren de la victoria. Evitar una división interna siempre será el mejor camino para que no se incentivan, desde ya, corrientes o divisiones del proyecto que estén al acecho del triunfo para poder velar por sus propios intereses.