UN ‘AUTO ATENTADO’ PARA REVIVIR A UN MUERTO

Los datos que aparecen en las últimas encuestas publicadas por casas especializadas, nos dan una idea clara de la realidad política que vive el país. Morena mantiene un margen de ventaja sobre cualquier rival opositor, que no sorprende a nadie, a estas alturas del gobierno del presidente López Obrador, pero que refleja el grado de deterioro que viven los tres partidos políticos afines a la derecha empresarial. Según estas casas encuestadoras, la ventaja que lleva Morena sobre cualquier candidato conservador, supera los 40 puntos. No importa si Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, o Adán Augusto López salen triunfadores en la contienda interna por la candidatura del partido. Cualquiera en Morena barre con el mejor exponente reaccionario.

Incluso se da el caso de que hasta Fernández Noroña, o Manuel Velasco, pueden derrotar con facilidad al oponente propuesto por el grupo de Claudio X González. A quien sea. Creel, Beatriz Paredes, Xóchitl Gálvez o un espontáneo de último momento. Nadie va a quitarle la presidencia a Morena en el 2024. 40 puntos son un océano imposible de cruzar en los pocos meses que faltan para que arranque el proceso electoral de manera oficial.

Por eso resultan exactas las palabras del presidente López Obrador, en la conferencia de este día. “El futuro del Movimiento de Transformación no está en riesgo. No se encuentra amenazado por un “fenómeno” político que aparece de la noche a la mañana. Es mentira que estemos ante el milagro opositor que descubre que cuenta con un personaje que brilla intensamente. Eso es falso. Y por eso mismo vemos esta campaña sucia, donde tratan de crear un mártir amenazado por el poder tiránico de este gobierno. Nosotros no amenazamos a nadie. Y no lo hacemos por principios. No lo hacemos porque no somos iguales a los políticos neoliberales. Además, no tenemos necesidad alguna de violentar a nuestros adversarios, porque las cosas nos están saliendo bien. Económica, política y socialmente, vamos avanzando y contamos por lo mismo con el respaldo del Pueblo. La gente entiende que impulsamos una Revolución Pacífica, que tiene como fin otorgar beneficios al pueblo. Sobre todo en los sectores que fueron olvidados durante décadas. Por eso están con nosotros y defunden esta causa, que es su causa”.

Todo lo anterior tiene que ver con la campaña de miedo y lodo, lanzada en los medios desinformativos conservadores, donde se asegura que se prepara el terreno para un atentado en contra de Xóchitl Gálvez, quien se perfila para ser la candidata a la presidencia en 2024, representando al grupo conservador.

Nada más que Xóchitl Gálvez se ha convertido en un dolor de cabeza y en un error de cálculo para los empresarios y políticos que la están impulsando. Xóchitl ya enfrenta denuncias por enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias y evasión fiscal. Y esas demandas no han sido presentadas únicamente por gente con filiación de izquierda. Gilberto Lozano, dirigente de la fuerza político-ciudadana FRENA, la ha denunciado también. Y FRENA es una fuerza representativa de la derecha extrema. Para ellos, Xóchitl Gálvez es una corrupta que no puede gobernar al país.

Xóchitl ha dicho que cancelará los Programas Sociales y que restituirá su pensión millonaria a los expresidentes. Que trabajará para que el Sector Salud, deje de prestar servicio a los trabajadores, con el fin de que estos contraten seguros de gastos médicos, con cargo a su raquítico salario. Lo más que haría su gobierno, sería contratar paquetes en grupo, para que el costo a los trabajadores fuera menos difícil.

Xóchitl no despega ni convence, a pesar de los millones de pesos que se han gastado en su campaña.

Y ese es el problema central que obliga a la oposición a tomar medidas desesperadas.

A fin de cuentas, lo que interesa a la oposición, es atraer respaldo social en favor de su candidata y eso no está pasando. En los pocos eventos donde resulta imposible prepararle espacios controlados, el rechazo social hacia Xóchitl ha sido más que evidente. La gente no la quiere. No le cree y la ubica de inmediato en el grupo de saqueadores neoliberales del pasado reciente.

¿Cuál es el problema grave de Xóchitl? El Pueblo.

La gente la conoce y sabe bien quien es y que es lo que quiere. Engañar para que los corruptos regresen al poder. Y por eso la rechazan de inmediato.

Y por eso mismo adquiere relevancia lo que señala el presidente: “¿Para qué querría alguien del gobierno atentar contra un político ya derrotado? ¿Para que violentar a quien no significa un peligro para este Movimiento Pacífico? Se trata de alguien que está a más de 40 puntos de distancia de cualquiera de las corcholatas de Morena. Alguien que ni con un milagro puede ganar en la siguiente elección”.

Y tiene razón el presidente López Obrador en su argumentación. Quien amenaza a Xóchitl en este momento, es su misma gente, que recurre a una estrategia criminal, buscando presentarla como mártir. Quieren que la gente sienta lástima por una mujer amenazada por el poder del Estado, cuando son precisamente sus compañeros de causa, quienes están preparando y convocando a la realización de un crimen abominable.

A Xóchitl Gálvez la derrotó desde el nacimiento de su candidatura, el Pueblo de México. Ese Pueblo que no quiere que regresen los corruptos al poder.
Quienes hablan de “magnicidio” y “atentado”, son precisamente los que saben que 40 puntos de diferencia son imposibles de remontar, si algo espectacular no sucede.
Algo descomunal que mueva la balanza a su favor.

No es del presidente y del gobierno de quienes debe cuidarse Xóchitl Gálvez. Son sus mismos compañeros los que impulsan en voz de López Dóriga, Riva Palacio, Beatriz Pagés, José Cárdenas, Pedro Férriz y otros falsificadores de la verdad, una campaña que desea la aparición del criminal, que haga realidad lo que hoy es una de las peores campañas politiqueras que ha intentado esta oposición miserable.

No van a regresar.

Malthus Gamba