Va a viajar y llegar a la Unión Americana, tal y como lo hemos hecho millones de mexicanos durante años. En vuelo comercial y cumpliendo con los ordenamientos sanitarios en ese país.
Pero no se trata de un viajante más. López Obrador lleva la representación del pueblo mexicano. Su encuentro con Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, tiene el carácter de una reunión entre Jefes de Estado.
La prensa mexicana, que en lo que respecta a noticias internacionales, es un reflejo de la prensa estadounidense, ha montado una campaña para desprestigiar esta reunión.
En un intento inicial, trataron de descarrilarla. Impedir que se concretara, puesto que lesiona los intereses tanto del periodismo norteamericano, como del partido demócrata en aquel país.
Hay que tener presente que los medios de comunicación en la Unión Americana, están controladas por las fuerzas políticas y económicas que apoyan a los demócratas.
Esos poderes económicos actúan también en México. Periodistas que trabajan en medios de información en el país del norte, también escriben columnas en diarios de nuestro país. Ahí están los casos de Jorge Ramos, León Krauze, Loret de Mola y Brozo, por citar a los más conocidos, aunque no necesariamente los más aconsejables.
El enemigo de todos estos medios de comunicación, así como del partido demócrata, se llama Donald Trump, militante del partido republicano y presidente actual en los Estados Unidos.
Las elecciones de fin de año, tienen en campaña permanente a las dos únicas fuerzas políticas en ese país. Republicanos y demócratas pelean por la presidencia que en este momento ostenta Trump.
La visita del presidente López Obrador al país vecino, es vista por estos medios como un apoyo importante a la campaña del hoy presidente norteamericano.
Trump tiene, según los últimos cálculos, una desventaja de aproximadamente nueve puntos, en relación al puntero Joe Biden, del partido demócrata.
Se calcula que el voto de los mexicanos con derecho a participar en las elecciones presidenciales, es de un 11% sobre el total de votos esperados.
Ese margen sería suficiente para que cualquiera de los dos candidatos, amarrara un triunfo electoral a su favor.
Recordemos que la elección de presidente en la Unión Americana, se realiza por voto indirecto, a través de un Colegio Electoral. El voto popular en cada Estado define el sentido del voto en lo general.
Pero ¿A qué se debe que se considere la visita de López Obrador tan determinante para inclinar la balanza a favor o en contra de cualquiera de los candidatos que están disputando la presidencia en ese país?
La respuesta es sencilla. El apoyo al presidente López Obrador en tierras norteamericanas, es enorme. Está calculado en 80% del total de los mexicanos que viven o trabajan en el país vecino, con derecho a votar.
Esto es algo que no dicen los medios norteamericanos y mexicanos.
No solo en México la personalidad y el trabajo del presidente López Obrador, despiertan la simpatía de millones de ciudadanos. En la Unión Americana ese apoyo a las políticas que impulsa la Cuarta Transformación, son reconocidas y aplaudidas.
Para quienes tuvieron que abandonar nuestro país, debido a la falta de oportunidades, o debido a la inseguridad causada por la violencia desatada en nuestro territorio durante el periodo neoliberal, los culpables de encontrase fuera de México, son los partidos políticos PRI y PAN.
Esos dos partidos políticos saquearon la riqueza nacional, condenando a la miseria a millones de mexicanos. Así lo ven nuestros paisanos.
Los compatriotas que hoy viven o trabajan en tierras norteamericanas, son el sostén de familias en México que dependen de los recursos que les envían vía remesas. Viven aquí del esfuerzo de esos mexicanos exiliados por necesidad y no por gusto.
Cuando inicia el proceso electoral para la presidencia en nuestro país en el 2018, esos mexicanos participan activamente en actividades de pre-campaña y campaña, a favor del hoy presidente de México. La votación a favor de López Obrador en los Estados Unidos, es abrumadora.
Por eso es que hoy los medios afines al partido demócrata muestran preocupación por una visita oficial que puede ser interpretada como un espaldarazo de López Obrador, a la reelección de Donald Trump.
Digan lo que digan las encuestas nacionales que se fabrican generalmente “a petición del cliente”, el apoyo social a nuestro presidente, se mantiene alto. No solo en nuestro país. Al norte del río Bravo, el fenómeno se repite.
El presidente de México ha demostrado que en cuestión de política internacional, tiene más colmillo que los anteriores presidentes, o que el “aprendiz de canciller”, Luis Videgaray.
Hay algo que confirma lo dicho:
El expresidente Barak Obama, que es quien crea y maneja la campaña de Joe Biden, le dio un consejo al hoy candidato demócrata con respecto a México y los mexicanos, radicados en la Unión Americana: “Si quieres que los mexicanos voten por ti, nunca hables mal de López Obrador”.
Por otra parte, el presidente Donald Trump, que viene del partido republicano, contestó una carta del caucus hispano, que le pedía “des-invitar” a López Obrador a este encuentro, de esta forma: “es mi amigo y una magnífica persona”.
El presidente de México no va con la intención de intervenir de algún modo en el proceso electoral que se vive en los Estados Unidos. La finalidad de esta reunión, es oficializar con un acto público, tal y como se hace siempre, la ratificación y entrada en vigor del nuevo tratado T-MEC.
Es un convenio que favorece mucho a nuestro país, en momentos en que la reactivación económica urge en todas partes del mundo. Es un acto protocolario que requiere la presencia de los mandatarios involucrados. Si el primer ministro de Canadá no asiste, es porque en este momento tiene diferencias con el gobierno norteamericano, en cuestiones comerciales que afectan algunos aspectos del mismo tratado.
El presidente López Obrador tiene el respeto de los representantes de las fuerzas políticas que hoy compiten por la presidencia de ese país. Y lo tiene porque saben que se trata de un personaje que cuenta con el respaldo de millones de mexicanos, en ambos lados de la frontera compartida.
Ningún otro presidente de México ha gozado en el pasado reciente, de este apoyo popular.
Aquí en nuestro país, los medios de comunicación conservadores, los políticos y empresarios neoliberales, ven un peligro en esta visita de López Obrador, por una razón doméstica: cuentan con que si gana la presidencia el candidato conservador, les cumpla su promesa de apoyarlos en su intento de regreso al poder.
Las BOAs y FRENAs sí han pactado en lo “oscurito” para que otro país intervenga a su favor, en las elecciones intermedias del 2021.
Sueñan con eso.
Pero es difícil que su sueño se cumpla.
La figura de López Obrador y la fortaleza de la Cuarta Transformación son evidentes en México y en los Estados Unidos.
Nadie apuesta por un perdedor seguro.
Y ese es el caso de las BOAs y los FRENAs. Son caballos perdedores.
Malthus Gamba