Recientemente nos enteramos que China logró la erradicación de la pobreza extrema en su territorio, por medio de la aplicación de un programa de desarrollo focalizado, que vienen llevando a cabo desde 2013 para este propósito.
En estos 8 años, han invertido 246 mil millones de dólares para construir carreteras, llevar internet al 99% de las aldeas marginadas y construir casi 40 millones de viviendas en las zonas más pobres.
En México comenzamos apenas hace 30 meses a focalizar nuestros esfuerzos y recursos, para integrar a la gente menos favorecida dentro de la actividad económica e ir logrando que la pobreza disminuya en nuestro país.
En China lograron arrancar a más de 850 millones de personas de las garras de la pobreza extrema, en su fase de apertura de la economía que lleva unos 30 años y que con la intervención del gobierno ha logrado que una buena parte de los beneficios derivados del desarrollo se repartan entre todos.
Esa es exactamente la estrategia que estamos aplicando en México. A lo largo de 3 décadas hemos aprendido que el mercado sin supervisión ni control, no solamente no distribuye las ganancias entre la mayoría, sino que genera cada vez más pobreza en los pobres y también, más pobres entre los que no lo eran.
Y aquí de lo que se trata no es de llevar el péndulo de las estrategias económicas hacia el control absoluto del gobierno sobre la economía, sino simplemente de exigirle al gobierno que haga lo que le corresponde en materia de obligaciones sociales, de seguridad y de combate a la corrupción.
Para que nos demos una idea del avance que en sólo 30 meses ha alcanzado a las familias más desfavorecidas, solo hay que revisar algunas cifras. En 2018 había 11 millones de familias que según el gobierno de entonces, recibían alrededor de 31 mil millones de pesos, aunque sabemos que una gran parte de este dinero, terminaba desviada hacia cuentas personales o corporativas a de estafas maestras o de todo tipo de trampas por medio de las que los funcionarios y sus cómplices de la iniciativa privada se robaron el dinero de la gente.
Para el 2020 ya con este gobierno, el monto designado a los más pobres a través de los programas sociales entregados directamente a los beneficiarios desde la Tesorería de la Federación, fue de 46 mil millones de pesos y benefició a 12.1 millones de personas.
Según los datos de Peña Nieto, los 11 millones de personas beneficiadas deberían haber recibido 922 pesos mensuales cada uno en 2018. Hoy 12.1 millones de personas reciben 1,308 pesos mensuales cada uno a través de apoyos sociales; es decir, un 38% más de lo que deberían haber recibido en 2018, cubriendo a un millón de personas más, con la garantía de que ahora sí les llega el apoyo.
Estos datos publicados por el INEGI en su Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares para 2020, demuestra que el esfuerzo focalizado del gobierno, está disminuyendo la situación de pobreza en la que han vivido estos más de 12 millones de personas, con la garantía de que el monto de sus apoyos ya es una obligación del gobierno, elevada a rango constitucional y que sus montos continuarán aumentando por encima de la inflación anual.
A este ritmo es muy probable que los 30 millones de personas que aún tenemos en pobreza extrema en México, dejen de estarlo en un plazo menor al que le tomó a China deshacerse de este flagelo y hayamos podido ayudarles a colocarse en un mejor nivel de bienestar.
Como dijo el Presidente López Obrador: “Demos la mano a los que se han quedado atrás para que caminemos juntos”.